Hola mis amados:
Así como en cada ciudad hay números de emergencia de los cuales hacemos uso cuando hay la necesidad, también para nuestras necesidades y problemas existe la solución, es ir a la fuente de soluciones que es la Palabra de Dios, pero escrituras específicas que te ayudaran en el momento oportuno y en lo que te hace falta, no dejes de recurrir para que disfrutes de lo que hay allí para ti y que los tengas siempre a mano.
EN CASO DE EMERGENCIA.
Gracias por que hay teléfonos de emergencia a donde llamar en casos extremos. Sabías que el cielo también tiene teléfonos de emergencia. Acá esta la lista.
Cuando estés en duelo, llamar a Juan 14
Cuando los hombres le fallen. Llame al Salmo 27
Si quiere ser fructífero, llame a Juan 15
Cuando usted ha pecado, llame al Salmo 51
Cuando usted este preocupado, llama Mateo 6:19-34.
Cuando usted está en peligro, llama Salmo 91.
Cuando Dios parece muy lejos, Salmo de llamado 139.
Cuando sus necesidades agiten la fe, llame Hebreos 11.
Cuando usted se sienta solitario y miedoso, Marque Salmo 23.
Cuando usted note amargura y crítica en usted, llame 1 Corintios. 13.
Cuando usted sienta fuera de todo y menospreciado, Llame a Romanos 8:31-39.
Cuando usted necesite paz y descanso, llame Mateo. 11:25-30.
Cuando el mundo parece más grande que Dios, Llame por Salmo 90.
Cuando usted quiera una promesa Cristiana, Llame a Romanos 8:1-30.
Cuando usted salga para el trabajo o viaje, Llame al Salmo 121.
Cuando sus oraciones parezcan estrechas o egoístas, Marque Salmo 67.
Para una gran oportunidad, llame a Isaías 55.
Cuando usted necesita coraje para una tarea, llame Josué 1.
Si usted se deprime, llame el Salmo 27.
Si su cartera está vacía, Llame Salmo 37.
Si la gente parece poco amable, llame Juan 15.
Si esta desalentado sobre su trabajo, Marque Salmo 126.
Los números de emergencia pueden marcarse directamente.
Ninguna asistencia de operador es necesaria. Todas las líneas son abiertas al Cielo 24 horas al día! Alimente su fe, y la duda morirá de hambre!
LA RESPUESTA.
“Sin embargo, Tú eres Santo, que habitas entre las alabanzas de Israel”. Salmo 22:3
Santo – Quizás esta sea la palabra equivocada para nuestra investigación. Quizás debimos investigar el conjuntivo “waw” (una letra hebrea singular adherida a la palabra). Puede traducirse de varias formas muy diferentes, usualmente “y”, “pero” etc. Por eso es que algunas veces este versículo se traduce, “Pero Tú eres santo.” No importa la traducción, la intención es clara. Esta letra hebrea conecta lo que está antes con lo que sigue. Lo que esta antes es el lamento ruinoso de David. Lo que antecede es la realidad aplastante del silencio de Dios. Y ahora, nos conectan con la respuesta. Es todo lo que necesitamos, pero no es lo que esperábamos.
La respuesta de la aflicción por el silencio es la santidad de Dios. Esto un poco confuso. Ve despacio. La santidad de Dios (en hebreo, “qadosh”) es el hecho más importante de toda la creación. Es más importante que Su compasión, Su misericordia y Su gracia. Santidad es la garantía que lo que sea que haga Dios, lo hace con absoluta y perfecta moralidad, sin un solo ápice de doble intención ni asemejo de intenciones escondidas. Káiser llama a la santidad, “el elemento central organizativo del Antiguo Testamento.” No es simplemente un atributo de Dios. Es la expresión de Su carácter esencial. Porque Dios es santo, Él es absolutamente confiable y creíble. La santidad se extiende a todo lo que hace. Desde la perspectiva ética, la santidad de Dios es el parámetro final para todo lo demás, y eso significa que la santidad es la razón por la que Dios puede reclamar todo lo que es, incluyendo todo aspecto de tu vida y la mía.
Ahora podemos ver por qué el silencio es la respuesta del reconocimiento por David de la santidad de Dios. La Biblia nunca eleva una pregunta que no responde (aunque a veces las respuestas no sean las que deseamos escuchar.) La respuesta a la pregunta, “¿por qué me has abandonado?” es ésta: si yo me siento como si Dios me ha abandonado, yo soy el que requiere corrección, no Dios. Dios jamás hace algo que no nazca de, apoye y confirme Su santidad. Dado que Dios es completamente fiable y creíble, mi experiencia de Su ausencia no puede significar que Él se ha ido. Sólo puede significar que yo no estoy escuchando o que Su ausencia aparente es esencial para los propósitos de santidad.
Una vez más. La santidad garantiza que Dios nunca dejará de ser quien es. Dios es el Dios que se revela a Si mismo. El nunca dejara de hacerlo. Es en esos momentos en que mis manos están limpias y mi corazón puro – y aún siento Su ausencia – mi respuesta reside en Quién es Dios. Porque Él es santo, El nunca hará nada perverso, malvado o tentador. Por lo tanto, tengo la certeza que Él está conmigo, aun cuando no lo siento. Mi fe debe moverse de lo que hace Dios a Quien es Dios. Mi fe debe residir en el carácter de Dios, no en Sus acciones hacia mí.
Esta respuesta puede no ser la que deseaba. Yo deseaba que Dios resolviera las cosas. Pero mi fe dice que puedo confiar en quién es El. Yo no deposito mi fe en lo que hace. Habrán veces en las que no comprenda lo que hace, pero nunca existirá el momento en que no pueda confiar en Quien es. Y si El guarda silencio, sigue siendo Santo.
Escrito por Skip Moen
Entender que Dios en Su esencia es Santo y que como tal merece toda la Adoración, la reverencia y sujeción del ser humano, es nuestro creador y debemos venerarlo y obedecerle, El cómo nuestro Padre Celestial espera que dependamos de Él, esperemos en El y confiemos plenamente siempre de que desea y hará Su perfecta voluntad en nosotros, lo bueno para el hombre nace de Su corazón y al recibirlo debemos darle gracias, porque aun siendo El tres veces Santo, nos mira a nosotros pecadores.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
|