Hola mis amados:
Al comenzar un nuevo año es hora de que nos preocupemos en lo que paso ya, eso no tiene porque centrar nuestras fuerzas y pensamientos de ahora, hay que seguir adelante de la mano de Jesús, El nos ayuda y alienta a que perseveremos, le obedezcamos y tendremos el resultado mas eficaz que nos podamos imaginar, que si llegan recuerdos o pensamientos de antaño, los desechemos para que el dia sea mas brillante porque la luz de Cristo nos ilumina y guía a lo que ha determinado para nosotros.
NO MIRES PARA ATRAS
Por Alma Ponce
“Acordaos de la mujer de Lot”, Luc. 17:32
Cuando miramos para atrás tropezamos con lo que tenemos delante, no nos percatamos de los peligros que pueden venir, no marchamos hacia un destino exacto y permanecemos atrapados en el pasado. Hasta que no aprendamos a mirar hacia adelante no podremos proyectarnos y continuar el plan que Dios diseñó para nuestras vidas. No interesa aquello que hayamos vivido en el pasado, nuestro futuro es más poderoso que el pasado; no podemos permitir que aquellas cosas que hicimos, que nos hicieron o que atravesamos sean un obstáculo para cumplir el plan que Dios ha trazado para nosotros. Muchas personas en este momento están caminando hacia adelante pero mirando hacia atrás; así es imposible que se superen, crezcan y maduren porque su mirada está puesta en su pasado y no en su futuro.
La mujer de Lot aunque había recibido la orden de no mirar hacia atrás, simplemente miró a causa de la vida que había desarrollado en Sodoma y Gomorra. Tal vez fueron muchas las cosas que viviste antes de venir al Señor: traiciones, robo, adulterio, fornicación, pornografía, mal carácter, depresiones y un sin número de experiencias que te traumaron de tal manera que pensaste que la vida era injusta, que estabas marcado para vivir en derrota, en escasez, en pobreza y limitación. Es tiempo de que dejes de mirar hacia atrás, porque cuando tienes tu mirada puesta en lo que fuiste estás tirando por el suelo aquello que Dios quiere que seas; tu pasado no determina tu futuro, tu futuro ha sido diseñado por Dios. Si le diste la espalda a “amigos” que sólo te llevaban a descarriarte y salirte del propósito de Dios, no mires atrás; si dejaste el vicio, no mires atrás; si saliste de aquella relación que te llevaba a pecar, no mires atrás. Cada vez que contemplas ese pasado le estás dando lugar, tiempo y espacio, de manera que nubla tu futuro, trae confusión y teroba las fuerzas para seguir adelante.
NO MIRES ATRAS significa no pensar en el pasado, no hablar del pasado y soltar ese pasado. Tu mente debe estar llena y abastecida de lo que Dios ha dicho que eres y hacia dónde debes ir. Entre más estés encerrado en lo que te pasó, menos podrás contemplar lo que pasará de la mano de Dios en el tiempo venidero; la diferencia fue que en el pasado viviste, experimentaste y atravesaste cosas porque lo hiciste a tu manera, en tus propias fuerzas y de la forma que tu creías que era lo correcto; pero ahora vas de la mano del Dios Todopoderoso el cual te libra del fracaso y del error.
NO HAY DE QUE TEMER, NO MIRES ATRAS.
¡Deja de mirar atrás y proyéctate a lo que Dios tiene por delante!
¿Dedicas tu tiempo a saciar tu alma del pan de vida, o a algo más que no es Dios? ¿Inviertes tus horas en saciar tu alma buscando la voluntad de Dios, o en hacer crecer una granja virtual en la red social? ¿Te apasiona llegar a casa después de trabajar para escuchar la voz de Dios, o tu pasión es dedicarle tiempo a ese programa que poco a poco te ha esclavizado?
Tal vez has estado buscando saciar tu alma con lo que jamás te saciarás, tal vez te has desviado de la búsqueda de lo que comenzó como un anhelo de tu corazón y se convirtió en tu prisión. Hoy es el día para examinar en qué inviertes tu tiempo, ¿Estás edificando o desperdiciando tu vida? ¿Estás persiguiendo lo que es vano, o saciándote de vida con lo eterno?
“Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed” Juan 6: 35
PALABRA DE HONOR
Por Alma Ponce
“Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede”, Mat. 5:37
“Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”, Mat. 12:36 y 37
Existió un tiempo en el que «tu palabra» valía más que tu tarjeta de crédito o tu nombre o tu posición social. En aquellos días de caballeros y doncellas, tu «sí» era «sí», y tu «no» era «no». Pero despertamos unos siglos después y encontramos que nuestra palabra, al igual que muchas otras cosas más, se ha devaluado. Me he dado cuenta de que «mi palabra» empieza a caer en el eterno círculo del engaño. ¿A qué me refiero?
«Sí, voy a la fiesta». Y no llegas, luego pones una excusa de último momento. «Sí, voy a la reunión / conferencia / retiro». Y cancelas un día antes. Aún peor, quizá ni tenías la intención de ir, y para los que hemos organizado este tipo de eventos, ¡es una pesadilla, pues pierdes dinero! «Te llamo más tarde». Y nunca devuelves la llamada.
Me declaro culpable de haber caído en esto más de una vez, pero eso no implica que esté bien, ni que sea justificable. Mi deseo futuro es que si doy mi palabra, será porque voy a cumplir. Si digo que «voy» es porque voy, y lo único que me disuadirá será algo fuera de mi control. Y esto no excusa el tránsito, pues es algo que debo prever; ni el dinero, pues eso se toma en cuenta desde el principio.
Quiero que la gente sepa que lo que digo (escribo) es lo que pienso. Quiero ser transparente. Quiero que mi palabra tenga valor nuevamente. Quiero volver a buscar el honor de cada palabra para que mi «sí» implique «sí», mi «no», «no», y para que la gente sepa que puede contar conmigo.
¡Te reto a que le des valor a tu palabra!
Tiene mucha razón la autora de este mensaje en recordarnos que la palabra de las personas cada día pierde valor, que nos escudamos en la mentira, en las excusas y así es que vamos imitando a los demás para dejar a un lado lo que el Señor espera de nosotros, transparencia y testimonio, que todos puedan hablar bien de nosotros porque somos de una sola palabra, El nos dio el ejemplo mejor y eficaz,que nos caractericemos porque nuestro hablar sea si o no.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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