
Hola mis amados:
Muchas veces repetimos versículos para que las personas conozcan lo que dice la Palabra, quizás no les quede claro o no les llame la atención, pero lo que debemos siempre ser es imitadores de Jesus, si lo hacemos estamos compartiendo con el ejemplo y esto es mas diciente que mil palabras, por tanto apliquemos siempre a nuestra vida lo que hemos oído y leído y nos ira bien y los demás verán a Jesus en nosotros.
¡HAZLO, Y YA ESTÁ! Lectura: Santiago 1:19-27
Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan así mismos. Santiago 1:22 Juan Wesley lo dijo bien, Miles de personas lo han repetido desde entonces. El problema mayor es introducir el cristianismo en la vida. ¿Qué es lo que hace tan difícil poner en acción la fe cristiana? Quizás sencillamente que suponemos que es suficiente conocer la verdad de Dios con la cabeza. Muchos de nosotros hemos oído más predicaciones que las que podemos contar. Incluso puede que tomemos prolijas notas de lo que oímos. Sintonizamos varias transmisiones religiosas por radio y vemos algunas más por televisión. Leemos la Biblia y Nuestro Pan Diario con regularidad. Nos sentimos buenos con lo que sabemos, y nos sentimos dispuestos a discutir con quien esté en desacuerdo con nuestra manera de comprender la Escritura. ¿Y qué más queda? La respuesta es tan sencilla como evidente: ¡Hazlo y ya está!. Al final de su consulta inicial con un cliente, el famoso psicoanalista Alfred Adler hacía una escudriñadora pregunta: ¿y que haría usted si fuese sanado? El paciente respondía, Adler le escuchaba, luego se levantaba, abría la puerta y le decía: Bien, entonces, ¡vaya y hágalo! ¿Cómo pones en acción la verdad de Dios en tu vida? La respuesta es tan evidente como ignorada. En la fortaleza de Dios y en amante obediencia a Él, ¡Hazlo, y ya está!. DOMINAMOS LAS ESCRITURAS SÓLO CUANDO LAS ESCRITURAS NOS DOMINAN A NOSOTROS.
DIVULGAR
"Porque saliendo de vosotros, la palabra del Señor ha resonado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes vuestra fe en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada." 1 Tesalonicenses 1:8
Cuando era más joven, formaba parte de una banda de bronces en la iglesia donde concurría. Recuerdo con mucha emoción la alegría que nos daba poder estrenar una nueva marcha después de meses de práctica y preparación. Cuando todos los bronces tocaban juntos y en armonía era un espectáculo imponente, lleno de fuerza.
Por algo siempre los ejércitos utilizaron la trompeta para llamar a su tropa y dar mensajes claros y sonoros. Se hacia escuchar por sobre los grito del campo de batalla. Dejaba un mensaje bien claro para que no quedaran dudas. Era imprescindible a la hora de comunicar noticias urgentes e importantes.
Pablo les agradece a los de tesalónica justamente esto. La palabra divulgar, en el original, quiere decir: sonido de trompeta. Y es justamente lo que estos hombres habían hecho. Habían anunciado el mensaje del evangelio con claridad y fuerza. Habían hecho escuchar un mensaje que no dejaba lugar a dudas. Habían amplificado de tal manera el evangelio de dios que no solo en su ciudad sino por toda la región, todos hablaban de la fe de estos hombres...
Era el mismo mensaje que predicaba Pablo, y los apóstoles. Pero ellos fueron más lejos. Lo gritaron, lo divulgaron, lo contaron tan fuerte que nadie quedo sin escucharlo. Hoy le habrían puesto varias columnas de parlantes y hubieran usado varias consolas. Estos hombres fueron la trompeta de Dios al potenciar y divulgar las buenas noticias de Jesucristo.
Pasaron 2000 años y ya no se escucha el mensaje con la misma fuerza. Hoy estamos en mute. Hacemos silencio y no contagiamos ni al que tenemos al lado nuestro. Ni se nos cruza por la cabeza alcanzar otra provincia o estado, mucho menos otro país. No se nos mueve un pelo, por contarle a otro el glorioso mensaje del Evangelio de la Gracia. Estamos en silencio. Apagamos la trompeta de Dios.
Es más cómodo ser indiferentes, menos riesgoso, cuesta menos. Pero no es lo que Dios quiere, Él espera de ti y de mi que seamos como la trompeta de los Tesalonicenses, vigorosa, sonora, clara, estridente, que impacte y renueve, que cambie y mejore. Hagámoslo hoy.
Que en este siglo 21 donde estamos y las comunicaciones han avanzado como nunca antes, nosotros los hijos de Dios somos los que debemos ser cabeza en divulgar el Evangelio de Jesucristo, llevar esas buenas noticias aquellos que están en problemas, aflicciones, necesidades, enfermedades y todo lo que oprime al hombre y cuanto mas el perdón de pecados que solo la Sangre de Jesus nos limpia de esto, no callemos sino alcemos nuestra voz siempre.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA

MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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