Hola mis amados:
El hecho de ir a la iglesia es algo especial, que no se convierta en monotonía, en critica, en algo común sin trascendencia, porque allí vamos es a oír la Palabra de Dios y es por ella que tenemos la fe, nos alimentamos y sobre todo crecemos en conocimiento, no miremos al expositor sino que convencidos que es la voz del Señor para nosotros acatémosla para que nos vaya bien en la vida, dispongamos el corazón cada vez que acudimos y gocémonos de estar los hermanos juntos y en armonía, porque allí el Señor envía bendición y vida eterna.
¿POR QUÉ IR A LA IGLESIA?
Un asiduo asistente a la iglesia le escribió al editor de un periódico quejándose que no tenía sentido ir a la iglesia todos los domingos.
"He ido durante 30 años", escribía, "y durante ese tiempo habré escuchado como 3.000 sermones. Pero juro por mi vida que no recuerdo ni uno sólo de ellos. Por eso pienso que estoy perdiendo mi tiempo, y los sacerdotes también dando sermones".
Así empezó una controversia en la columna de "Cartas al Editor", para deleite del mismo editor.
La misma que continuó por varias semanas hasta que alguien escribió lo siguiente:
"Ya llevo casado 30 años. Durante todo ese tiempo mi esposa debe haber preparado 32.000 comidas, y juro por mi vida que no me acuerdo de ni un solo menú. Pero sí sé esto: Todas me alimentaron y me dieron la fuerza que necesitaba para hacer mi trabajo. Si mi esposa no me las hubiera preparado, estaría físicamente muerto el día de hoy. ¡De la misma manera, si no hubiese ido a la iglesia para alimentarme, estaría espiritualmente muerto en la actualidad!".
¡DUELE DIOS MIO!
Dije: "Dios, me duele."
Y Dios dijo: "Lo sé."
Dije: "Dios, he llorado tanto...”
Y Dios dijo: "Para eso es que te di lágrimas."
Dije: "Dios, estoy tan deprimida...”
Y Dios dijo: "Por eso es que te di el brillo del sol."
Dije: "Dios, la vida es dura."
Y Dios dijo: "Por eso es que te di a seres queridos."
Dije: "Dios, mi ser más querido murió... "
Y Dios dijo: "El mío también."
Dije: "Dios, es una pérdida tan grande... "
Y Dios dijo: "Vi al mío clavado en una cruz."
Dije: "Dios, pero tu ser más querido vive... "
Y Dios dijo: "El tuyo también."
Dije: "Dios, ¿dónde están ellos ahora?"
Y Dios dijo: "El Mío está a mi mano derecha, el tuyo está en la Luz en tus recuerdos."
Dije: "Dios, duele."
Y Dios dijo: "Lo sé."
Estas palabras estaban en una pared en la ciudad de Oklahoma, en el lugar donde se había producido un tiroteo.
Que hermosas palabras las que escribió esta persona, el dolor es algo que todos hemos sentido y mas cuando se pierde a un ser amado, pero recordemos que Dios también experimento todo lo que nosotros padecemos en la persona de Su hijo amado Jesucristo, por tanto démosle gracias por entendernos y asistirnos en Su gracia y amor, nos entiende y consuela.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA