La sabiduría es algo que proviene de Dios, Él es la fuente de ella y nos dice Su Palabra que el principio de ella es temor a Él, en la vida debemos tenerla para que sepamos comportarnos, para no ofenderle y ser bendición a los demás, fuimos creados para reflejar Su imagen y siendo El nuestro Dios, desea que nuestros actos le Glorifiquen en todo momento, que discernamos el bien del mal y nuestro comportamiento sea semejante al de Jesus.
LA EDUCACION DE LOS JUSTIFICADOS.
Para aprender sabiduría e instrucción, para discernir dichos profundos, para recibir instrucción en sabia conducta, justicia, juicio y equidad” Proverbios 1:2-3
Para Aprender – ¿Qué significa “aprender sabiduría?” Bien, si eres griego, significa que retendrás información asociada con un tema. En este caso, el tema es sabiduría por lo que podría concluir que conocer sabiduría es conocer lo que necesito saber para lograr que la vida funcione de la manera en que debe funcionar.
En el mundo griego, las personas me llamarían sabio si soy capaz de tomar las decisiones adecuadas. Usualmente asociamos sabiduría con valores morales. Un hombre sabio es quién discierne correctamente la diferencia entre lo bueno y lo malo. Así que desde la perspectiva griega, conocer sabiduría es saber la diferencia entre lo bueno y lo malo. ¿Comienza a parecerle familiar?
¿Cómo cambia esta explicación si doy pasos dentro del mundo hebreo? A fin de cuentas, los proverbios de Salomón no han sido escritos desde la perspectiva griega. El énfasis cambia dramáticamente, de comprender la información sobre el bien y el mal hacia la experiencia de la práctica de tomar decisiones santas. En la perspectiva hebrea, estoy consciente cuando hago esto. Por lo tanto, el conocimiento viene como resultado de la acción, no de la comprensión intelectual.
Poseer sabiduría es actuar justamente. Hasta que mi pensamiento se convierte en acción, en realidad no sé nada. El saber es el proceso de internalizar personalmente aquello de lo que me percato para que mi comportamiento se transforme según ese conocimiento. Para el hebreo, el saber siempre es personal. No es recaudación de hechos. Es aquello que altera como vivimos.
Esta diferencia es esencial a la comprensión del concepto Neo testamentario de “conocer a Cristo.” Si mi vida no se ve alterada, si no hay señales de transformación según el carácter de Yeshua, entonces desde la perspectiva hebrea, nunca lo conocí. Mi declaración de comprender los datos sobre Jesús no significa nada. A menos que mi vida cambie, no sé quién es El.
Ahora este cambio también tiene implicaciones para comprender la Palabra de Dios. Conlleva la implicación de sabiduría que viene después de la relación, no antes. Implica que conocer a Dios es lo mismo que alinear mi vida con Su dirección. En otras palabras, la obediencia precede la comprensión.
Obedezco para ser capaz de comprender, no porque comprendo. Mientras retengo mi obediencia, permaneceré en la oscuridad. No puedo adquirir sabiduría hasta que obedezca primero.
Esto es exactamente inverso a nuestra epistemología (como sabemos) basada en el esquema griego. En el mundo griego, recogemos información antes de tomar una decisión. Pero en el mundo hebreo, decidimos antes de comprender. Piénsalo por un minuto. Parece locura. ¿Cómo puedo saber que debo decidir a menos que tenga la información correcta?
¿Quién propondría una teoría sobre las funciones del universo sin observar primero los hechos del universo? Esta clase de ciencia inversa lleva a teorías como la tierra plana y la alquimia. ¿Acaso la Biblia realmente sugiere que la ciencia debe llevarse a cabo sin evaluar los hechos?
¡Claro que no! Pero la epistemología de la Biblia no se interesa en el método científico. Se interesa en la santidad. Y en cuanto a la santidad, yo no puedo contestar la pregunta, “¿Qué debo hacer para estar en la relación correcta con Dios?” examinando primero los datos sobre mí y el mundo. Para responder esa pregunta, debo someterme a Su declaración antes de comprender la transformación espiritual.
En otras palabras, en lo referente a la santidad, la respuesta me es revelada, no la descubro. Por lo tanto, solo aprendo después de obedecer. Acepto la evaluación de Dios y Su juicio en vez del mío. Confío en Su Palabra en vez de confiar en mi determinación. Es entonces cuando me revela el resto.
Si alguna vez te has preguntado porque hay tantas personas que dicen, “intenté leer la Biblia pero no comprendo nada,” ahora ya conoces la respuesta. La obediencia viene primero. Dios viene a mí, me confronta y solicita mi obediencia. Hasta que acepte su propuesta, nada tendrá mucho sentido. Después que obedezco, descubro verdades que han estado presentes pero escondidas de mis ojos.
¿Quieres conocer sabiduría? Comienza donde Dios te pide que te sometas a Él. De nada sirve intentar evitarlo. Si deseas aprender la verdad, primero debes hacer la verdad que te muestran.
Dr. Skip Moen.
SIN AMOR
La inteligencia sin amor, te hace perverso.
La justicia sin amor, te hace implacable.
La diplomacia sin amor, te hace hipócrita.
El éxito sin amor, te hace arrogante.
La riqueza sin amor, te hace avaro.
La docilidad sin amor, te hace servil.
La castidad sin amor, te hace orgulloso.
La pobreza sin amor, te hace miserable.
La belleza sin amor, te hace ridículo.
La verdad sin amor, te hace hiriente.
La autoridad sin amor, te hace tirano.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La sencillez sin amor, te hace mediocre.
La oración sin amor, te hace ser un farsante.
La ley sin amor, te esclaviza.
La política sin amor, te hace ególatra.
La fe sin amor, te hace fanático.
La vida sin amor, no tiene sentido.
Autor Desconocido
Cuanta verdad en este mensaje, la razón de nuestra existencia en este planeta es el amor, si somos hijos de Dios debemos reflejarlo en todos nuestros actos, palabras y pensamientos, que por doquier noten que pertenecemos al reino de los Cielos al ser Sus embajadores de lo más hermoso que es el amor, muchos desconocen el amor de Cristo, que llevemos este legado por doquier para que vengan a Él y sean saciados de ese inmenso amor que no cambia y es eterno.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA