Si bien es
cierto que una parte de nosotros contiene aspectos de nosotros que
negamos también es muy cierto que contiene nuestros sueños, talentos y
ambiciones. Y cuando negamos amigas y amigos esta parte de nosotros es
decir cuando usted no utiliza esos talentos entonces sufrirá de la tan
famosa envidia, odio, rabia, lujuria porque la vas a proyectar cada vez
que observes a alguien exitoso. Te vas a poner super verde de la
envidia.
La envidia es la peor emoción destructiva. Porque vas a
envidiar las cualidades, posesiones, buenas cualidades, estilo de vida
de los seres amados. Aún inconscientemente vas a querer destruir a esa
persona.
La envidia queridos lectores se encuentra arraigada
cuando muestras o recibes (mucho ojo) un respeto exagerado y la
celebración exagerada de tus éxitos. A la misma vez es un rechazo hacia
nuestras propias cualidades positivas porque cuando envidiamos nosotros
inconcientemente proyectamos nuestros propios atributos positivos en
los demás. La tragedia reside en que nos ciega a lo bueno que hay dentro
de nosotros.
Aunque puede ser desalentador encontrarnos con
nuestros demonios de la envidia y la codicia dentro de nosotros al
encontrarnos aplaudiendo y observando los éxitos de los demás, el hecho
de aceptarlo te servirá como catapulta para que te motives a alcanzar
metas tu también, para desarrollarte y para enriquecer tu vida.
Cuando
envidiamos a otros por lo que son capaces de alcanzar, nuestros propios
únicos talentos se pierden. En lugar de eso, vemos nuestros talentos
ignorados y enterrados en otros y sentimos que de alguna manera aquellos
que los poseen han tomado los talentos de nosotros.
Miren todos
tenemos dentro de nosotros nuestra sombrita llena de mucha sabiduría,
valor, entusiasmo, creatividad, conocimiento, sustancia, fortaleza tal y
como las envidiamos en las otras personas.
Los siguientes
ejercicios te ayudarán a alcanzar tu potencial porque al integrarlos y
renocerlos te van a ayudar a alcanzar lo que tanto anhelas.
1.
En una página o en tu diario, haz una lista
de las cualidades que más admiras en otras personas (por ejemplo,
belleza, talento, ambición, etc)
Aún cuando no creas que las
puedas poseer son parte de ti. No importa que tan enterradas estén o que
no las hayas desarrollado, están escondidas en algún lugar dentro de
ti.
2.
Haz una lista de las
cualidades que más admiras de tu pareja actual. Si no estás en una
relación, las que admirabas en tu anterior relación o en los hombres o
mujeres que más te atraen.
3. Date crédito por sus atributos
positivos. Las mujeres tienden a ser más modestas que los
hombres. Es muchísimas familias se considera inapropiado que alguna
mujer reconozca sus logros o reconocer como se ve, en cambio a los
hombres se les anima desde niños a reconocer y desarrollar sus
talentos.
- En una página o en tu diario, haz una lista de
cinco de tus características positivas, aquellos atributos de los cuales
te sientes muy orgullosa.
- Si no puedes pensar en cinco
cosas, continua pensando y observando hasta que puedas. Si, después de
una semana, no te salen los cinco atributos, entonces pídele a un amigo
que te digas cuales son tus valores y que es lo que admira más en ti.
Encontes vea si estás de acuerdo y anótalas en tu lista. Si aún así
tampoco reconoces cinco cualidades en ti, trabaja con lo que tienes
ahora. Tal vez, a medida que vayas trabajando en tus talentos positivos,
puedas ser capaz de encontrar cinco cualidades o tal vez más.
- Escribe
cinco cualidades positivas en una tarjetita y colocalo en un lugar
donde puedas verla a menudo. Enfrente del servicio de baño, o en el
espejo, o en al mesita de noche o en cerca del volante del carro.
- Haz
una pausa durante el día y lee nuevamente la lista de las cinco
cualidades. Empieza respirando profundamente. Ahora leela en voz alta
haciendo una respiración profunda en cada una. Al hacer esto vas a
confirmar y reconocer los aspectos positivos. No esperes que sea de un
día a otro, pero con el tiempo será parte de tu conciencia,
especialmente si ya no te criticas más dándole la contraria a tus
cualidades.
- Por último no te compares más con los
demás. Cuando lo hacemos terminamos peor con "el menos que" o "el mejor
que".
Hablando en general el hecho de compararte con los demás
solo te servirá para aumentar tu complejo de inferioridad y envidia.
Sobre todo las mujeres que empiezan a imaginarse que la vida de los
demás son mejores que la de uno, y que las demás son más talentosas,
hermosas y amorosas de lo que ellas son. En realidad todos hemos sido
bendecidos por Dios, El en su amor por nosotros nos ha otorgado
cualidades y talentos únicos y especiales y en definitiva todos somos
amorosos.