El 29 de junio, la Virgen cura milagrosamente a un niño de tres años, Danijel Setka, severamente discapacitado como consecuencia de una rara y grave enfermedad - una especie de parálisis infantil- contraída al cuarto día de su nacimiento. Sus padres lo habían llevado hasta Medjugorje, con la esperanza que la Gospa lo sanara. Cuando van a la colina Danijel no puede dar ni un paso sin caerse, tiene su cabeza colgada hacia la derecha y además no puede en absoluto hablar. Los videntes se lo presentan a María y le piden que sirva como señal para los que no creen. Entonces la Virgen les dice que la condición para que el niño sea sanado es que los padres crean sin titubeos ni dudas, firmemente. Según cuentan los propios padres de Danijel, ya en el viaje de regreso pronuncia sus primeras palabras. Luego podrá pararse bien y caminar correctamente. En poco tiempo evoluciona hacia la normalidad.
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