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†☼♥REFLEXIONES♥†♥ : LA BENDICIÓN DE LOS PARTIDARIOS Y CUANDO YA NO BRILLAN LAS ESTRELLAS
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De: MAGVBIL (Mensaje original) |
Enviado: 28/03/2015 14:57 |
Hola mis amados:
Cuando encontramos hermanos o amigos que tienen palabras de ánimo, que se identifican con nosotros, que no hay juzgamiento o critica, son una bendición, por eso que de nuestra boca salgan siempre palabras que edifiquen, que sean bálsamo, que lleguen como caricias y no como saetas, porque como dice que la lengua es un órgano pequeño pero puede hacer mucho daño y hay palabras que matan o dan vida, que las nuestras sean de las ultimas.
LA BENDICIÓN DE LOS PARTIDARIOS
Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. (Filipenses 1:15)
Es doloroso pensar que un santo como Pablo tuviera que soportar oposición hasta el punto de decir: “En mi primera defensa [el primer juicio en Roma] ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon” (2 Ti. 4:16). Cuando Pablo les escribió a los filipenses, estaba tan privado de amigos que dijo de Timoteo: “A ninguno tengo del mismo ánimo” (Fil. 2:20).
Pero Pablo también escribió que algunos estaban predicando a Cristo “de buena voluntad” según el versículo de hoy, que denota satisfacción y contentamiento. Los partidarios de Pablo estaban contentos con lo que Dios estaba haciendo en la vida de ellos y en la vida de Pablo. Simpatizaban con él y estaban agradecidos de su ministerio.
Hoy también hay personas así. ¡Qué bendición, aliento y fuente de gozo son ellas! Doy gracias a Dios por llenar mi vida de personas así.
CUANDO YA NO BRILLAN LAS ESTRELLAS
Amigo, amiga... pensando en este último tiempo, me preguntaba si alguna vez viviste un tiempo en que las estrellas no brillaban. Hay situaciones en la vida de todos nosotros en que las estrellas ya no brillan. Imagino a Abraham cuando tuvo que llevar a su hijo al sacrificio, subía rumbo al altar que él había hecho con sus manos, al lugar del encuentro donde una y otra vez había hablado con Dios, donde muchas veces su mano se alzó para ofrecer al cordero del sacrificio... Ahora ese cordero era su propio hijo.
Todo ese tiempo de ascenso al monte de Dios, las estrellas no brillaron para Abraham. Me han tocado vivir tiempos en que mis estrellas no brillaron... ¿Te pasó alguna vez? Son esos momentos en que todo parece oscurecerse, en que las decisiones que hay que tomar parecen ir en contra de todo lo que alguna vez sentimos y pensamos que Dios nos dijo. Como Abraham, todo su ministerio se basaba en su hijo, la palabra de Dios había sido: "te daré una descendencia como las estrellas de los cielos y la arena del mar". Ser padre de multitudes dependía de ese niño que llevaba a sacrificar. Su llamado y su ministerio estaban subiendo hacia la muerte, y lo más tremendo es que él llevaba sus promesas y su propio ministerio dado por Dios al altar del sacrificio.
Me pregunté muchas veces si estaría dispuesto a llevar mi ministerio al altar del sacrificio. Si sería capaz de ponerlo en la roca del pacto y sacrificarlo por obediencia aun cuando eso significara que aparentemente deje de existir... Me di cuenta que no es fácil y que ese es el momento en que las estrellas dejan de brillar y cuando miré hacia atrás en el reloj de mi vida, pude detectar esos momentos de oscuridad en que todo estaba sin luz y me di cuenta que también fueron momentos en donde consciente o inconscientemente, mi vida se enfrentaba al altar del sacrificio.
Tal vez te encuentres hoy en un momento de oscuridad y no veas ninguna estrella brillar. Quizás pienses que Él se olvidó de ti, o que nada de lo que creíste oír era cierto, pero tal vez y sólo tal vez... estés delante del altar de tu sacrificio, el sitio donde Dios pone a prueba tu confianza en Él, el lugar donde la decisión no pasa por la razón, sino sólo por la obediencia.
Debes transitar el camino de la confusión sólo creyendo en una promesa y una palabra que quizás llegó a ti hace ya mucho tiempo...
Amigo, amiga... yo estuve allí muchas veces. Sí, aunque no lo creas...
No te puedo dar consejos sobre esos momentos, sólo puedo compartir contigo lo que hice. ¿Sabes que hice? Creí y continué andando a veces a ciegas y a tientas, como en el lugar santísimo hacía el sacerdote hasta que la gloria iluminaba el sitio... o le quitaba la vida.
Quizás no sea una buena respuesta pero es lo que hice y sólo me paré sobre la roca de la confianza cada vez analizaba mi corazón y no pocas veces me encontré con pequeñas piedras de tropiezo que tuve que quitar para darme cuenta que aun allí, en esos momentos donde ninguna estrella brillaba, el eterno amor de Dios me cubría y sustentaba para enseñarme que las nubes que oscurecen las estrellas son pasajeras.
Si sigues caminando en la obediencia, aunque tus estrellas no brillen llegará el alba para decirte que Él es tu Sol de Justicia... ¡Confía...!
Solo manteniendo la confianza en el Señor es que podemos avanzar, hay situaciones en las cuales nos parece todo oscuro y sin ninguna expectativa que nos haga ver un buen futuro, pero solo está en las manos de Jesús, Él es nuestro futuro y por ende será lo mejor, deja que El brille en tu existencia a través de la fe y no des lugar a la duda, la incredulidad o el temor, sigue de Su mano sabiendo que todo irá bien.
Los amo y bendigo en Jesucristo.
MAGNOLIA
MÉTELA EN TU CORAZÓN
Según un predicador escocés, guardar la palabra en el corazón es meter una cosa buena en un buen lugar para un buen fin. Muchos tienen la Biblia en la cabeza, o en el bolsillo. Lo que necesitan es tenerla en el corazón. -D.L. Moody-
"En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti"
Salmo 119:11
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