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†☼♥REFLEXIONES♥†♥ : TRATANDO CON LA OFENSA”
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De: MAGVBIL  (Mensaje original) Enviado: 07/02/2012 20:46

  

Hola mis amados:


A todos en muchas ocasiones nos han ofendido y nosotros también hemos incurrido en este mal, lo que sucede es que es fácil reaccionar cuando nos hieren pero muchas veces no sentimos lo mismo hacia quien hemos ofendido, lo que importa realmente es que perdonemos y pidamos perdón para que nuestra relación con Dios sea firme, de confianza y sobre todo libre de pecado, este nos aleja de Su presencia y el enemigo desea que suceda cuando nos sentimos reacios a reconocer y perdonar.


“TRATANDO CON LA OFENSA” 

Por DaRonn Washington 


Introducción: El otro día comenzamos un estudio hablando de la parábola que Jesús consideró era la parábola más importante, la historia del sembrador en Marcos, capítulo 5. La historia habla de un sembrador, un tipo de semilla y cuatro diferentes tipos de terreno. Cuando estudiamos éste pasaje de las Escrituras, debemos tomar en cuenta que está hablando de la manera en que recibimos la Palabra de Dios cuando es enseñada. En el pasaje, el problema no es necesariamente el sembrador o la semilla, sino con el terreno. Si estamos preparados para recibir la Palabra de Dios, vamos a recibir más cuando sea enseñada. Hoy me gustaría examinar mejor el segundo tipo de semilla, la semilla sembrada en terreno pedregoso, y cómo la Biblia nos enseña a reaccionar ante la ofensa.

El testimonio de un predicador

Recuerdo escuchar una historia que relató Billy Joe Daugherty, pastor del Centro Cristiano Victoria, una iglesia de 14.000 miembros en Tulsa, Oklahoma. Él compartió la historia de cuando estaba hablando con T.L. Osborn, uno de los pioneros de las cruzadas de sanidad masiva. Osborn tenía varios años en el ministerio, así que aprovechó la oportunidad de hacerle una pregunta respecto al ministerio. “Hermano Osborn, ¿qué es lo más importante que puede decirme para ser exitoso en el ministerio?” Sin dudar, T.L. respondió diciendo: “si no guardas amargura, serás exitoso en el ministerio”. Es interesante que a través de todos los años de ministrar para el Señor en todo el mundo, T.L. Osborn diera el mejor consejo que podía dar, es decir no guardar amargura. Esto nos muestra que la ofensa es una influencia negativa muy grande en la vida de los cristianos.

Todos se ofenden

Al comenzar este estudio, pienso que es importante darnos cuenta que todos se ofenden en algún momento de sus vidas. Algunas veces la gente dice algo que no nos gusta, o a ellos simplemente no les gusta lo que hacemos, y eso nos ofende. Algunas veces la gente ni siquiera hace nada, y nos ofendemos. Todos nos ofendemos.

Lucas 17:1 “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquel por quien vienen!”

La Biblia dice que es imposible que las ofensas no vengan. En otras palabras vamos a ofendernos de vez en cuando. Así que, alguien va a decir o hacer algo que no nos va a gustar, y nos ofenderemos como resultado. Pero Lucas también nos muestra que la ofensa va a afectar la salud de nuestra vida cristiana. Así que la pregunta no es si vamos a ofendernos, la pregunta es cómo reaccionamos ante las ofensas.

Volviendo a ver la definición de ofensa

El otro día hemos hablado de la definición de la ofensa. La ofensa se define como:

“Algo que en principio desafía tu código de conducta moral o social. En segundo lugar, te insulta o te indigna. Finalmente, algo que hace que tropieces”.

Cuando nos ofendemos, generalmente estamos caminando por una senda que va progresando. Comienza simplemente notando que algo nos molesta, hasta que se transforma en algo que provoca ira contra otra persona. La ofensa es un tipo de cáncer en el cuerpo de un cristiano porque destruye a la persona que la tiene, más que a la persona con la que se ha ofendido.

Los resultados cancerosos de la ofensa

• La ofensa permite que la persona que la tiene pierda su paz.

• La ofensa permite que la persona que la tiene pierda su gozo (Nehemías 8:10).

• La ofensa te aparta de caminar bajo el paraguas de la gracia de Dios (Hebreos 12:15).

• La ofensa logra que rompas el mandamiento de amor (Lucas 6:28).

