Entender que si tengo a Jesús en mi corazón tengo Su protección, Su guianza y seguridad, entonces no hay razón para que cuando venga una tormenta actúe como los demás, si El está como piloto de mi vida, me llevara a puerto seguro, por eso la mayoría de las personas se acuerdan del Señor solo cuando hay adversidades, que no nos suceda, que marquemos la diferencia como la señora de este mensaje, con Cristo estamos mejor que sin Él, vivamos para El, con El y para El
CALMA EN LA HORA DE LA TORMENTA
"He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es el Señor, quien ha sido salvación para mí" (Isaías 12:2).
Una señora de edad salió de Buffalo, en un barco, para visitar una hija que moraba en Cleveland. Durante el trayecto, una fuerte tempestad les alcanzó y muchos pasajeros, temiendo la muerte, se reunieron en oración.
Apenas la señora de edad parecía indiferente a la situación cuando se sentó para orar junto a los demás, después de que la tempestad pasara, algunos de los pasajeros estaban ávidos por saber el secreto de su tranquilidad. Así que se colocaron alrededor de ella y le preguntaron la razón de tan gran calma. "Bien, mis queridos amigos", contestó, "Es muy simple. Tengo dos hijas. Una está muerta y mora en el cielo.
A otra vive en Cleveland. Cuando la tempestad surgió, me pregunté cuál de ellas podría visitar primero -- la de Cleveland o la que está en el cielo. Y acabé dejándolo por cuenta del Señor. Estaría feliz en ver a cualquiera de las dos".
¿Hasta qué punto hemos mantenido la tranquilidad delante de las circunstancias difíciles qué enfrentamos en este mundo? ¿Hemos dominado la ansiedad, aguardando con alegría y paciencia las orientaciones del Señor, aceptando Sus decisiones como lo que de mejor podría acontecer en nuestras vidas o aún nos mostramos apresurados, buscando nuestra propia voluntad, mismo que vengamos a arrepentirnos por actitudes equivocadas?
¿Hemos sido cristianos apenas de boca o nuestro corazón confía realmente en Cristo como Señor de nuestras vidas?
Como hijos de Dios, ¿hemos obedecido a Su Palabra o a buscamos apenas cuando estamos en aprietos y necesitando de un socorro urgente?
Cuando el Señor está en nuestro corazón, experimentamos calma en las horas buenas y malas, en la tranquilidad de un día soleado y bajo Fuertes intemperies de la vida, en los momentos de abundancia y también de grande carencias.
Lo que hace la diferencia es Dios. Nada más importa si yo pongo mi confianza en él.
LA SOLEDAD EN EL MATRIMONIO.
Es increíble, pero lamentablemente es una realidad. Muchos matrimonios sufren de soledad individual!
Génesis 2:18 Después dijo Dios: «No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él».
Génesis 2:24: Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne.
Es evidente que una de las razones más importantes por las que Dios creó el Matrimonio, fue resolver un asunto de soledad y que ambos desarrollaran un compañerismo tal que pudieran verse como una sola carne.
Cuando dos personas se unen en Matrimonio, sueñan con una vida juntos para toda la vida. Sus anhelos e ilusiones tienen que ver con una vida, juntos felices y para siempre. Nadie se casa pensando que se va a separar o a divorciar en un futuro. Nadie se casa pensando que la relación no va a funcionar. Todos nos casamos pensando que esa persona con la que estamos uniendo nuestra vida, es la persona perfecta para nosotros.
Sin embargo, con el paso del tiempo, descubrimos diferencias que tienden a separarnos; muchos caen en la apatía y la rutina insulsa de la vida; no cuidan de su compañerismo y empiezan a separarse emocionalmente poco a poco, hasta que el compañerismo que los unía se va perdiendo; y entonces experimentan una horrible sensación de soledad.
Cuando la Biblia nos enseña que “seremos una sola carne”, habla de un nivel de intimidad y compañerismo inseparable. Dos compañeros que emprenden juntos la aventura de la vida, en la que formarán una familia y encontrarán muchas alegrías, muchos sinsabores, muchos éxitos y muchos fracasos, tiempos de paz y tiempos de guerra, encontrarán tiempos de felicidad y también tiempos de tristeza. Pero lo más importante es que esos dos compañeros estén dispuestos a apoyarse mutuamente tanto para disfrutar de las cosas buenas de la vida, como para enfrentar las dificultades, unidos como un solo bloque.
Eclesiastés 4:9-11 Mejor son dos que uno, pues reciben mejor paga por su trabajo. Porque si caen, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del que está solo! Cuando caiga no habrá otro que lo levante. También, si dos duermen juntos se calientan mutuamente, pero ¿cómo se calentará uno solo?
En una vida de compañerismo, si uno cae, se equivoca, o falla, o hace algo indebido; la función del otro es “levantarlo”, animarlo, apoyarlo; no criticarlo, ni juzgarlo, ni acusarlo. Dos compañeros de viaje, están pendientes si su compañero se resbala, para inmediatamente tenderle una mano y levantarlo. Pero muchos matrimonios hacen lamentablemente lo contrario. Si el cónyuge comete un error, ahí mismo le caen encima, lo acusan, lo juzgan, lo critican con una actitud realmente destructora del compañerismo que se supone deben vivir.
Cuando se cometen errores, se debe hablar del tema, pero de forma constructiva, expresándose mutuamente el apoyo necesario para procurar que no se vuelvan a cometer esos errores. El enfoque sería algo como: “Mi amor, no te preocupes, quiero que cuentes conmigo para ayudarte en lo que sea necesario, así como yo cuento contigo para evitar cometer errores, pero si los cometemos, siempre nos apoyaremos y juntos saldremos adelante.” Dios bendice y prospera los matrimonios “compañeros”.
Si tu matrimonio ha sufrido o sufre de “soledad”, si has estado distante, pídele perdón a tu cónyuge y toma la decisión de convertirte en el (la) mejor compañero(a) de tu cónyuge. Toma la decisión de no juzgarle, de no criticarle, de no maltratarle en modo alguno. Más bien toma una actitud de “compañero” que siempre estará ahí para levantar al otro. Hoy por ti, pero seguramente mañana por mí!
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!
Luis Y Hannia Fernandez
A la mayoría de las parejas se les olvida los votos que hicieron cuando se casaron, porque prometieron estar en las buenas y en las malas, en la enfermedad, en la pobreza y todo lo que acontece en el diario vivir, por eso debemos ser uno, compenetrarnos, ayudarnos, sostenernos y vivir el uno para el otro, porque ya somos una sociedad y como tal procuramos el bienestar siempre, unir esfuerzos, trabajos y aportar lo que hace falta, que no haya vacío entonces en esta relación bendecida por el Señor y que Él sea el Rey y Señor del matrimonio, porque si esta en medio, seremos como ese cordón de tres dobleces que nadie destruye.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA