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General: liagros de Padre Pio...
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De: MIRIAN 960 (Mensaje original) |
Enviado: 23/01/2010 03:09 |
En mayo de 1925. María tenía su bebé enfermo de nacimiento. María estaba muy angustiada por su bebé. De hecho, después de una visita médica, le dijeron que su niño tenía una enfermedad muy complicada. No había esperanzas para él: jamás se podría recuperar. María decidió ir en tren a San Giovanni Rotondo. Ella vivía en un pueblo pequeño al sur de Puglia, pero escuchando los milagros del Padre Pío, del fraile que tenía los estigmas de Jesús y que hacía milagros, a los enfermos y daba esperanza a los desgraciados; surgió en ella una gran fe e inmediatamente se fuè de viaje, pero durante el trayecto el bebé se murió. Ella había vigilado su cuerpecito toda la noche, y lo puso en la maleta y la cerró... Al día siguiente de ver morir a su hijo, estaba en el convento de San Giovanni Rotondo. ¡Ya no había ninguna esperanza! El niño estaba muerto. Pero Maria no había perdido su fe. Por la tarde estaba delante del Padre Pío. Se encontraba en la fila de la confesión y tenía en sus manos la maleta que contenía el cadáver de su hijo. Se había muerto veinticuatro horas antes. Se arrodilló delante del Padre Pío y lloró desesperadamente suplicándole ayuda. Él la miró profundamente. La madre abrió la maleta, y le mostró el cadáver de su hijo al Padre Pío. El pobre Padre se condolió hasta las entrañas por el dolor de ésta madre. Tomó el pequeño cuerpo y puso sus manos estigmatizadas en su cabeza, y entonces oró mirando al cielo. Después de un rato, la pobre criatura estaba viva de nuevo. Un gesto, un movimiento de los pies, los brazos... parecía dormido y simplemente se despertó después de un sueño largo. Hablando a la madre le dijo: "¿Mima, por qué usted está llorando? Su hijo está durmiendo " La madre y los gritos de la muchedumbre llenaron la iglesia. ¡Todos hablaban sobre el gran milagro!
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Un ingeniero decidió quedarse hasta tarde en el convento, pero cuando decide irse comenzó a llover... Así que él le dijo al Padre Pío: "Yo no tengo ningún paraguas " "¿Podría quedarme aquí hasta por la mañana? Si no, me mojaré." - "Yo lo siento mi estimado, no es posible. ¡Pero no se preocupe! ¡Yo lo acompañaré! “le contestó el Padre Pío. Pero el ingeniero pensó que habría sido mucho mejor no hacer esa penitencia, sin embargo, podría ser menos riguroso con la ayuda del Padre Pío. Se puso su sombrero, y empezó a caminar dos millas entre el convento y el pueblo. Pero en cuanto él salió viô con sorpresa que ya no estaba lloviendo. Simplemente había un pequeño rocío cuando llegó a su casa. "Mi Dios", la mujer exclamó, cuando abrió la puerta "Usted también debe estar mojado hasta los huesos” “en absoluto" el ingeniero contestó - "no está lloviendo". Los campesinos que estaban enmudecen: "¿Qué! ya no está lloviendo? ¡Está vertiendo! ¡Escuche! “ellos abrieron la puerta de nuevo y estaba lloviendo demasiado fuerte Y le contaron que había estado lloviendo durante una hora sin interrupción. "¿Cómo usted pudo venir sin mojarse? Ellos le preguntaron. El ingeniero contestó: "El Padre Pío me dijo, que me acompañaría"; entonces, los campesinos comprendieron que había sido un milagro más del Padre Pío. "Ahora todo está claro, y se encontraron en la cocina para cenar cuando la mujer dijo: "Con seguridad la compañía del Padre Pío es mucho mejor que un paraguas "
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