• La ofensa te lleva por un camino hacia el pecado. •

El camino de las ofensas

Anteriormente hemos hablado un poco sobre los efectos de guardar amargura y ofensa, pero en ésta sección me gustaría examinar el camino de la ofensa. La Biblia nos enseña que la ofensa es seductiva y nos guía por un camino de auto justificación y finalmente de constante pecado. Como cristianos saludables, debemos ser capaces de identificar cuándo estamos caminando por el camino de la ofensa, y tomar los pasos necesarios para dejar de hacerlo.

Génesis 4:7 “Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él”.

En Génesis 4 vemos que desde el principio el hombre ha tenido que lidiar con la ofensa. Caín y Abel trajeron su sacrificio al Señor. Dios aceptó el sacrificio de Abel, pero rechazó el de Caín. Caín se ofendió y como resultado mató a su hermano. Antes de que sucediera el incidente Dios podía ver el camino por el cual Abel estaba caminando. Él se refiere a esto en Génesis 4:7.

La traducción de El Mensaje lo pone de ésta manera:

“Dios habló a Caín: “¿Por qué éste berrinche? ¿Por qué este mal humor? ¿Si lo hicieres bien, no serías aceptado? Y si no lo haces bien, el pecado está esperando por ti, listo para saltar; está ahí para alcanzarte, tienes que dominarlo”.

En el caso de Caín, la ofensa llegó con una simple observación “Dios no aceptó mi ofrenda”. Luego comenzó con una comparación “Dios aceptó la ofrenda de Abel”. Luego una acusación. “Abel debe pensar que es mejor que yo”. Luego entra la ofensa “¿Quién se cree que es él?” Luego, la elección de un curso de acción “lo mataré”. Finalmente un pecado. Dios le advirtió sobre éste camino. Caín perdió la batalla en sus pensamientos porque ni Abel ni Dios dijeron que Abel era mejor que Caín. Caín llegó a esa conclusión, la ofensa se estableció, Caín la aceptó y se produjo el pecado.

Mateo 5:21-22 “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”.

Mateo 5:43-48 “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”.

La ofensa es la carnada de Satanás

Recuerdo haber escuchado una historia sobre gente que estaba cazando monos en el África. El documental era muy interesante porque explicaba que un mono es un animal muy inteligente y que es casi imposible capturarlo. Básicamente tienes que tenderle una trampa para atraparlo. La gente de las tribus cavaba un pozo en el suelo donde el mono pudiera verlo. Luego tomaban un objeto brillante y lo agitaban a la vista de los monos. Después de que habían conseguido la atención del mono, ellos ponían el objeto en el agujero y lo escondían detrás de un árbol cercano y esperaban. El único problema era que el agujero era lo suficientemente grande como para que entrara la mano del mono, pero una vez que él agarraba el objeto era muy grande para sacarlo. Literalmente, los hombres de la tribu se acercaban y golpeaban al mono con un palo repetidas veces hasta que moría, y el mono nunca soltaba el objeto.

En el Cuerpo de Cristo, yo creo que muchos de nosotros nos comportamos de la misma manera con la ofensa. Nos aferramos a la ofensa sin importar cuán peligrosa es en nuestras vidas, y que literalmente nos mata por dentro. Un cristiano saludable sabe cómo enfrentar la ofensa y desecharla. 

Algunos consejos cuando se trata de enfrentar la ofensa

1. Ofenderse es una elección. Cuando nos ofendemos es porque hemos elegido ofendernos. Podemos elegir estar ofendidos, o no estarlo.

2. La regla de oro de la ofensa: “cuando nos ofendemos, generalmente estamos equivocados”. La mayor parte del tiempo, estamos equivocados cuando nos ofendemos. Estamos en un error simplemente por el hecho de que nos hemos permitido caminar por esa senda.

3. Todos se ofenden de vez en cuando, pero no debemos permanecer ofendidos. La Biblia nos dice que es imposible que no vengan las ofensas. Así que nos ofenderemos de vez en cuando. La idea es no permanecer ofendidos. Deséchala antes de que comience a matarte.

4. Aléjate de las personas que alimentan la ofensa. Existe un dicho: “No te alejes lentamente de las personas negativas, ¡huye de ellas corriendo!” No puedes desactivar continuamente la ofensa frecuentando personas que se ofenden fácilmente.

5. Reconoce las señales. Cuando estás enojado, herido, listo para explotar, etc. Éstas son señales de que has sido ofendido. No trates de justificarla. Identifícala. Trata con ella y perdona.

Hebreos 12:14-15 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”.

"Como impactar una ciudad"

Lo que leerán a continuación está basado en hechos reales ocurridos en el año 2008.

No hay grandes evangelistas, no hay tremendas reuniones previas ni recolecciones de dinero para bancar la publicidad en los medios mas caros de la actualidad ni todos los elementos necesarios para grandes actos públicos y atrayentes.

Dos pastores dispuestos a aprender, a trabajar semanalmente, a ser constantes, a no aceptar el atajo de los resultados mágicos obtenidos fácilmente sin modificar sus vidas.

Dispuestos a separar un día de la semana para priorizar el principal mandato de nuestro Señor Jesús.

Pastores dispuestos a entrenarlos en Evangelismo personal uno a uno, un trabajo anónimo, sin ruido y sin aplausos humanos.

Tres pasos simples

1)  Cada uno ora diariamente y personalmente para que Dios este abriendo puertas para predicar el evangelio a personas directamente uno a uno.

2) Se juntan un día a la semana para predicar personalmente a las personas que Dios preparo por medio de contactos.

3) Entregan al cuidado de la iglesia las personas convertidas cada semana.

Tres meses de trabajo alcanzaron para que en una ciudad se obtengan 48 decisiones de fe.

No hablamos de gente que levanto la mano por otro motivo, ni por personas que tenían necesidades extras a las de escuchar el evangelio, hablamos de personas que escuchan un evangelio explicado cara a cara, mirando a los ojos al perdido, adecuado a su situación en forma clara, completa y en una actitud amorosa.

En otras tres iglesias se inicia el mismo trabajo con dos equipos de evangelismo personal en la calle cada semana, otros pastores dispuestos a aprender y a modificar sus vidas primero.

Ellos son testigos de que cada semana queda un convertido por cada presentación realizada.

Alguno puede estar pensando que es la forma en que se hace pero después de verlo mi conclusión es diferente.

No es solo la forma sino que es el resultado de la obediencia.

Cada vez que un cristiano sale a la calle a predicar es respaldado por el mandato y la persona de Cristo Jesús mismo.

Mientras volvía de una de estas hermosas experiencias me quede pensando en esto:

Si solo una iglesia con dos equipos pudo alcanzar 48 perdidos en tres meses.

Quiere decir que si 10 iglesias de una misma ciudad con dos equipos cada una (cada equipo consta de dos personas) se unieran para trabajar en un proceso serio de entrenamiento y evangelismo personal podrían ver casi 500 personas convertidas en tres meses.

Con los siguientes agregados:

1) Todas las personas ganadas serian fruto para la iglesia que las gano ya que cada una de ellas contactaría personas relacionadas con su iglesia.

2) La ciudad seria impactada por la cantidad de conversiones reales que quedan como fruto para las iglesias locales.

3) Los tres meses de entrenamiento practico (Formar entrenadores de evangelismo personal) dejaran a la iglesia equipada con entrenadores propios para continuar semanalmente con las salidas de evangelismo personal.

4) Se puede movilizar casi a la totalidad de los miembros ya que el trabajo necesita de:

Personas que oren.

Personas que busquen contactos para visitar.

Personas que hagan discipulado uno a uno a los que se van convirtiendo.

Personas que hagan discipulado grupal o células con los nuevos.

Personas que puedan trasladar los equipos a visitas alejadas.

5) La iglesia rompería la inercia y entraría en el ritmo de ganar personas cada semana.

 El proceso de evangelismo personal bien ejecutado, (no actividades evangelisticas que no dejan personas convertidas realmente), sino la ejecución real de que el evangelio es explicado a una persona e invitada a tomar una decisión personal después de haberlo entendido es como dice mi amigo Gustavo: "letal".

¿No respaldara Dios a iglesias que se decidan a priorizar el mandato de predicar?

Como dijo Jesús "ustedes ya saben estas cosas, pero solo seran felices (completos) cuando las hagan".

Tito Robert


Estas pautas que nos enseñan en el mensaje nos ayudan para que tengamos una vida sin lastre que arrastrar, porque la falta de perdón es algo que nos hunde, nos va haciendo caminar en oscuridad y no es la voluntad de Dios que estemos así, de nosotros depende entonces que tengamos una vida en paz, con gozo y libre de cualquier opresión y amargura, disfrutala y agrademos al Señor siempre.


Los amo y bendigo en Jesucristo.


MAGNOLIA

                             

 

MÉTELA EN TU CORAZÓN 

Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo.  Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-

"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"

Salmo 119:11


 


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