Hola mis amados:
La bendición del Señor nos alcanza donde quiera que estemos, si es en la ciudad o en el campo, al ser Sus hijos obtenemos esto de El que es nuestro Padre Celestial y como tal nos bendice de formas únicas y maravillosas, por esa razón somos benditos delante de El y puede que a muchos no les agrade esto, pero al contar con Su bendición somos benditos para El porque nos ama con amor eterno.
BENDITO
Serás bendito en la ciudad y en el campo." Deuteronomio 28:3
Hace unos meses padecimos en la Argentina un serio conflicto entre el campo y el Gobierno. Cada uno defendía sus intereses y se sentía perjudicado por los reclamos del otro. El dialogo se había cortado, hubo fricción entre los sectores, paros, cortes de ruta y desabastecimiento de productos agropecuarios. Decir campo en el gobierno era mala palabra y decir gobierno en el campo también.
El antagonismo era tal que ninguno aceptaba que el otro estuviera bien a costa de su perjuicio personal. Finalmente el conflicto se solucionó, en parte y las aguas se calmaron. Sin embargo, no había bendición para el hombre común. Los que comprábamos la comida en el supermercado, los que transitábamos por las rutas argentinas que estaban cortadas, los que trabajábamos cerca de los centros de reunión para cada acto político, padecíamos el conflicto. No era una bendición para nosotros. Era un castigo.
Mientras pasaba esto, me sorprendí de leer este texto. Dios le había prometido a su pueblo Israel darle bendición. Y Dios no discrimina, tiene la grandiosa generosidad para bendecir a todos. Dios te bendice en el campo y te bendice en la ciudad, Dios te bendice en tu casa y te bendice en tu trabajo. El amor y la bendición de Dios no tienen fronteras, pueden llegar a todos lados.
Esa fue la promesa que les hizo a Su pueblo, pero les puso una única condición: Si obedecían lo que Dios les pedía con los mandamientos, iban a ser bendecido. No había letras chicas en el contrato, ni cláusulas oscuras. Dios siempre fue, es y será bien claro y concreto. Y le prometió al pueblo de Israel bendición a cambio de obediencia.
Hoy Dios sigue siendo generoso y sigue bendiciendo. Con Su Gracia manifestada a través de la Cruz de Jesucristo, Su amor se mostró en Su total dimensión, y Su generosidad también. Pero hay cosas que Dios no cambia. Él sigue deseando bendecir tu vida y colmarte de favores, quiere bendecirte en el campo y en la ciudad, quiere darte una vida abundante, feliz y satisfecha. Pero sigue exigiendo la condición de la obediencia para entregar tantos favores.
Hoy tienes que elegir como vivir. La obediencia a Dios abre las ventanas de los cielos y te genera la bendición de Dios para tu vida. Cualquier otra alternativa, te produce todo lo contrario.
REFLEXIÓN - Es una bendición obedecer.
EL SILENCIO INTERIOR
El silencio significa:
La capacidad de pensar sin cabeza,
La capacidad de volar sin alas,
La capacidad de caminar sin pies,
La capacidad de observar sin perturbar,
La capacidad de escuchar sin interrumpir,
La capacidad de palpar sin crear incomodidad,
La capacidad de disfrutar la flor sin robarle su aroma y sobre todo, la capacidad de entrar en ti y ver tu realidad.
La verdad solo se puede conocer en absoluto silencio.
No solo el silencio de afuera es necesario, pero también el silencio interior.
Si al cerrar tus ojos tu mente está en silencio la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir. Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad.
Sin el silencio tu alma no tiene claridad, no tiene luz.
El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que tu alma brille.
El silencio en un lado y el amor en el otro, le dan alas a tu corazón.
Esa belleza y esa armonía han sido perdidas debido a la ira, al orgullo etc... Esto es lo que significa la falta de silencio.
Todas las preguntas están listas para ser respondidas, sin importar que profundas sean.
Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti.
Recuerda el silencio, es el vientre de donde nacen los sabios.
Si deseas adquirir sabiduría, vuelve a nacer en medio del silencio.
Solo así encontrarás tu razón de ser, la razón por la cual haz nacido.
Siéntate cómodamente, observa a tu alrededor, no juzgues, detente en tu afán, observa de nuevo, comprende que tu vida es un tesoro, deja tus preocupaciones a un lado.
No hay necesidad de llevar un equipaje pasado, ya tu corazón tiene lo que necesitas en este viaje maravilloso, que es tu vida.
Deja el temor y permite que el silencio te posea, solo en esa inmensidad podrás escuchar la voz de Dios, dentro de ti llamándote a vivir plenamente; llamando para darte a conocer todos los misterios del universo y no solamente esto, también esa voz quiere darte a conocer el secreto de la vida eterna, pero cuidado, no creas en promesas, has que esta se convierta en tu única realidad.
Solo en profundo silencio podrás comprender lo que significa todo esto y sobre todo el estar vivo.
(Desconozco el autor)
Hermoso mensaje que nos insta a buscar mas el silencio, a no prestar atención a cosas que nos pueden desviar del propósito divino que tiene para con cada uno de nosotros y aprendiendo a escuchar Su voz, esta nos conduce a Su perfecta voluntad para que no nos desviemos del Camino que es Jesús, que nuestros oídos estén siempre atentos a oir Su voz que guían nuestros pasos.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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