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DESORDEN DEPERSONALIZACION FORO: ME ARREPIENTO DE HABER FUMADO HIERBA EN LA UNIVERSIDAD
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miércoles 9 de septiembre de 2009
by DraCaroline
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Este
mensaje lo he escrito con el debido permiso y alterando los nombres de
los protagonistas para salvaguardar la confidencialidad de mis
pacientes, para que lo pasen a sus familiares, amigos, nietos,
sobrinos, primos, hermanos, vecinos, compañeros de trabajo, de colegio
y universidad; para que vean los efectos desgarradores y estúpidos que
pueden hacerle a su cerebro, cuiden este órgano el más importante de
todos, por favor cuídenlo. Lean y reflexionen porque esto pasa muy muy
seguido solo que no se habla mucho, queda como en secreto muy en
secreto. Pero yo si lo hablaré porque quiero que nuestros hijos o
nietos estén a salvo y aprendan a prevenir daños en su cerebro. Con
nuestro cerebro hacemos todo lo que hacemos, hablamos, pensamos,
sentimos, organizamos, planeamos, todos somos cerebros andando...Dios
nos los brindó como regalo de amor para que pudieramos sobrevivir y
hacer el bien en la tierra...no lo dañes por favor, ámalo y cuídalo,
nadie lo hará por ti.
Magaly tenía 21 años y estudiaba
Literatura en una prestigiosa universidad del exterior. Era muy
brilante, atractiva, ambiciosa y sociable. Ella me describió su
infancia como muy feliz y tranquila. Ella era la segunda de cuatro
hermanos quienes fueron criados en un pueblo en la zona oeste, y sus
padres aún estaban felizmente casados. Ella se llevaba bien con ambos y
estaba muy apegada particularmente con su hermana Lily quien era dos
años más joven. A Magaly siempre le fue bien en la escuela, era
atlética, tenía muchos amigos. Ella nunca fué particularmente
problemática, solo con los altos y bajos de cualquier adolescente
normal. Antes de que llegara ese día que la marcara, fumo marijuana tan
solo dos veces en su vida. La primera vez fue en el primer año de
preparatoria, cuando ella y sus amigos estaban en una fiesta un sábado
e hizo algunos "toques" en el porro de un amigo. Ella no sintió nada, y
su amigo le dijo que tenía que tratar nuevamente varias veces para
sentir el efecto.
Magaly
sin embargo, no era particularmente curiosa y no intento fumar
marijuana hasta el segundo año en la universidad. En ese tiempo estaba
saliendo con un estudiante quién regularmente fumaba en un porro, y
ella lo intento nuevamente una noche en una fiesta con él.
Después
de inhalar profundamente unas veces y sostenerlo como lo había visto
hacer a él, empezó a sentir como volada, a reirse como una tonta, y
bastante hambrienta. El tiempo también parecía moverse lentamente. Ella
no se sintió especialmente high, ni tampoco cautivada con lo que había
sentido.
Un
año paso y Magaly tuvo la oportunidad de fumar en un porro por tercera
vez en su vida, en medio de una pequeña reunión de amigos. Era una
manera de socializar y unirse a otros. Ella fumó en el porro en el
trancurso de la velada, y se sintió "muy volada", como rara
desconectada de su cuerpo y de todo lo que le rodeaba alrededor. Me
comentó "No era una sensación placentera". "Mi cabeza estaba también
presente, y superficial de alguna manera. Sentía que mi mente de alguna
manera estaba desconectada de mi cuerpo. No me entró pánico porque
sabía que era temporal. Por lo menos eso pensé".
Magaly me contó
que recuerda que se fue a dormir después de eso en la noche pensando
que gracias que era aún Sábado y que tenía el Domingo para ponerse al
día y estudiar para los exámentes de la siguiente semana. Sin embargo,
cuando se levantó la mañana siguiente se sintió muy extraña y
desconectada como la noche anterior. Los objetos familiares alrededor
del cuarto de alguna manera parecían diferentes a la luz de la mañana.
Los libros, la alarma del reloj, un pequeño trofeo, una planta en la
ventana --siempre habían estado ahí, pero ahora le parecían menos
familiares como si ella los estuviera viendo por vez primera. Ella le
dijo a su novio que aún se sentía volada, pero ahora sintiendose
aterrada. El porro tal vez debió ser más fuerte que lo usual, él dijo,
consolandola que no se preocupara porque gradualmente el efecto se iba
a disipar en el transcurso del día. Él regreso a su yo normal. sin
embargo, eso no la confortó a Magaly para nada. Ella trató de relajar
su mente desayunando, escuchando alguna música y estudiando para su
primer examen. Ella se le hacía muy difícil hacerlo, es como si fuera
muy duro enfocarse en algo, y no pudo captar ni un poco de lo que
estaba leyendo. A medida de fue transcurriendo el día, ella se sintió
como si estuviera en un sueño, navegando como en una neblina, en camara
lenta, aturdida y semiconsciente de lo que pasaba alrededor de ella; el
tiempo parecia eterno. Ella decidió irse a dar una caminata, algo que
ella hacía regularmente para relajarse cuando se sentía estresada. Ella
pensó que el frío, y fresco aire podría aclarar su mente y ayudarla a
sentirse más normal otra vez, pero no funcionó. A la hora de dormirse
esa noche, empezó a sentir pánico relacionado a su condición. Ella
llamó a varios amigos y a su hermana Lily y les preguntó si ellos
alguna vez se habían sentido así de volados y engomados después de
haber fumado en un porro hierba por tanto tiempo. Aunque nadie quería
darle demasiada importancia a la respuesta, ella sintío que nadie la
tenía.
Para la siguiente mañana, Magaly se levantó y se dio
cuenta que nada había cambiado, y empezó a desesperarse. En lo que
parecía vivir los peores días de su vida, se las arregló para poder
tomar sus examenes, regresar a su casa para un descanso invernal. Ella
entre sollozos le contó a sus padres lo que le había pasado. Ahora ella
tenía miedo de haberle hecho un daño a su cerebro de alguna manera y se
odiaba por haber fumado. Aún cuando su familia la estaba confortando y
recordandole que no había hecho nada diferente de las otras chicas de
su edad, ella no podía parar de dejar de preocuparse de que había hecho
un daño a su cerebro. Dentro de unos días su familia arregló todo para
traer a Magaly a mi consultorio. Ella trató de describirme en detalle
exactamente lo que estaba sintiendo. Le sugería que probablemente
estaba muy estresada por las altas demandas del semestre que acababa de
terminar. Ella no dijo nada, pero Magaly de alguna manera sabía que no
lo era. Aunque el semestre estuvo bien duro, ella había manejado bien
todo el estrés, y ella no se había sentido particularmente estresada.
Ella sabía que esta sensación "física" tenía que ser algo muy
diferente. Ella me dijo que estaba convencida que la droga tenía que
haber dañado su cerebro. Para serenarla, la referí con un neurólogo.
Magaly
fué a ver al neurólogo, quien ordeno a algunas pruebas para asegurarse
de que el cerebro no estaba dañado por las breves experiencias con
drogas. Tanto los resultados de la resonancia mágnetica de su cerebro y
el electroencefalograma de sus ondas cerebrales fueron normales.
El
neurólogo después le comentó que parecia que ella estaba muy estresada
y ansiosa. Así que nuevamente me la refirió a mi. Mientras tanto, no
habían cambiado la severiad de los síntomas de Magaly por dos semanas,
y tenía que volver a la universidad en pocos días. Ella no podía
regresar como un fantasma y trabajar duro con su cabeza en las nubes,
con una constante sensaciòn de estar confundida o volviéndose loca.
Unos días después, vino a verme y le dije que las experiencias que
estaba experimentando tenían un solo nombre, depersonalización. Ella
nunca había escuchado esta palabra y se sintió intensamente aliviada
descubrir que había un nombre para lo que estaba experimentando. Le
dije que los síntomas pudieran haber sido provocados por el uso de las
drogas y que si en unos días regresaba al extranjero para asistir a su
siguiente semestre en la universidad tenía que ir directamente al
departamento de psicología y psiquiatría del hospital de la universidad
donde estudiaba.
Dios me los bendiga, sigan enviando sus consultas a dracaroline@dracaroline.com que con cariño y respeto orientare
Su amiga del alma
DraCaroline
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