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†☼♥REFLEXIONES♥†♥ : NUESTRA CIUDADANÍA Y EL GATO VIAJERO
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: MAGVBIL  (Mensaje original) Enviado: 11/05/2011 19:14
   
 

 
 

          

 

Hola mis amados:

  

  

Cuando estamos en otra ciudad o país, nos sentimos extraños y alegres de poder representar a nuestra ciudadanía, mas cuando por nuestra forma de hablar, vestir o comportarnos nos preguntan por nuestro origen y lo divulgamos, pero al ser ciudadanos del cielo debemos manifestarlo en todo momento para que sepan que pertenecemos al Reino de los cielos, debemos sentirnos gozosos porque por Jesus pertenecemos allí.

  

NUESTRA CIUDADANÍA

LA IMPORTANCIA DE LA CIUDADANÍA

 

Poco antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Mussolini, el dictador italiano, dio una orden según la cual los italianos ya no podrían emigrar a América.

En esa época dos hombres oriundos de Italia que vivían desde hacía mucho tiempo en los Estados Unidos se hallaban en su patria.

 Uno de ellos era un importante banquero que hablaba un inglés impecable y tenía importantes relaciones comerciales. El otro era un agricultor que tenía dificultades para expresarse en inglés.

Después del decreto de Mussolini, ambos se esforzaron por volver rápidamente a América, pero sólo uno obtuvo el permiso. Curiosamente y a pesar de las apariencias, fue el agricultor.

El campesino había adquirido la ciudadanía americana, por eso no lo afectaba el decreto. Pero el banquero, permanecía con la nacionalidad italiana y tuvo que qda uedarse en Italia.

Sus protestas, sus riquezas, sus conocimientos del idioma y sus negocios no pudieron cambiar nada.

Algo parecido ocurre con la pregunta de cómo se puede entrar en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, es decir, en el cielo.

Se puede llevar exteriormente una vida cristiana y tener buenas relaciones con los creyentes, quizás estar familiarizado con el lenguaje de la Escritura, pero todo esto no da derecho al cielo.

La ciudadanía de los cielos sólo se puede obtener por la fe en Jesucristo y en su obra expiatoria.

Como creyentes, nuestra ciudadanía está en los cielos, y ese es nuestro destino eterno.

"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo".(Filipenses 3: 20)

En esta tierra estamos de paso, somos peregrinos que vamos hacia la patria celestial.

"Ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios (Efesios 2:19)

El derecho a la ciudadanía celestial lo da la fe en Jesucristo y no los méritos propios.

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2: 8-9).

 

EL GATO VIAJERO

 

Se cuenta la siguiente historia: Un gato vivía en un buque de carga. Una tormentosa noche el buque chocó contra unas rocas y comenzaba a hundirse.

Salvaron a la tripulación pero se olvidaron del gato. Después, un marinero volvió al buque a buscar al animal; lo encontró comiendo en la cocina, pero cuando vio al marinero, huyó y no se dejó agarrar.

Después de muchos intentos, el marinero no logró su objetivo de salvar al gato y abandono el buque que se hundía. Por fin el gato estuvo tranquilo… hasta que el barco se hundió completamente.

Es triste pensar que muchas personas tienen la misma actitud; siguen la corriente del mundo diciendo: “Comamos y bebamos, porque mañana moriremos” (Isaías 22: 13b).

Efectivamente, corren gran peligro, pues la Biblia nos enseña que todos los seres humanos son pecadores y “están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3: 23).

Además dice claramente: “Está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9: 27). Muchos viven sin preocuparse de esta advertencia, como si su alma no corriese peligro.

 Y cuando Dios quiere mostrarles su amor y les presenta al Salvador que murió en la cruz para que seres pecadores pudieran ser salvos, huyen de él o cierran sus oídos y su corazón al Evangelio.

Esta es la invitación de Dios: “Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10: 13).

Pero igualmente cierto es lo que el Señor Jesús dice en Lucas 13: 3 “Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”.

Jesucristo ha venido a rescatarte de un barco que se hunde, de la condenación por el pecado, ¿Te dejarás rescatar, o harás como el gato?

"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo".(1 Timoteo 2: 5-6)

 Jesucristo te está llamando a creer en él, ha venido a rescatarte, entrégale tu vida.

"Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones" (Hebreos 4: 7b).

 

Dejemonos atraer por nuestro amado Salvador que nos ama mas que nade, no permitamos que otra cosa nos sea mas seductora o apetecida que la dulce presencia del Santo de Israel, Su amor es eterno y tiene grandes cosas para nosotros, asi que sigamos en pos de El cada dia para que le imitemos y aprendamos a Sus pies porque es el Maestro que con Su Palabra nos instruye para que seamos como El.

 

Los amo y bendigo en Jesucristo

 

MAGNOLIA

 

             

    

 

 

 

 

 

 
 

MÉTELA EN TU CORAZÓN

Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-

"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"

Salmo 119:11  

 

 



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