Este mensaje nos deja entender lo que en realidad es el vértigo, es cosa seria cuando se siente y el temor nos inunda y hace presa de nosotros, pero en la vida pueden haber muchos de estos, pero si tenemos al Señor a nuestro lado no hay porque sentir miedo a lo que ven nuestros ojos, si la confianza esta puesta en Jesús estamos más que tranquilos, que bendición contar con este Amigo Fiel que nunca nos dejara.
VÉRTIGO
Confieso que no fue fácil acercarme hasta el borde de aquel precipicio en los acantilados de una famosa zona balnearia. Pero mi abuelo quería esa fotografía, y era imposible decirle que no…
La diferencia de altura entre el sitio en donde estábamos parados y la dorada arena de la playa (ubicada a casi 50 metros más abajo), producía en mí esa molesta sensación de miedo e inseguridad que nuestro idioma define con la palabra “vértigo”.
Durante nuestro paso por esta vida hallamos situaciones que bien podríamos describir como la acción de caminar al borde del precipicio. Me refiero en particular a aquellos momentos en los que somos embargados por el vértigo, ese que paraliza nuestro espíritu y nos impele a retroceder.
Por ejemplo, cuando uno se da cuenta de que para alcanzar una vida plena se deben abandonar las actitudes negativas y adoptar hábitos saludables, un hormigueo en el estómago será la experiencia inmediata debido a la proximidad del barranco de lo nuevo, de lo desconocido.
En paralelo, el momento en el comprendemos que el camino al éxito implica esfuerzo, renunciamientos y sacrificios, que probablemente enfrentemos los celos, la envidia y los deseos de abandonarlo todo, experimentaremos el temor que implica ascender entre los despeñaderos de la vida.
Y así podríamos seguir, metaforizando las vivencias y los retos que encontramos en el camino de nuestra existencia.
Es curioso, pero las personas que conozco que han alcanzado sus objetivos dan cuenta de las experiencias traumáticas que han experimentado. Cada una de ellas dirá, de una manera o de otra, que aquel proceso su mayor desafío ha sido salir de su zona de comodidad, vencer el vértigo y aventurarse hacia lo mejor.
La Biblia dice: “Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada, porque Tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado; me guías por el buen camino y me llenas de confianza”. Salmo 23.4 (TLA).
La insistencia de mi abuelo logró el objetivo: él y yo retratados por mi abuela mientras estábamos parados al borde del precipicio. Al fin y al cabo, ¿cómo temer si él estaba a mi lado? Hoy en día aplico el mismo principio que comprendí cuando tenía siete años: ante la presencia de abismos, barrancos y despeñaderos en el camino de la vida, ¿cómo temer si Dios está a mi lado?
CRISTIAN FRANCO
LA ORACION DE JORGE WASHINGTON
Jorge Washington, el primer presidente de los Estados Unidos, envió una circular a los gobernadores de todos los estados, en junio de 1873.
En el final de su carta decía: "Mi oración más sincera a Dios es que os bendiga y que tenga vuestro estado bajo su protección. Que él se digne inclinar el espíritu de los ciudadanos a la subordinación y obediencia al gobierno, y despertar un sentimiento de amor fraternal de los unos hacia los otros y, en particular para sus hermanos que han peleado en los campos de batalla; y finalmente, que Su gracia nos mueva a todos a hacer justicia, a amar la misericordia y a conducimos con esa claridad, mansedumbre y templanza que caracterizan al Divino Autor de nuestra bendita religión, pues sin imitarlo con humildad nunca podremos esperar que la nación sea feliz."--El Exégeta.
Cuanto hacen falta hoy en el siglo XXI gobernantes temerosos de Dios que vivan en los principios del Reino. Este mundo gime de tanta corrupción y pérdida de valores en los lugares de gobierno. Política, poder, dinero, droga, sexo, mentira y arreglos debajo de la mesa, son la demostración de la pérdida de valores. Oremos hoy a Dios, que nos dé, gobernantes que clamen a Dios por sabiduría y compasión.
Si el que peca inadvertidamente es uno de los gobernantes, e incurre en algo que los mandamientos del Señor su Dios prohíben, será culpable. Lev 4:22
Nuestros reyes y gobernantes, nuestros sacerdotes y antepasados desobedecieron tu ley y no acataron tus mandamientos ni las advertencias con que los amonestabas. Neh 9:34
Ustedes, los reyes, sean prudentes; déjense enseñar, gobernantes de la tierra. Sal 2:10
Tú no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados. Sal 94:20
En verdad que hacen falta gobernantes en este mundo como lo fue ese hombre que dejo este legado de oración, si oramos pidiendo que la corrupción desaparezca porque la denunciamos, somos instrumentos de justicia como lo desea el Señor y vamos en obediencia a Su Palabra con nuestro testimonio, de seguro este mundo cambiaria, que el clamor del pueblo de Dios suba a Su trono y obre a favor de toda la tierra.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA