Hola mis amados:
Cuando la aflicción, el dolor, la angustia o problemas llegan a nosotros a veces no sabemos que hacer, lo mas recomendable es ponernos en las manos de Dios que es el que nos conoce, tiene la solución y nos ama con amor eterno, por eso no dejemos de ir a El confiadamente que nos brinda esas manos divinas para que nos apoyemos y obtengamos Su valiosa bendición.
PONTE EN LAS MANOS DE DIOS?
Ponte en las manos de Dios al abrir los ojos a la luz de un nuevo día y a medida que te pasen las horas, recuerda que Dios dirige tu vida porque le tienes cerca de ti.
Ponte en las manos de Dios cuando te sientas perdido sin saber el camino que has de seguir.
Ponte en las manos de Dios cuantas veces salgas de tu hogar y pídele que El dirija tus pasos por donde quiera que vayas.
Ponte en las manos de Dios cuando te sientas enfermo y triste y tu vida esté asediada de grandes temores.
Ponte en las manos de Dios cuando el bien que tú haces sea tenido por mal y tus propósitos no sean comprendidos
Ponte en las manos de Dios cuando tu vida esté rodeada de peligros y no tengas auxilio de ninguna parte.
Ponte en las manos de Dios cuando lo tengas todo por perdido y creas que tu esperanza se desvanece.
Ponte en las manos de Dios cuando no comprendas las causas de tus sufrimientos y tus pruebas.
Ponte en las manos de Dios cuando las puertas se te cierren y no sepas hacia donde dirigirte.
Ponte en las manos de Dios cuando creas que todas las cosas están en contra de ti y sientas que los has perdido a todo.
Ponte en las manos de Dios y verás cómo a la postre todo se arregla para tu bien.
TEMPLE
"Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego; la refinaré como se refina la plata, la probaré como se prueba el oro." Zacarías 13:9 (NVI)
Durante muchos años un herrero trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada perecía andar bien en su vida; muy por el contrario sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día. Una tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su situación difícil, le comentó: "Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado".
El herrero no respondió enseguida, él ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero: "En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto?
Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo, enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada, luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura.
Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta, una sola vez no es suficiente. "
El herrero hizo una larga pausa, y siguió: "A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de espada y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de hierro viejo que ves a la entrada de mi herrería".
Hizo otra pausa más, y terminó: Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones. Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero. Pero la única cosa que pienso es: Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras, pero nunca me pongas en la montaña de hierro viejo de las almas.
REFLEXIÓN - ¡Que Dios te temple!
No nos sorprendamos entonces cuando lleguen los momentos duros y difíciles a nuestras vidas, sabemos que el Señor esta trabajando en nosotros porque necesita que estemos como una buena espada lista para ser usada con destreza, es doloroso el proceso pero para un buen fin y nadie como El para conocernos y saber que necesitamos, asi que demos gracias por lo que ha hecho, esta haciendo y continuara en nuestras vidas.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA