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†☼♥REFLEXIONES♥†♥ : EL LIBRO DE URANTIA Y EL RÍO HELADO
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: MAGVBIL  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2011 22:27






Hola mis amados:

  

La vejez es un estado hacia el cual vamos todos, algunos ya llegaron y otros vamos detrás, pero lo que interesa no es que nos sintamos mal por la edad, sino que disfrutemos de la vida, no nos lamentemos del ayer y vivamos cada día como si fuera el ultimo, eso es sacarle jugo a la existencia y disfrutar de las cosas lindas que nos ha dado el Señor, por tanto a vivir con intensidad y con todas las ganas.

  

EL LIBRO DE URANTIA

  

10 Mandamientos Para Una Vejez Feliz.?
1. Cuidarás tu presentación todos los días. Vístete bien, arréglate como si fueras a una fiesta. Qué más fiesta que la vida.
2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.
3. Amarás al ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasio, una caminata razonable dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.
4. Evitarás actividades y gestos de viejo derrumbado. La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas.
5. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Con ello, acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás. Y te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de hospital. Deja de autollamarte viejo y considerarte enfermo.
6. Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara. Sé positivo en los juicios, ten buen humor en las palabras, sé alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo.
7. Serás útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y ayuda. Ayuda con una sonrisa, con un consejo, un servicio.
8. Trabajarás con tus manos y tu mente. El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística... Medicinas para todos los males, la bendición del trabajo.
9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego que las que anudan dentro del hogar, integrándose a todos los miembros de la familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida.
Luego ensancharás el corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean exclusivamente viejos como tú. Huye del bazar antigüedades.
10. No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de que ser parte del mismo y poder ver muchas cosas lindas y nuevas.
¡No te olvides de reír a menudo para mantener la salud!
Autor Anónimo
Si bien tan sólo un pequeño segmento de los que reciben este correo pudieran considerarse como en franco proceso de envejecimiento físico, lo cierto es que cada vez es más común toparnos con los viejos "prematuros", gente relativamente joven que pareciera haber renunciado al gozo y al entusiasmo de la etapa de la vida que les corresponde.
Bueno, lo cierto es que también necesitamos poner cuidado en estos "mandamientos" para animar a nuestros viejecitos a que no caigan en la trampa que ellos pretenden evitar. Vamos, vamos, pongámonos "mosca" (citando las sabias palabras del Chavo del Ocho) y atrevámonos a disfrutar nuestra vejez y ayudar a otros a hacer lo mismo. Pongamos esto en práctica , ¿habrá acaso un grupo mejor que merezca recibir estos "mandamientos" y ser rescatados de una vejez insípida?.
Hagámoslo de todo el corazón y que Dios agregue más bendición a sus vidas.
Raúl Irigoyen
Salmo 71:9 No me deseches en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando mi fuerza se acabe. Aun en la vejez y en las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que proclame a la posteridad las proezas de tu brazo, tu poderío a todos los que han de venir. Salmo 37:25 Yo he sido joven y he envejecido; pero no he visto a un justo desamparado, ni a sus descendientes mendigando pan.
Proverbios 23:22 Escucha a tu padre, que te engendró; y cuando tu madre envejezca, no la menosprecies.

  

EL RÍO HELADO

 

Un viajero muy cansado llegó a la orilla de un río.  No había un puente por el cual se pudiera cruzar.  Era invierno y la superficie del río se hallaba congelada.  Oscurecía y deseaba llegar pronto al pueblo que se encontraba a poca distancia del río, mientras hubiera suficiente luz para distinguir el camino.  Llegó a preguntarse si el hielo sería lo suficientemente fuerte para soportar su peso.
Como viajaba solo y no había nadie más en los alrededores, una fractura y caída en el río helado significaría la muerte; pero pasar la noche en ese hostil paraje representaba también el peligro de morir por hipotermia.  Por fin, después de muchos titubeos y miedos, se arrodilló y comenzó, muy cauteloso, a arrastrase por encima del hielo.   Pensaba que, al distribuir el peso de su cuerpo sobre una mayor superficie, sería menos probable que el hielo se quebrara bajo su peso.
Después de haber recorrido la mitad del trayecto en esta forma lenta y dolorosa, de pronto escuchó el sonido de una canción detrás de sí.  De la noche salió un carruaje tirado por cuatro caballos, lleno de carbón y conducido por un hombre que cantaba con alegría mientras iba en su despreocupado camino.  Allí se encontraba nuestro cauteloso viajero. Arrastrándose con manos y pies, mientras, a su lado, como un viento invernal, pasó el conductor con su carruaje, caballos y pesada carga ¡¡¡por el mismo río!!!
Herb Smith    
Esta historia nos ilustra cómo muchas personas pasan por las dificultades que les presenta la vida:
Muchos se quedan en la orilla de la indecisión, incapaces de decidir qué camino tomar.
Otros prefieren permanecer allí, tratando de reunir suficiente valor para llegar al otro lado del problema en que se encuentran.
Algunas personas se arrastran en la vida por temor a que las dificultades se les vuelvan adversas (se les rompa el hielo).  Su fe no es lo bastante fuerte para sostenerlos de pie en medio de la adversidad.
Existen los que van silbando por el camino.  Saben en quién tienen puesta su confianza y su fe es inquebrantable.

 

Cuando se te presenten por la vida, ríos de adversidades, no debes temer, ni  arrastrarte por la vida.  Dios nos ha prometido ayuda y con ésta, podemos enfrentar la dificultad y llegar con alegría al otro lado, así que toma la mano de Jesús y avanza confiando en El que no te defraudara y cree en Su Palabra que es la verdad porque allí nos dice como obrar para agradarle.

 

Los amo y bendigo en Jesucristo.

 

MAGNOLIA

MÉTELA EN TU CORAZÓN

Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-

"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"

Salmo 119:11







Hola mis amados:

  

La vejez es un estado hacia el cual vamos todos, algunos ya llegaron y otros vamos detrás, pero lo que interesa no es que nos sintamos mal por la edad, sino que disfrutemos de la vida, no nos lamentemos del ayer y vivamos cada día como si fuera el ultimo, eso es sacarle jugo a la existencia y disfrutar de las cosas lindas que nos ha dado el Señor, por tanto a vivir con intensidad y con todas las ganas.

  

EL LIBRO DE URANTIA

 

10 Mandamientos Para Una Vejez Feliz.?
1. Cuidarás tu presentación todos los días. Vístete bien, arréglate como si fueras a una fiesta. Qué más fiesta que la vida.
2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.
3. Amarás al ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasio, una caminata razonable dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.
4. Evitarás actividades y gestos de viejo derrumbado. La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas.
5. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Con ello, acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás. Y te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de hospital. Deja de autollamarte viejo y considerarte enfermo.
6. Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara. Sé positivo en los juicios, ten buen humor en las palabras, sé alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo.
7. Serás útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y ayuda. Ayuda con una sonrisa, con un consejo, un servicio.
8. Trabajarás con tus manos y tu mente. El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística... Medicinas para todos los males, la bendición del trabajo.
9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego que las que anudan dentro del hogar, integrándose a todos los miembros de la familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida.
Luego ensancharás el corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean exclusivamente viejos como tú. Huye del bazar antigüedades.
10. No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de que ser parte del mismo y poder ver muchas cosas lindas y nuevas.
¡No te olvides de reír a menudo para mantener la salud!
Autor Anónimo
Si bien tan sólo un pequeño segmento de los que reciben este correo pudieran considerarse como en franco proceso de envejecimiento físico, lo cierto es que cada vez es más común toparnos con los viejos "prematuros", gente relativamente joven que pareciera haber renunciado al gozo y al entusiasmo de la etapa de la vida que les corresponde.
Bueno, lo cierto es que también necesitamos poner cuidado en estos "mandamientos" para animar a nuestros viejecitos a que no caigan en la trampa que ellos pretenden evitar. Vamos, vamos, pongámonos "mosca" (citando las sabias palabras del Chavo del Ocho) y atrevámonos a disfrutar nuestra vejez y ayudar a otros a hacer lo mismo. Pongamos esto en práctica , ¿habrá acaso un grupo mejor que merezca recibir estos "mandamientos" y ser rescatados de una vejez insípida?.
Hagámoslo de todo el corazón y que Dios agregue más bendición a sus vidas.
Raúl Irigoyen
Salmo 71:9 No me deseches en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando mi fuerza se acabe. Aun en la vejez y en las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que proclame a la posteridad las proezas de tu brazo, tu poderío a todos los que han de venir. Salmo 37:25 Yo he sido joven y he envejecido; pero no he visto a un justo desamparado, ni a sus descendientes mendigando pan.
Proverbios 23:22 Escucha a tu padre, que te engendró; y cuando tu madre envejezca, no la menosprecies.

 

EL RÍO HELADO

 

Un viajero muy cansado llegó a la orilla de un río.  No había un puente por el cual se pudiera cruzar.  Era invierno y la superficie del río se hallaba congelada.  Oscurecía y deseaba llegar pronto al pueblo que se encontraba a poca distancia del río, mientras hubiera suficiente luz para distinguir el camino.  Llegó a preguntarse si el hielo sería lo suficientemente fuerte para soportar su peso.
Como viajaba solo y no había nadie más en los alrededores, una fractura y caída en el río helado significaría la muerte; pero pasar la noche en ese hostil paraje representaba también el peligro de morir por hipotermia.  Por fin, después de muchos titubeos y miedos, se arrodilló y comenzó, muy cauteloso, a arrastrase por encima del hielo.   Pensaba que, al distribuir el peso de su cuerpo sobre una mayor superficie, sería menos probable que el hielo se quebrara bajo su peso.
Después de haber recorrido la mitad del trayecto en esta forma lenta y dolorosa, de pronto escuchó el sonido de una canción detrás de sí.  De la noche salió un carruaje tirado por cuatro caballos, lleno de carbón y conducido por un hombre que cantaba con alegría mientras iba en su despreocupado camino.  Allí se encontraba nuestro cauteloso viajero. Arrastrándose con manos y pies, mientras, a su lado, como un viento invernal, pasó el conductor con su carruaje, caballos y pesada carga ¡¡¡por el mismo río!!!
Herb Smith    
Esta historia nos ilustra cómo muchas personas pasan por las dificultades que les presenta la vida:
Muchos se quedan en la orilla de la indecisión, incapaces de decidir qué camino tomar.
Otros prefieren permanecer allí, tratando de reunir suficiente valor para llegar al otro lado del problema en que se encuentran.
Algunas personas se arrastran en la vida por temor a que las dificultades se les vuelvan adversas (se les rompa el hielo).  Su fe no es lo bastante fuerte para sostenerlos de pie en medio de la adversidad.
Existen los que van silbando por el camino.  Saben en quién tienen puesta su confianza y su fe es inquebrantable.

 

Cuando se te presenten por la vida, ríos de adversidades, no debes temer, ni  arrastrarte por la vida.  Dios nos ha prometido ayuda y con ésta, podemos enfrentar la dificultad y llegar con alegría al otro lado, así que toma la mano de Jesús y avanza confiando en El que no te defraudara y cree en Su Palabra que es la verdad porque allí nos dice como obrar para agradarle.

 

Los amo y bendigo en Jesucristo.

 

MAGNOLIA

MÉTELA EN TU CORAZÓN

Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-

"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"

Salmo 119:11



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