
Hola mis amados:
Este ejemplo nos muestra como procede el Señor con nosotros, el todo es que confiemos en El, así no veamos nada claro por delante, El sabe lo que hay y nos conduce con amor y seguridad a lo que debemos hacer, por tanto si tu situación es apretada o estas con problemas, solo confía en Aquel que te sacara adelante porque conoce tu futuro, ve a El como un niño correría a los brazos de su mama.
CONFIAR A DIOS LO IMPOSIBLE
La doctora Amanda Whitworth se sentía frustrada, su auto era el noveno en una fila que subía muy despacio una colina debido a un camión que iba muy lentamente, y ella estaba apurada. Su último paciente había necesitado más atención de a requerida normalmente para los exámenes y se le había hecho tarde para recoger a su hija de la escuela.
Ahora susurraba una oración No volveré a llegar tarde y como sería la tercera vez que sucedía y la escuela no les permite tardanzas a sus padres, tendría que hacer arreglos para el cuidado de Allie por las tardes.
En silencio, Amanda protestaba por la lentitud del camión. Nadie se atrevía a pasarlo en la larga cuesta, ya que era imposible ver los autos que venían en dirección contraria. De repente, el chofer del camión movió su mano indicando que no venía ningún auto de frente.
Mientras Amanda pasaba por el lado del camión, pensó en que ese hombre era un extraño y nueve personas confiaban sus vidas y las de sus familias a él.
¡Qué representación tan tremenda de cómo hacemos todo lo que podemos hacer, y luego debemos confiar hasta el mínimo detalle de nuestras vidas al cuidado de Dios, que es un amante Padre Celestial!.
¡Y cómo nos consuela saber que Él siempre ve todo lo que tenemos por delante!
Mi trabajo es preocuparme por lo posible y confiar a Dios lo imposible.
Salmo 9:10
En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Señor, no desamparaste a los que te buscaron.
Fuente: El libro devocionario de Dios para mujeres.
LA PACIENCIA DE DIOS
Leer | 1 Timoteo 1:12-16
Si Dios no tuviera paciencia, todos experimentaríamos Su ira inmediata por el pecado. ¡Imaginemos lo que sería estar en el temor constante de hacer algo malo! Felizmente para la humanidad, Su paciencia es inmensa.
Una de las razones por las que el Señor muestra misericordia, es que Él sabe que tenemos una naturaleza caída. Así como un niño pequeño tiene que aprender obediencia, los hijos de Dios tienen también que aprender a andar en Sus caminos. Él se complace viéndonos hacer lo que es correcto; por tanto, nos da el tiempo y la posibilidad de cometer errores.
Pablo agradecía la paciencia del Señor. Su vida era una demostración de que, gracias a que el Padre es lento para la ira, los incrédulos tienen una oportunidad mucho mayor para la salvación (1 Ti. 1:16).
En Romanos 2:4, el apóstol afirma que la bondad y la misericordia del Padre celestial guían al arrepentimiento. Pero en el versículo que sigue, advierte que quienes tienen un corazón rebelde experimentará n un juicio y sus consecuencias. Es decir, la advertencia es que la paciencia de Dios se acabará en algún punto si alguien continúa pecando contra Él.
En el Antiguo Testamento, la nación de Israel experimentó una y otra vez esta dolorosa verdad. El pueblo se apartaba del Señor y hacía lo malo ante Sus ojos adorando ídolos. Dios toleraba con paciencia su desobediencia para que pudieran volverse a Él, pero al final les retiraba Su protección hasta que clamaban y se volvían a Él.
¿Hay en su vida algún pecado que no ha confesado? Agradezca que Dios ha sido lento para la ira, pero sea sabio: no ponga a prueba los límites de Su paciencia.
Dios es maravilloso y muy paciente, nadie como El para tener esta cualidad, porque desde Adan el hombre peca, hace lo malo, le da la espalda, prefiere su voluntad a la de El y aun asi no ha despertado a Su ira, estas a tiempo de volverte a El para que te limpie de la maldad y te apartes de aquello que te tenia seducido y no te hacia mirarle y amarle a El sobre todo lo creado, asi que experimenta Su dulce y tierno amor y vive para El.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA


MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
|