Cuando tenemos sed vamos de inmediato a buscar algo con que saciarla, pero cuando la sed es interior, del alma, del espíritu solo Jesús puede calmarla, Él es esa Fuente de Agua de Vida Eterna que está dispuesto a llenar nuestras vidas en el momento que necesitemos, no dejemos de buscarle porque El anhela que cada día al vaciar nuestra vida en los demás, nos inundemos para seguir regando los corazones sedientos de Su amor, Misericordia, Bondad, Gozo y paz inefable, que bendición que Él está dispuesto siempre a que desbordemos de ella.
EL SAPO DE LA SANTA CRUZ.
Los sapos se encuentran en todas partes del mundo y, debido a que consumen enormes cantidades de insectos dañinos, son amigos del hombre.
Tal vez el sapo más útil que se conozca es el que vive en las regiones semiáridas del centro de Australia. Se lo conoce con el nombre de Sapo de la Santa Cruz, debido a las manchas de su lomo, que asumen esa forma.
Este sapo es una cantimplora viviente. En las pocas ocasiones en que llueve, bebe el precioso fluido vital hasta hincharse. Durante las sequías que siguen a las lluvias, el batracio se esconde por meses en el barro, y sobrevive gracias al agua que ha bebido.
Cuando los aborígenes de Australia se encuentran perdidos en medio del desierto durante la época de sequía, todo lo que necesitan hacer es buscar al sapo de la santa cruz para sobrevivir. Al extraer el agua de estas insólitas cantimploras, han logrado evitar las consecuencias fatales de la sequía, que hubieran sido catastróficas para todos los que desconocieran los hábitos de este sapo.
Tal como los aborígenes de Australia emplean el sapo de la santa cruz cuando necesitan del agua que da vida, las personas perdidas en el desierto de este mundo pueden ser liberadas milagrosamente de la muerte al beber del agua de la vida que brota del manantial de la cruz.
Moisés dio un golpe en la roca que representaba a Cristo, y consiguió agua en el desierto. Jesús mismo amplió esta lección cuando le dijo a la mujer que estaba en el pozo: ""Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed" Pero "el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás.".
Así pues, por medio de este humilde sapo, de Moisés y su roca milagrosa, y de Cristo y la Cruz se nos enseña la lección de que el agua es un elemento que da vida. Responderemos como la Samaritana: " Señor dame de esa agua".
"Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed --respondió Jesús--, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.
--Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni siga viniendo aquí a sacarla. Juan 4:13-15.
Tomado de Maravillas de La Creación.
Santiago A Tucker.
EL PECADO DE SODOMA HOY.
Descenderé ahora y veré si han hecho en todo conforme a su clamor, el cual ha llegado hasta Mí. Y si no, lo sabré.” Génesis 18:21
Clamor – como en los días de Noé, los días de Ezequiel y los días de Jonás, se levantó un lamento al Señor. Él lo escuchó y decidió traer juicio sobre la tierra. Pero a diferencia de nuestras ideas erradas sobre el pecado de Sodoma, el clamor que escuchó Dios no era sobre inmoralidad sexual.
Nuestras escuelas dominicales no enseñan sobre el verdadero pecado de Sodoma. No fue homosexualidad, libidinosidad, lujuria o cualquier otra perversión sexual. Fue mucho mayor. Y todo está envuelto en la palabra hebrea “tse´aqah” y su acompañante “ze´aqah”.
Esta primera palabra la encontramos en éste versículo (clamor) y la segunda en el versículo anterior (lamento), pero como puedes ver, existen dos palabras diferentes en hebreo. No obstante, el impacto de estas dos palabras se funde en una sola ofensa tan grande que Dios derrama ira sobre aquellos que la abrazan.
¿Qué significan “tse´aqah” y “ze´aqah”? Sarna dice que estas dos palabras describen “el lamento angustioso de los oprimidos, la plegaria agonizante por ayuda de la víctima en alguna gran injusticia.”
Esta es la indignación moral por la indiferencia total por la compasión y civilidad humana. Esto es lo opuesto a lo que cualquier humano consideraría justicia. Esta no es una simple deshonra a Dios. Es la deshonra de aquellos como nosotros, una manifestación lasciva de la insensibilidad humana hacia otros seres humanos.
Si deseas ver como se ve, no tienes que descender a los burdeles ni a las tiendas de pornografía. Puedes ver las noticias sobre “limpieza racial” en todo el planeta. Puedes recordar la historia del Holocausto o las acciones de Pol Pot. Puedes comprender que vivimos en el siglo más brutal, más inhumano, más despreciable que ha visto el mundo. Y no existe evidencia que las cosas mejorarán.
El potencial de genocidio en nombre de Allá que surca el horizonte tienen la posibilidad de palidezcan todos los otros actos de crueldad. La destrucción de los seres humanos en nombre de la religión, política y economía nos hace ver como si no sólo vivimos en Sodoma, sino que también nos hemos expandido sus límites de la ciudad hasta los confines del planeta.
¿Realmente creemos que Dios no repetirá su ira expurgatoria en un mundo enloquecido con el apetito desmedido por poder, posesión y ganancia personal? ¿Realmente creemos que Dios puede encontrar un justo entre nosotros?
Da terror contemplarlo. Por cuánto tiempo superará la misericordia de Dios a Su juicio es una apuesta que ningún hombre debe desear tomar.
Así que haz a un lado la idea que el pecado de Sodoma tenía que ver con sexo. La perversión sexual solo fue uno de los síntomas de una cultura a la que no le importaba ni un poco aquellos que eran usados y abusados. Ezequiel coloca la culpa donde necesitamos escucharla:
“Pues ésta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado, y se enorgullecieron y cometieron abominaciones delante de Mí. Y cuando lo vi las hice desaparecer” Ezequiel 16:49-50
¿Qué ve Dios hoy? ¿Qué harás al respecto antes que El venga a ver si el lamento es grande?
Escrito por Dr. Skip Moen
Este siglo está marcado por la indiferencia del ser humano, por no tener compasión ni amor por los demás, por tener cada día más dinero, posición y poder, no importando a quien se pise, a quien se deseche con tal de alcanzar lo que se ha propuesto así sea con lo que no conviene, la falta de tolerancia, discriminación y rechazo a los demás es inminente, pero si tenemos el amor de Jesús en el corazón, nuestros hechos y palabras marcaran la diferencia, hagamos nuestra parte para que muchos noten la luz que hay en nuestro interior.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA