Hola mis amados:
En la vida muchas veces hermos recurrido a las excusas, es algo que es espontaneo y hacemos uso de ellas para evadir responsabilidades o no aceptar algo que no nos agrada, lamentablemente hacemos lo mismo con el Señor, porque lo que El desea que hagamos no es agradable para nosotros o estamos cansados ya de ello, pero que hoy le pidamos perdón y entendamos que obedecerle es mejor que cualquier otra cosa, allí es donde obtendremos la bendición.
EXCUSAS
"Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle." Marcos 14:40 NVI)
La secuencia del Getsemaní siempre me entristeció. Es una acumulación de actitudes desafortunadas e infelices. No hay ningún gesto positivo ni agradable. No hicieron ni una bien los discípulos.
Parecía hecho a propósito. Esta escena que Marcos comenta en 20 palabras encierra un cúmulo increíble de actitudes y sentimientos.
La noche ya estaba entrada. Habían celebrado la Fiesta de la Pascua, y Cristo había anunciado que había un traidor en el grupo. Fueron al monte de Getsemaní a orar, y el Maestro les pide a sus amigos más íntimos que no lo dejen solo. "Mi alma está triste hasta la muerte", se sinceró el Maestro. ¡Era Dios mismo quien estaba abriendo Su corazón y pedía compañía! El mensaje era bien claro, no había dudas sobre el pedido de Jesucristo.
Y cuando regresa de orar, los encuentra dormidos. Estaban cansados, era muy tarde, estaban con mucho estrés, estaban angustiados, estaban preocupados, o lo que fuera. La única verdad es la realidad. Los discípulos estaban dormidos, y cuando Jesucristo les pregunta por qué no sabían que decir. Cualquier excusa que pusieran en ese momento, sería una tontería absoluta. Así que simplemente hicieron silencio.
Pasaron dos mil años, y repetimos el mismo error. Hoy Cristo no nos pide que velemos con Él una hora en el huerto, pero nos pide otras cosas, igual de claras, igual de concretas, igual de importantes para Él. Hoy también nos abre Su corazón y nos cuenta cuales son Sus deseos más íntimos para nosotros. Está bien claro en la Biblia. Cada mandamiento de Su Libro es una expresión concreta del deseo de Su corazón. No es lo que pide el pastor de la iglesia, o lo que mandan los ritos. Es lo que Dios nos pide.
Y muchas veces hoy, como los discípulos aquella noche, nos dormimos, y no le prestamos atención. Jesucristo desea hoy que tengamos una identidad cristiana, que oremos cada día, que meditemos su Palabra, que mantengamos la santidad espiritual, mental y corporal, que no tengamos dos caras, que cuidemos la manera que hablamos, que evitemos la envidia, que no mintamos, que le amemos por sobre todas las cosas.
Y si hoy te preguntara, ¿Qué le responderías? ¿Tendrías que hacer silencio como los discípulos?
REFLEXIÓN - Que en lugar de excusas, tengas vida.
BANQUETE
"Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar." Salmo 23:5 (NVI)
No todos los días tenemos la posibilidad de disfrutar de un banquete. Ocasionalmente en algún casamiento, o alguna fiesta de la empresa, o alguna ocasión especial. Pero por lo general, en casa cenamos o almorzamos comida normal. De todas maneras, cuando hay hambre, no hay pan duro. Y siempre disfrutamos más de una rica comida cuando llegamos con hambre al momento de la cena.
Así plantea David la situación de su rebaño en el famoso Salmo 23.
Habla que el Pastor de su vida, lo acompaña, guía y sostiene en el valle de la muerte. Se mantiene a su lado y lo alienta para que pueda pasar el desierto del mal momento. No hay nada en el desierto.
Es un lugar de necesidad, de escasez, de tristeza, de soledad.
Y la siguiente página en la vida del rebaño, apenas pasa el desierto del problema, el Pastor les tiene preparado un banquete inimaginable. Los mejores pastos que pudieran desear. Un lugar de completa paz, alegría y satisfacción. El banquete de Dios es fruto de Su generosidad y amor.
Es notable como actúa Dios. Después de la sequedad del desierto nos prepara un fantástico banquete de bendición. Tal vez hoy estás pasando por una serie de problemas y dificultades, por angustias o frustraciones. Tal vez te sientes solo y abandonado, fracasado y sin salida. O simplemente triste. Te sientes en un desierto, sin Pastor, sin cayado, sin aliento, sin compañía.
Dios sigue siendo tu Pastor amante. Él sabe que estás esperando, cuales son tus dudas y conoce tus lágrimas de cada día. Dios te conoce por nombre y apellido y sabe de tu angustia por tener que pasar por el desierto. Y te tiene preparado un hermoso banquete de satisfacción. Solo que para poder disfrutarlo, tienes que dejar que Él te guíe. Si tú quieres salir del desierto por tu camino, seguro que te pierdes el banquete. Pero si lo dejas a Dios que ordene tus pasos y te guíe, el Buen Pastor te va a llevar al banquete que te tiene preparado.
La única manera de alcanzarlo, es ir por el camino que Dios te marca. No dudes de Su guía. Él sabe por donde te lleva. Él es Dios.
REFLEXIÓN - Dios te preparó una fiesta, ¡no te la pierdas!
Solo el Señor nos puede dar un banquete en medio del desierto, como nos acompaña, sabe de lo que pasamos y necesitamos, esta presto a servirnos una mesa especial para que degustemos lo que de El puede venir a nosotros, por esa razón el enemigo arde de ira porque no espera que El Señor nos sirva algo tan maravilloso, nadie como El para manifestarnos Su amor inagotable de esa forma especial.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA