Hola mis amados:
El compartir es lo mejor que podemos hacer, hoy en dia las personas viven afanadas, no tienen tiempo de escuchar, de ayudar, solo piensan en ellos mismos y por ende cada vez están mas solos, que nos distingamos como hijos de Dios al obrar en beneficio de los necesitados, que les ayudemos en toda necesidad y haciendo esto somos ejemplo porque seguimos las huellas que nos dejo el Maestro amado.
COMPARTIR LAS CARGAS
Leer | Gálatas 6:1-2
Jesús dio a los creyentes la tarea de continuar Su obra en la tierra: compartir las buenas nuevas de la gracia salvadora de Dios Padre (Mt. 28:19). Obedecer este mandato no es fácil cuando nos encontramos con personas cuyo estilo de vida nos resulta desagradable. Siempre nos hace sentir mejor brindar amistad a quienes comparten nuestros valores. Pero un hombre o una mujer que estén perdidos pueden ser llevados a la restauración por medio de un amigo o un conocido cristiano. Jesús se relacionaba con personas a quienes la sociedad evitaba. Comió con publicanos (Mt. 9:10; Lc. 19:5), y dio Su compasivo mensaje de esperanza a una mujer adúltera (Jn. 4:7-27). Y a todos, tanto discípulos como fariseos, el Señor les dijo: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Mr. 2:17). En Proverbios 29:6, el pecado es comparado con un lazo que atrapa a sus víctimas. Con la desesperación y la confusión como sus compañeros constantes, el cautivo no conoce el camino que puede llevarlo a la libertad. Pero los creyentes sí lo conocen. Debemos compartir el mensaje como hacía Jesús: “Vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre” (Gá. 6:1). La palabra griega traducida como “restaurar” se refiere a la colocación de los huesos, un proceso muy doloroso. Por tanto, debemos decir tiernamente a hombres y mujeres que Dios les perdona, que Él es misericordioso con los pecadores, y que podrán tener la ayuda del Espíritu Santo para vencer las tentaciones. Si Jesús estuviera hoy en la tierra, estaría ayudando a los necesitados, a los viciosos y a los maltratados
BENEFICIOS
"Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios." Salmo 103:2 Cuando era chico leí un cuento muy corto del Conde Lucanor, que me quedó gravado. Caminaba el Conde Lucanor con un gran amigo quien se quejaba por la mala suerte de haber perdido algunas cabezas de ganado. Estaba indignado y molesto por las pérdidas económicas. El Conde esperó que termine su queja y le comentó: - Viste el carro que transporta maní. - Si, respondió el amigo enojado, ese hombre tiene que trabajarla mucho para poder conseguir su comida de cada día y trabaja bien duro. - ¿Viste detrás del carro? Sin que nadie lo notara, detrás del carro caminaba un hombre evidentemente pobre, con la ropa rota y sucia, que tomaba del suelo, los maníes que se caían del carro, los pelaba y se los comía con desesperación. Su estado denotaba mucha pobreza y hambre. - Pobre hombre, comentó el amigo ya sin tanto enojo. - Es cierto, pero peor está el que va atrás. Detrás del primer hombre como a tres metros de distancia caminaba otro, en peor estado que el primero. La ropa eran jirones, se le notaba todos los huesos y levantaba del suelo la cáscara del maní que el primero tiraba y se las comía con gusto. - Por pobreza nunca desmayéis, termina el Conde, porque uno más pobre que tu siempre hallaréis. A veces perdemos la mirada y nos quejamos de balde. Tal vez tu situación actual no sea la más feliz y lo que más te molesta es la comparación con otros que tienen más. Te sientes el peor. Eso te provoca envidia, enojo, malhumor y angustia. Pero surge de la comparación por mirar a otro que esta mejor que tu. El salmista tenía una mirada más amplia, y podía ver que no era el peor. Es cierto que había quienes estaban mejor que él, pero había otros que estaban peor. La felicidad y satisfacción del salmista, no estaba en poder conseguir los bienes que quería, sino en disfrutar y querer los bienes que tenía. Por eso puede alabar a Dios y agradecerle por cada uno de sus beneficios y favores. Tu queja y enojo limitan esto. La envidia lo destruye. El Conde Lucanor hoy te invita a mirar un poco a tu alrededor y disfrutar las bendiciones que Dios te dio. Alaba a Dios por su generosidad. Acuérdate de sus bendiciones, te da alegría y no te deprime. REFLEXIÓN - Cuenta lo que tienes.
Recordemos siempre que habrá mas necesitados y pobres que nosotros, por tanto al haber personas así debemos ser mas agradecidos con lo que nos ha dado el Señor, estar dispuestos siempre a que no nos afecte la situación sino que El esta para ayudarnos a salir adelante y que esto servirá de testimonio para que otros dependan y sean agradecidos con el Señor.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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