Que privilegio que el Señor nos haya apartado para Su uso exclusivo, esto es algo maravilloso y por ende debemos corresponder a esto tan honroso, viviendo en la forma que El espera de nosotros, en perfecta obediencia y apartados del pecado para que no reine en el corazón, si hacemos esto vamos por el mundo manifestando que somos hijos de Dios y que nuestro ejemplo a seguir es solo Su hijo Jesucristo que nos salvó y dio vida Eterna para Su Gloria y Alabanza.
VIVIENDO SANTAMENTE COMO DIOS QUIERE
1 Pedro 1: 14, 15 “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como Aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”
Alguien me dijo una vez: “¿Podemos ser santos?“, y yo le respondí sin pensarlo ni un momento: “¡Claro que sí!”, pero cuando me refiero a santos, me refiero a nuestra manera de vivir, el Apóstol Pedro lo escribía claramente en una de sus epístolas como lo podemos leer en el versículo del inicio.
Pero la pregunta podría ser: ¿Qué quiere decir cuando nos motiva a ser santos?
Santos es: Apartado de y Consagrado para.
Eso significa dos cosas importantes que quiero escribir en esta hora:
Apartado de: Ser santos es apartado del pecado, es decir que tú no tienes parte con el pecado. Si bien es cierto no somos perfectos y fallamos mucho, no significa que no intentaremos cada día de nuestra existencia el apartarnos del pecado. Diferente es aquella persona que permite que el pecado se apodere de ella y no hace nada para apartarse de esa fea práctica.
Amados el pecado no es nada de que nos podamos sentir orgullosos, es más, vemos en Adán y Eva el ejemplo de que el pecado es una vergüenza ya que luego de pecar tuvieron que esconderse y cubrir su desnudez lo cual reflejaba que el pecado había producido en ellos vergüenza. Así mismo es hoy en día, ninguno de los que nos hacemos llamar cristianos nos vamos a sentir orgullosos de ser adúlteros, fornicarios, mentirosos, mal hablados, ladrones, etc. Creo que todo aquel en el cual el Espíritu Santo mora ha de sentir que lo redarguye cuando va a cometer una falta y si no es así, entonces ¡Deberíamos preocuparnos!
El Apóstol Pedro motivaba a la Iglesia a vivir una vida santa, es decir una vida apartada totalmente del pecado, en donde el objetivo debería ser huir del pecado. Y es que se puede vivir una vida apartada del pecado, siempre he pensado que nosotros pecamos porque queremos, así de simple. Pecamos porque permitimos que eso pase, ya que cada uno de nosotros tiene el suficiente dominio propio para decir NO al pecado, pero dejándonos llevar por nuestra concupiscencia permitimos que nuestra vida se siga manchando con el pecado, queremos vivir en santidad en la Iglesia y en pecado fuera de ella, ¿A quién tratamos de engañar?, Pecado y Santidad son dos palabras muy distintas y que significan totalmente lo contrario, por lo que no es posible que mientras digamos que queremos vivir en santidad sigamos con pecados ocultos. Debemos tener la determinación completa de tratar de vivir una vida santa y eso significa APARTADOS DEL PECADO.
Por otra parte también es importante que además de apartarnos del pecado también estemos:
Consagrados para: Cuando nosotros decidimos apartarnos del pecado tenemos que también determinarnos que vamos a consagrarnos para Dios. Cada uno de nosotros deberíamos consagrar nuestros ojos para ver solo lo que Dios quiere que veamos, consagrar nuestros oídos para no escuchar lo que Dios no quiere que escuchemos, consagrar nuestra lengua para no hablar más de la cuenta, consagrar nuestros pies para que no nos lleven a lugares en donde deshonraremos el nombre de Jesús.
El consagrarse para Dios tiene que ver con cultivar en nosotros una vida de devocional, una vida en donde su alimento espiritual sea la continua lectura de la Palabra, la continua oración, el continuo servicio a Dios y todo aquello que tiene que ver con someterme a Él realizando aquello que me acerca a Él y me hace conocerlo de mejor manera.
Por tal razón debemos renunciar a los deseos que antes teníamos, cuando estábamos en la ignorancia, cuando pensábamos que hacíamos lo bueno y realmente era lo malo, cuando no nos importaba ni una pizca el hecho de agradar a Dios, mas ahora todo es diferente, ahora ya no vivimos conforme a los deseos de la carne ni del mundo, sino que vivimos con el único objetivo de agradar a aquel que nos ha dado vida en abundancia.
El Apóstol Pablo lo decía: “Ya no vivo yo, mas Cristo vive en mi” (Gálatas 2:20), el Apóstol Pedro en el versículo que leímos al inicio lo decía en otras palabras: “…no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como Aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (1 Pedro 1: 14, 15), el discípulo amado Juan lo decía de esta forma: “Y todo aquel que tiene esta esperanza en El, se purifica a sí mismo, así como Él es puro”.
Todo esto nos enseña que la vida en Cristo tiene que ser una NUEVA VIDA, esa vida que no está viciada a los deseos de la carne, ni en satisfacerlos, sino que todo lo contrario, es una lucha constante diariamente contra nuestro deseos pecaminosos por el único objetivos de ser fieles a Dios, así como Él lo ha sido con nosotros, que sin merecerlo nos ha dado salvación y una vida eterna, así como ha ordenado nuestra vida que se encontraba sin un sentido claro.
Amados, ¿Cómo estamos respondiendo a los favores de Dios?, ¿Estaremos viviendo nuestra vida como la vivíamos cuando no lo conocíamos?, o ¿Realmente estamos tratando por todos los medios de vivir santamente como Él quiere que vivamos? Que cada día de nuestra existencia vivamos con el propósito de apartarnos del pecado y consagrarnos cada vez más al Señor.
Edgar Garcia
NUNCAS OLVIDES A TUS AMIGOS!!
Hace muchísimos años, un joven recién casado estaba sentado en un sofá en un día caluroso y húmedo, bebiendo jugo helado durante una visita a su padre.
Mientras conversaba sobre la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de las personas adultas; el padre revolvía pensativamente los cubos de hielo de su vaso y lanzó una mirada clara y sobria hacia su hijo.
- "Nunca olvides a tus amigos", ¡aconsejó!, "Serán más importantes en la medida en que envejezcas".
"Independientemente de cuanto ames a tu familia y los hijos que por ventura vayas a tener, tu siempre necesitarás de amigos.
Recuerda ocasionalmente salir con ellos, realiza actividades con ellos, telefonéalos..."
"¡Qué extraño consejo!" pensó el joven. "Acabo de ingresar al mundo de los casados, soy adulto y con seguridad mi esposa y la familia que iniciaremos ¡serán todo lo que necesito para dar sentido a mi vida!"
Con todo, él obedeció a su papá; mantuvo contacto con sus amigos y anualmente aumentaba el número de ellos.
Con el pasar de los años, él fue comprendiendo que su padre sabía de lo que hablaba.
En la medida en que el tiempo y la naturaleza realizan sus designios y misterios en un hombre, los amigos resultaron baluartes de su vida.
Pasados los 50 años de vida, he aquí lo que aprendió:
El tiempo pasa.
La vida continúa.
La distancia separa.
Los niños crecen.
Los empleos van y vienen.
El amor se debilita.
Las personas no hacen lo que deberían hacer.
El corazón se rompe.
Los padres mueren.
Los colegas olvidan los favores.
Las carreras terminan.
Mas, los verdaderos amigos siempre están ahí, no importa a cuánto tiempo o a cuantos kilómetros se encuentren.
Un amigo nunca está más distante que el alcance de una necesidad, haciendo barra por ti, interviniendo a tu favor, esperándote de brazos abiertos o bendiciendo tu vida.
Cuando iniciamos esta aventura llamada VIDA, no sabíamos de las increíbles alegrías o tristezas que estaban delante. No sabíamos de cuanto necesitaríamos unos de otros.
En verdad los amigos son valiosos, podemos tener muchos conocidos, pero los amigos en verdad son pocos, procuremos mantener la relación para que siga afianzada y con sinceridad, constancia y fidelidad, llegaremos hasta el final de nuestros días con ellos que nos hacen la vida especial, más si tenemos como al Mejor Amigo a Jesús, El si nunca falla y permanece a nuestro lado las 24 horas del día, que bendición contar con El en todo y para todo.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA