Hola mis amados:
Entender que la voz de Dios es poderosa es algo maravilloso, porque por solo pronunciar una palabra se hizo todo lo que vemos en la naturaleza, es creadora y especial, solo Él tiene el poder para hacer todo posible, por eso creámosle a Su Palabra que cuando la escuchamos o leemos trae vida, sanidad, liberación y nos alimenta como nada más puede a nuestro espíritu, Su voluntad es perfecta y se efectúa como Él lo ha decidido, Él es Soberano y por eso no dejemos de confiar que jamás nos abandonara.
CUANDO DIOS DICE SE HACE
Génesis 1:3 “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”.
Es maravilloso ver el episodio del comienzo de la tierra, como Dios a base de palabras creo todo lo que ahora podemos ver. En el primer capítulo de Génesis encontraremos muchas veces la palabra: “dijo” con la cual Dios creo el mundo.
Y es que la Palabra de Dios tiene un poder único y que sobrepasa nuestro entendimiento, nosotros pudiéramos repetir miles de veces: “hágase el agua, hágase el agua” y por más que lo repitamos y repitamos, el agua no se hará, simplemente porque no somos Dios y no tenemos su Poder sobrenatural.
Dios al contrario de nosotros dice y las cosas se hacen, así de simple, porque es un Dios Sobrenatural, porque es ilimitado en Poder y en Grandeza.
¿Sabías que ese Dios Sobrenatural, ilimitado en Poder y en Grandeza es tu Dios?, Si ese mismo Dios que un día dijo: “Sea la Luz y fue la luz”, es el mismo Dios que ahora nosotros adoramos y exaltamos, Él no ha cambiado, sigue siendo el mismo, Él es Inmutable, es decir que no tiene sombra de variación, en pocas palabra JAMÁS cambia.
Eso quiere decir que cuando Dios nos dice algo, es porque ese algo se hará, así de simple, se hará porque Él lo dijo, porque su Palabra tiene Poder y porque es un Dios Ilimitado en Poder.
Entonces, ¿Por qué nos cuesta creer las promesas de Dios?, ¿Acaso no lo ha dicho El?, ¿Acaso miente?, Entonces, ¿Por qué dudas de Su Palabra?
Él nos dice en Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Eso significa que en la hora de la prueba y de los momentos difíciles de la vida, El estará con nosotros, frente a esto ¿Cuál es tu actitud?, ¿Temor?, ¿Miedo?, ¿Duda?, ¿Por qué? ¿Acaso no te ha dicho que El estará contigo?
Amados, es hora de comenzar a creer las Palabras de nuestro Dios, es hora de tomar cada Palabra suya como un HECHO. Y es que sus Palabras son un HECHO, si Él dice, entonces SE HACE.
Nosotros nos complicamos la vida porque queremos, nos gusta angustiarnos, nos gusta afligirnos, nos gusta tener miedo o duda, nos gusta llorar por cualquier cosa, quejarnos de todo, mas Dios siempre nos ha dado Palabras de ánimo, es más una de las promesas de Dios es la siguiente: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”, Romanos 8:28.
Yo te pregunto: ¿Amas a Dios?, si lo amas entonces ¿Por qué temes?, ¿Por qué dudas?, ¿Por qué te afliges?, el Salmista comprendió que eso era algo innecesario, por eso declaro en Salmos 43: 5 “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”.
El Salmista comprendió que la Palabra de Dios es un HECHO, Él dice y se HACE, entonces frente a eso, ¿Por qué abatirse?, ¿Por qué turbarse?, simplemente hay que ESPERAR EN DIOS.
Y es que el que ESPERA en Dios JAMÁS quedara defraudado, David en el Salmos 37:25 dijo: “Joven fui y he envejecido y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan”.
Y es que es así de simple, solo tienes que ESPERAR y ser JUSTO para alcanzar en el TIEMPO DE DIOS lo que tanto anhelas.
Termino con este versículo:
“Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.
Él dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?”
Números 23: 19
Si Dios lo dijo, lo HARÁ
Autor: Enrique Monterroza
SUSTENTO DE LOS JUSTOS
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu. (Zacarías 4:6)
La Palabra de Dios, la oración y el Espíritu Santo obran juntos por el bien de los siervos de Dios. La parte especial del Espíritu es dar todo lo necesario para sustentar al justo.
Al Espíritu Santo se le llama “el Espíritu de Cristo” y “el Espíritu de Dios” (Ro. 8:9). Se le puede llamar por cualquier de los dos títulos porque Él está en la Trinidad y procede del Padre en el nombre de Cristo (Jn. 14:26).
El apóstol Pablo conocía al Espíritu Santo como Su maestro, intercesor, guía, fuente de poder y proveedor todopoderoso. Eso es el Espíritu para todos los creyentes. La confianza de Pablo en saber que todo obra para bien (Ro. 8:28) se basaba en la provisión del Espíritu, que “nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (v. 26).
El saber que el Espíritu provee lo ayudará a afrontar con gran confianza cualquiera cosa que se cruce en su camino.
Que bendición contar con el Santo Espíritu de Dios en nosotros, que nos haya escogido por templo Suyo y que se convierta en nuestro guía, mejor amigo, quien nos conduce a toda la verdad, que nos ayuda en todo lo que necesitemos y nos redarguya cuando le ofendemos, por eso es que le necesitamos para poder vivir agradando a nuestro Padre Celestial, dejemos que nos conduzca con Su amor y seamos esos recipientes que cada día va usando y obrando para que seamos más limpios de pecado.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA