En la vida caemos muchas veces y nos ha dolido, tanto físicamente como moralmente, pero lo que vale la pena es que nos levantamos y seguimos adelante, que nuestro espíritu se apoye en el Espíritu Santo que nos guía para que logremos el propósito de Dios para nuestras vidas, sigamos el ejemplo de Abraham y tendremos unas hermosas bendiciones.
DE PIE Y AVANZO
Esta es la Palabra de Dios para tu vida y por medio de esta Palabra Dios te bendecirá y obrará el milagro que deseas. Dijo el profeta: “Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, el Señor será mi luz.” Miqueas 7.8
Te has caído alguna vez? Por supuesto que sí, quién no se ha caído alguna vez, ya sea jugando, caminando o haciendo cualquier otra actividad.
Caer es parte de los intentos para subir, progresar, lograr el éxito. Cada caída permite hacer los ajustes necesarios para continuar avanzado hacia el éxito. Lo más importante, cuando caemos es la actitud y la determinación para levantarnos inmediatamente.
Cuando caemos, el dolor y los pensamientos de perdida y de derrota invaden la mente con la intención de hacernos creer que así va a ser nuestro estado para siempre, y eso es una vil mentira. Cuando por causa del abandono y el rechazo, pensamos que la soledad será nuestro futuro. Cuando la carga económica y las deudas nos tienen por allá bajo, diciéndonos que nunca vamos a salir, es cuando debemos tomar la actitud que nos permita cambiar las situaciones y circunstancias temporales, es el trampolín que nos impulsa para arriba. Nuestra actitud es el timón que hace que todo cambie para bien.
Nuestra determinación cuando estamos caídos es fundamental, ya que es la decisión por terminar con lo malo y lo negativo que nos afecta y es creer y tener confianza que con Dios vamos a salir adelante.
Debemos recordar que los que amamos a Dios, todas las cosas nos ayudan a bien. Por lo tanto, si caímos, es solo un retraso, pero de ninguna manera permitimos que nada negativo sea una carga que nos mantenga caídos y en derrota. No hay poder más grande que el poder de Dios, nos tomaremos de Su mano y nos levantaremos. No hay enfermedad, ni problema económico, ni laboral, nada que nos pueda vencer, en Jesús somos más que vencedores.
Como dijo el profeta: “Aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Dios será mi luz.” El profeta se puso de pie y avanzo para arriba y para adelante.
Abraham, el padre de la fe, fue alguien que se puso de pie y avanzó, caminando en bendición, prosperidad y victoria. Génesis, Capítulo 12.1-7
Camino en Obediencia
1 “Pero el Señor le había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré…12:4 Y se fue Abram, como el Señor le dijo…”
Caminar en obediencia es caminar en fe. Cuando Dios le dice a Abram: “Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre”, en otras palabras le está diciendo: Suelta tu pasado. Suelta lo que te frena. Deja de mirar hacia atrás. Deja de estar atado geográficamente. Y dice que Abram le obedeció, y se fue, como el Señor le dijo.
No es fácil soltar aquellas cosas que están desde hace muchos años arraigadas en nuestras vidas, ya sea en lo espiritual, en los genes, a través de la herencia recibida y adquirida. Pero cuando recibo la Palabra de Dios y la obedezco, la fe se activa en la mente y en el corazón y nos mueve en la dirección que Dios nos indica, no con nuestras fuerzas, sino con la fuerza de Dios, porque fe activa es la fuerza de Dios en nosotros provocando milagros. Por fe andamos y no por vista, 2 Corintios 5.7.
Camino Bajo las Promesas de Dios
12:2 “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”
Caminar bajo las promesas de Dios, como caminó Abram, es una enorme bendición para cada uno de nosotros. Cada promesa de Dios es una expresión de Su buena y agradable voluntad que se impone, en los que creemos, para cumplir lo imposible en nuestras vidas.
Cuando caminamos en Dios bajo una promesa, vamos en camino a solucionar nuestros problemas. Pero debemos saber que el diablo se nos va a oponer para que no creamos las promesas de Dios y que nuestros pies se afirmen nuestro orgullo, en la duda y en la incredulidad, y ese es un terreno cenagoso, que en lugar de elevarnos nos hunde. Pisemos sobre un fundamento firme y que nos eleva y ese fundamento es Jesucristo, vivo y resucitado, seamos humildes y creyentes, para caminar en lo sobrenatural y disfrutando de milagros.
Cuando Dios nos da una promesa, debemos entender que Dios, porque es EL Todopoderoso, quiere y va a lograr el triunfo en la actividad que necesitamos.
Camino sin que Nada me Frene
“Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.”
Una de las cosas que nos frenan es considerar nuestra edad biológica. Ese es el primer obstáculo y para muchos es un ancla muy pesada que los arrastra hasta el fondo de mar. Gracias a Dios, Abram no sabía nada de la tercera edad. Gracias a Dios, Abram no tenía partida de nacimiento que lo atara. Con 75 años salió al camino en dirección a la tierra prometida. No sé qué edad tienes, pero sé que en Dios no hay nada, ni nadie que nos frene, nada que nos detenga. Recuerda que Dios es eterno, y tú y yo caminamos en la eternidad de Dios. Para los que creemos nada es imposible, nada hay en la tierra, ni debajo de la tierra que detengan a los Abram que caminamos en obediencia y fe, creyendo Sus promesa. Como Caleb decimos ahora: “Cual era mi fuerza hace 45 años, Tal es mi fuerza ahora… hoy soy de edad de 85 años, tal es ahora mi fuerza para la guerra, para entrar y para salir.” Josué 14.11.
Camino con los que amo
12:5 “Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.”
Dios nos ha llamado a caminar con toda bendición y lograr éxito en todo junto a los que amamos. Abram amaba a Sara, amaba a Lot y a todos los siervos, y partió con ellos a la tierra prometida.
Las personas que amamos, las que ocupan un lugar especial en nuestro corazón, son las que caminan a nuestro lado. Esas personas son los puntales, son los que Dios involucra para que alcancemos el éxito. Recuerda no hay nada casual en nuestras vidas. Dios ha colocado especialmente a aquellas personas que amamos para que sean parte de nuestros éxitos y así recíprocamente. Caminemos con los que amamos, de la misma manera que lo hizo Abram. Tendremos éxito grupal. Tendremos victorias familiares.
Camino con la Unción
12:6 “Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta la encina de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.”
Abram caminó hacia la unción. Siquem significa “Hombro” es el lugar donde está tu apoyo. El Espíritu Santo es nuestro ayudador, es el que está a nuestro lado. Abram caminó hacia More, un bosque, es el lugar donde se leyó la Ley (Josué 8.30). More es el lugar donde se entierran los ídolos, aquellas cosas que ya no tienen poder ni autoridad en nuestras vidas. Génesis 35.4. En More se renueva el pacto. More es el lugar de la consagración, donde morimos a nosotros mismos para vivir para Jesús y bajo la unción del Espíritu Santo emprender un camino exitoso.
Camino Dejando Huellas
12:7 “Y apareció el Señor a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar al Señor, quien le había aparecido.”
Este es el primer altar que levanta Abram. El altar es un lugar de adoración, un lugar donde entregamos nuestras ofrendas a Dios y donde nuestras vidas son marcadas por Dios de una manera especial. Es el lugar donde queda quemado el pasado negativo y donde se renueva nuestro ser interior. Nunca somos iguales después de levantar un altar a Dios. El altar es donde la visión se renueva y emprendemos el camino donde dejamos huellas de bendición.
“Los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.” Gálatas 3.9
Oración: “Padre Celestial, Dios de amor y de misericordia te doy gracias por esta Palabra poderosa. Ella es fuego que enciende mi corazón ahora. Me levanto, me pongo de pie y avanzo tomado de Tu mano. Es, en este mismo instante que un nuevo camino comienzo a andar. Un camino de obediencia y fe en Ti, Dios mío. Un camino bendecido por Tus promesas, por lo tanto declaro que nada, ni nadie me frena, ni me detiene. Con la unción de Dios, con el poder del Espíritu Santo camino dejando huellas de fe, esperanza, amor para que muchas personas alcancen la fe y la esperanza. En nombre de Jesús, amén y amén.”
Aprovecha la oportunidad de dar algo especial para Dios
Jorge Ismael Cáceres
Avancemos en fe y en obediencia al Señor, El está a nuestro lado para asistirnos y guiarnos a Su perfecta voluntad, dejemos lo que nos estorba para solo llevar Su yugo fácil y ligera carga, que marquemos las vidas de los demás y seamos testimonio donde quiera que Él nos lleve, impartiendo amor, de Su gracia y gozo inefable.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
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