Hola mis amados:
Los balcones son lugares que se hacen para disfrutar de lo que apreciamos fuera de la casa, para que entre el aire y la luz y es algo maravilloso, pero aplicándolo a nuestra vida es mas importante porque nos acerca al Señor y es lo que El quiere que manifestemos siempre, por eso convirtámonos en esto para que muchos se animen a seguirle, a desear estar cerca de El y sobre todo amarle sobre todas las cosas.
BALCONES
Así como sabéis de qué manera os exhortábamos, alentábamos e implorábamos a cada uno de vosotros, como un padre lo haría con sus propios hijos." 1 Tesalonicenses 2:11 (RV 60)
Hasta que me casé, viví en un departamento en el 6 piso. Aunque a mami no le gustaba mucho, salíamos seguido al balcón. El balcón era vida, luz, alegria, libertad. El viento corría limpio, el sol parecía más luminoso, podías ver toda la ciudad desde arriba. Te conectaba con la vida.
Había también en el edificio un sótano que era comun para todos los inquilinos. Bajábamos pocas veces al sótano. Solo para dejar cosas viejas que nunca íbamos a usar, pero que nos daba pena tirar. Eran cosas inútiles pero que queríamos retener igual. El sótano era oscuro, húmedo, lúgubre, mal iluminado, algo sucio, triste.
Me compartió Miriam lo que leyó de un autor que compara estos dos conceptos con la actitud de las personas frente a la vida. Y me pareció muy buena la comparación. Hay personas que son como sótanos.
Cada vez que te acercas a ellos, recibes oscuridad, la humedad del rencor y la crítica, esta sensación de quedar atrapado en una
relación negativa, densa y poco productiva. Son esas personas que siempre se quejan, critican y hablan mal de todos. Personas oscuras que quieren arrastrarte a su mundo de recelo, envidia, rencor y comentarios negativos.
Son personas que no suman, que siempre tienen una visión
problemática de cada situación de la vida, no tienen alegría en sus comentarios. Son siempre sombríos, angustiantes. Se dedican siempre a hablar de los demás, y por lo general, sus comentarios nunca son agradables ni alentadores. Tienen siempre un resabio de crítica, envidia o rencor encubierto.
Los otros son como balcones. Siempre en las alturas, cerca de la
luz, cerca del cielo, cerca de Dios. Personas conectadas con lo
bueno, con lo positivo, que te invitan a subir, que te alientan,
suman, aman y viven en positivo. De estos hablaba Pablo cuando les decía a los de Tesalónica que los había alentado como un padre alienta a su hijo. Nunca un pensamiento negativo, nunca un comentario envenenado.
Tu elige hoy cual es tu actitud frente a la vida. Puedes ser un
sótano de oscuridad, o puedes ser un balcón de aliento para elevar a otros a la presencia de Dios. Has un inventario de tus palabras y analiza tu tendencia.
LOS DIAS GRISES
Los hay, desde luego.
¡Y muy frecuentes!
Hay días en los que brilla el sol, la vida sigue como siempre: las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo...
Nos sentimos mal, como incompletos, como... insuficientes, como desalentados y extraños.
Ese día en que abres los ojos y no sabes por qué, traes un desánimo que te nació en el sueño, que te brotó en lo alto de la noche y se filtró a tu alma gracias a quién sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.
Ese día en que te cuesta trabajo levantarte.
¡Ayer estaba todo bien!
Ese día en que presientes que nada va a ir como tú lo deseaste, ese día que no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.
Ese día, es un día que nació gris.
Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quieren pintar este día de gris.
Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.
PERO...
Lo que sí puedes hacer, cuanto antes, es tomar tú mismo, tú misma, la decisión de activar tus propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas:
¡Flechas verdes, curvas doradas,
zig-zags blancos, puntos azules!
Puedes convertir en unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que te estimule, un silencio que te hable.
No hay días grises... ¡todos son iguales!
Quien les da color eres tú.
Quien es capaz de alegrarse con la lluvia o admirar la tempestad, eres tú.
Quien se echa a llorar bajo un sol espléndido o un cielo maravilloso, eres tú.
Porque no son los días los que te dan color. Eres tú quien puede pintar como desees, cada día.
Si sientes que comienza todo gris...
¡Decídete y llénalo de color! ...
Cierra los ojos. Respira hondo, piensa claro...
¡Y vive como nunca el día de hoy!
¡Los mejores colores de la vida, están siempre dentro de ti mismo!
De nosotros depende entonces ser un arco iris para los demás, el color se lo damos a cada circunstancia de la vida y problema que nos afecte, no nos hace impunes, pero en ves de lamentarnos y sentirnos derrotados, debemos ser optimistas y ver las cosas con otro color, por eso el Señor nos dejo el arco iris, para que asi sea nuestra vida y resplandezcamos donde quiera que estemos.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
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