LAS FLORES
Florecemos, aupados por la lumbre, con la inocencia de agua que respira el anónimo olor de los claveles.
Nos embrujan las plantas y los pájaros, el desuello, las flores invernales, como una cantinela abovedada que resurge del polvo de los días.
La noche es una estrella sin raíces que ampara el canto triste de las horas en las que se suceden ansia y espejo.
Es la naturaleza de la noche escuchar el silencio de los búhos, atesorar el llanto del murciélago.
Teresa Domingo Català
Renata
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