Roma: "Un error miope"
El Vaticano, en pie de guerra por la retirada de los crucifijos
Redacción Periodista Digital, 04 de noviembre de 2009 a las 11:44
El crucifijo siempre ha sido una señal del amor de Dios, de unidad y de acogida para toda la humanidad
La condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra
Italia por exhibir crucifijos en las aulas desató indignación y rabia
en las autoridades italianas y en el Vaticano, que habló de un "error"
que denota "miopía".
El gobierno italiano, que anunció que recurrirá la sentencia, atacó al Tribunal por estar "impregnado de ideología" y ofender la historia y los símbolos de Italia.
"La presencia de crucifijos en las aulas no significa una adhesión
al catolicismo, sino que representa nuestra tradición", afirmó la
ministra de Educación, Mariastella Gelmini. "Nadie, aún menos un tribunal europeo impregnado de ideología, logrará arrancarnos nuestra identidad", agregó.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó el martes a Italia
por instalar crucifijos en las aulas, lo que consideró contrario al
derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones
religiosas y al derecho de los niños a la libertad de religión. Los jueces de Estrasburgo
estimaron que la cruz puede ser interpretada por los alumnos como un
símbolo religioso, lo que puede perturbar a los estudiantes de otras
religiones o a los ateos.
La sentencia, que tendrá que ser aplicada en tres meses en caso de
que el recurso no sea aceptado, fue rechazada por el Vaticano, que "la
acogió con estupor y pesar", según su portavoz, el padre Federico Lombardi.
"El crucifijo siempre ha sido una señal del amor de Dios, de unidad y
de acogida para toda la humanidad", estimó en Radio Vaticano y el canal
de televisión Rai Uno, añadiendo que en su opinión "es un error y una
miopía querer excluir de la realidad educativa" una "señal fundamental
de la importancia de los valores religiosos en la historia y la cultura
italiana".
"Suscita amargura y no poca perplejidad", reconocía la Conferencia Episcopal Italiana.
La Iglesia católica batalla desde hace varios años contra el
"laicismo" dominante en Europa y en varias ocasiones el papa Benedicto
XVI, al igual que su predecesor, Juan Pablo II, ha pedido la defensa de
los valores cristianos del viejo continente.
Y en 2005, Benedicto XVI reclamó el mantenimiento de los crucifijos en los lugares públicos.
Italia estableció por ley en la década de 1920, bajo el fascismo,
que las escuelas debían tener crucifijos y pese a que no se aplica
estrictamente desde 1984, cuando el catolicismo dejó de ser religión de
Estado, el debate sigue abierto.
"Italia no quiere ver los cambios que la sociedad vive, con la
llegada de cientos de inmigrantes, muchos no cristianos, a los que
considera sin ideas ni posiciones religiosas o políticas", comentó a la
AFP Filippo Gentiloni, experto en asuntos religiosos.
"La mayoría de los italianos se reconocen en esos símbolos religiosos", explicó a la AFP Franco Garelli,
profesor de la universidad de Turín, quien citó un estudio del 2007 que
establece que el 77% de los italianos está a favor de los crucifijos en
las aulas.
"La decisión del Tribunal tiene como objeto anular nuestras raíces cristianas", reaccionó Alessandra Mussolini, nieta del dictador y parlamentaria de derecha.
Los únicos que aprobaron la decisión fueron los dirigentes de los
dos partidos comunistas. La prudencia mostrada por el nuevo líder del
Partido Democrático, Pier Luigi Bersani, quien calificó el
crucifijo en las aulas de "tradición inofensiva", demuestra que el
principal movimiento de la oposición de izquierda evita lanzarse en una
batalla abierta contra la Iglesia. (RD/Agencias)