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Economía Ecológica: Trabajo y Dinero para Todos y Todas (Sustentablemente) (James Robertson)
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De: Piedro (Mensaje original) |
Enviado: 05/10/2009 16:27 |
TRABAJO Y DINERO PARA TOD@S (Sustentablemente)
James Robertson
En mi trabajo "Una Nueva Economía para los Pueblos y el Planeta" recalqué:
1. La importancia de una mayor auto-dependencia económica para naciones, regiones dentro de naciones, ciudades y distritos, vecindarios comunitarios, y para las personas y las familias. 2. La importancia de conservar los recursos naturales y el medio-ambiente.
Estos dos rasgos de la economìa post-moderna afectarán profundamente la naturaleza del trabajo, la forma en que se organiza y nuestras actitudes hacia éste.
PANORAMA HISTORICO
En las sociedades antiguas, como la Griega y la Romana - y también en algunas sociedades màs recientes -, la mayoría de las personas tenía que trabajar como esclavos. El trabajo de la sociedad estaba organizado sobre la base de una clase superior y una subordinada: Los amos y los esclavos. Posteriormente, en las sociedades feudales y del Medioevo, la mayoría de las personas - la "plebe", como se les llamaba - tenía que trabajar como siervos. El trabajo de la sociedad aún estaba organizado sobre la base de una clase superior y otra subordinada: Los empleadores y los empleados, Esto ha representado un progreso histórico hacia una libertad e igualdad un poco mayor. Pero el postulado básico sigue siendo que la mayoría de la gente debe trabajar como subordinada de sus superiores - los empleados para su empleador -, sea en el sector comercial estatal, profesional o no-gubernamental. La mayorìa de las personas no tienen la oportunidad de trabajar para sí mismas y entre sí, en trabajos de su propia elección, bajo su propia dirección, de acuerdo con sus propias prioridades y valores. ¿Está finalizando ya la Era del empleo?. ¿Regresará alguna vez el empleo pleno?. En realidad, en muchas sociedades el empleo pleno nunca existió en el sentido de que todos podían obtener una clase de trabajo que les permitiera ganarse un buen sustento. Pero incluso en esos países en que se ha visto empleo pleno en el pasado reciente como una meta factible - en Europa, América del Norte y otros países industriales ricos -, la competencia cada vez más intensa en una economía globalizada está haciendo cada vez menos realista suponer que los empleadores podrán proporcionar trabajo para todos, En un país como Sudáfrica, tiene que ser completamente obvio para cualquier visitante observador de los municipios y los campamentos de residentes ilegales, que las políticas económicas convencionales no pueden concebiblemente crear suficientes empleos para proporcionar el sustento del 43% de la poblaciòn en edad laboral, la que se cree está desempleada.
¿QUè VIENE DESPUES DE LA ERA DEL EMPLEO?
Nadie está sugiriendo que el empleo llegará a su fin total, y que dejará de existir. Lo que yo estoy sugiriendo es que ahora necesitamos redefinir el trabajo para que incluya algo más que encontrar simplemente a un empleador que nos proporcione trabajo. Otras clases de trabajo, además del empleo, deben incluir:
1. El trabajo por cuenta propia; 2. Trabajar en una empresa cooperativa o comunitaria, y formar parte de las decisiones acerca de sus operaciones y administraciòn; 3. El trabajo voluntario, en organizaciones no comerciales y no gubernamentales; 4. El trabajo personal útil y no remunerado, incluídas las administración del hogar, la crianza de los hijos y la atenciòn a parientes, amigos y vecinos.
Yo llamo a este tipo de actividad ’Trabajo Propio’. Veo la transición de una Era de empleo a una Era de Trabajo Propio como parte de la transiciòn de la Edad Moderna a la Postmoderna. Espero que el trabajo - en el sentido de actividad socialmente útil que es importante para el trabajador - siga siendo una parte esencial de la vida de la mayoría de las personas. Pero espero un cambio contínuo que se aparte del empleo hacia el Trabajo Propio; e incluso una indefinición de lo que la gente ve como trabajo elegido por la persona y tiempo libre productivo. En lo referente a la política, esto significa que - indudablemente - debemos hacer lo que podamos para incrementar la oferta de empleos. Pero también debemos adoptar políticas que estimulen otras formas de trabajo. Estas políticas deben aumentar el número de personas que organicen ellas mismas el trabajo remunerado y no remunerado para que el trabajo sea de su propiedad. Entonces la sociedad se centrará menos en el empleador y más en el pueblo. Los ciudadanos serán entonces màs libres que en las sociedades de hoy de la dependencia de los empleadores y del Estado para proporcionarles empleo. Contra este legado, el tema fundamental de nuestro enfoque para el futuro del trabajo debe ser estimular la autodependencia. Necesitamos polìticas de sustitución de importaciones en todos los niveles. En el plano nacional, estas deben contribuir a reducir nuestra dependencia de las importaciones, la cual tenemos que pagar produciendo más exportaciones para adquirir la divisa necesaria. De igual modo, en los niveles de ciudad, barrio, y casa, se necesitan políticas que permitan a muchos de nosotros ser menos vulnerables a la dependencia de los empleadores y suministradores de bienes y servicios con sede en otros lugares. Dos ejemplos del enfoque de la política de acción que sigue estas líneas tienen que ver con:
1. Los impuestos y beneficios de la seguridad social, y 2. La independencia económica local.
LOS IMPUESTOS Y LOS BENEFICIOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
El creciente interés en los impuestos ambientales o Eco-impuestos - impuestos sobre el uso de los recursos naturales y sobre las actividades contaminantes - tiene una relación directa con el futuro del trabajo. En este sentido, la supervivencia social y económica está estrechamente vinculada a la sustentabilidad ambiental. Como las posiblidades de introducir impuestos ambientales han sido estudiadas y discutidas, se ha hecho cada vez más evidente que éstos deben estar balanceados por la reducción - y quizás final eliminación - de otros impuestos como los impuestos sobre el empleo, los ingresos y los negocios. La lógica que subyace tras este cambio es sencilla: No tiene sentido cargar de impuestos a las personas por el valor que añaden mediante un trabajo y un negocio útiles, y no cobrarles impuestos por el valor que sustraen al utilizar los recursos y valores comunes (por recursos y valores comunes quiero decir los recursos y valores creados por la Naturaleza y la sociedad en general, y no por el trabajo, la habilidad y la iniciativa de los individuos y organizaciones que los usan o poseen. Un ejemplo es la capacidad del medio-ambiente para absorver la contaminación y los desechos; otro es el valor de lugar no mejorado de la tierra. Por lo tanto, la propuesta es que la gente y las compañías deben pagar a la sociedad por utilizar estos recursos comunes: "El contaminador paga" en el caso de la contaminación, y el propietario paga el "alquiler" en el caso de la tierra). Sin embargo, existe un problema importante con relación a los impuestos ambientales. Si caen directamente sobre los consumidores , perjudican a las personas pobres comparativamente más que a las ricas. Tuvimos un buen ejemplo de esto hace dos años en Gran Bretaña. El Impuesto al Valor Agregado (IVA) se cargó a la energía de los hogares. Muy naturalmente, se produjo una gran protesta política contra el carácter agresivo del impuesto. Este problema hay que enfrentarlo. Una manera de hacerlo es asegurarse de que los eco-impuestos sobre los consumidores estén acompañados de impuestos que afecten más a las personas ricas que a las pobres. El impuesto del alquiler de la tierra constituye un buen ejemplo de esto. ¡Las personas que poseen tierras valiosas por lo general son más ricas que los que no las poseen!. Otra forma de enfrentarlo depende de cómo se utilice la recaudación de los eco-impuestos. Estudios realizados en Suiza y Alemania han demostrado que si las recaudaciones de esos impuestos pueden distribuírse a todos como una "eco-retribución", puede invertirse el efecto regresivo del impuesto. Independientemente del hecho de que los consumidores ricos tienden a usar más energía y recursos que los pobres y por tanto pagarían más impuestos, las eco-retribuciones serían comparativamente más valiosas para los ciudadanos pobres, pues recibir una misma cantidad de dinero le reporta más a una persona pobre que a una rica. He indicado anteriormente (N. del T.: Ver ECOVISION 4: Un Nuevo Contrato Social) que las eco-retribuciones distribuídas a todos los ciudadanos a partir de las recaudaciones de un creciente número de eco-impuestos se sumarían al final a un Ingreso Ciudadano Básico, que cada uno debe recibir como un derecho de ciudadano. No quiero entrar en mucho detalle en este aspecto. Pero he aquí la forma de hacer un nuevo paquete de políticas basado en los siguientes principios:
1. Las personas deben pagar a la sociedad por los recursos comunes que utilizan y por la ganancia que extraen al utilizarlos; 2. Todos los ciudadanos deben disfrutar de una parte equitativa de la recaudación pública resultante; y 3. La gente no debe pagar impuestos sobre los frutos de su trabajo, habilidades o iniciativa.
Estos principios pueden sostener un nuevo pacto social para la Era post-moderna, por los cuales los derechos económicos fundamentales se compartirían con más justedad entre todos los ciudadanos, mientras que se remuneraría plenamente el trabajo duro, las habilidades e iniciativa. En lo referente al trabajo, los cambios en estas lìneas reducirían el actual incentivo de sustituir a los trabajadores por maquinarias de alto consumo energético y capital. Por lo que esto facilitaría a las personas obtener un empleo. Proporcionando un ingreso bàsico (el Ingreso Ciudadano Básico), también se facilitaría a las personas que realizan trabajo útil no remunerado disfrutar de un sustento sin tener que buscar un trabajo remunerado a tiempo completo.
LA AUTODEPENDENCIA LOCAL
Un resultado de elevar el costo de la energía mediante impuestos será el aumento del costo del transporte. Esto hará más economicamente atractivo producir bienes localmente para el consumo a ese nivel y creará oportunidades adicionales de empleo comunitario. La cuestión del aumento de la autodependencia económica local resulta decisiva para el futuro del trabajo. Necesitamos comprender y aceptar la importancia de permitir que la gente de la localidad utilice sus recursos para satisfacer sus necesidades, y cuán estrechamente ligado está esto al desarrollo sostenible y a las iniciativas de la Agenda 21 Local que ahora se persiguen en muchos países después de la Cumbre de la Tierra de 1992 de Río de Janeiro. Se necesita un estudio organizado adecuadamente de las diversas maneras posibles en que una localidad pudiera producir in situ una gran parte de sus productos básicos - como los alimentos y la energía - necesarios para su consumo, de las formas en que los desechos puedan ser reciclados allí, así como de otras variantes para usar el trabajo de esa comunidad con vistas a proporcionar recursos propios de utilidad local. Los gobiernos nacionales y locales tienen que apoyar el desarrollo de las nuevas instituciones económicas en la base, como la creación de bancos de desarrollo local, uniones de crédito y Sistemas Comerciales de Intercambio o Trueque Local (LETSystems) mediante los cuales los miembros puedan crear un nuevo medio de intercambio paralelo con la moneda normal y separado de ella, con vistas a apoyar el intercambio de bienes y servicios entre ellos. Esta es una esfera en la que la experiencia y la informaciòn se han formado con rapidez en los últimos años en países Europeos (N. del Ed.: Ver ECOVISION 4, el artículo Sistemas de Intercambio Local y el libro "Short Circuit: Strengthening Local Economies for Security in an Unstable World" - Green Books: www.greenbooks.co.uk).
EL TRABAJO DEL HOMBRE Y EL TRABAJO DE LA MUJER
En las sociedades campesinas preindustriales, hombres y mujeres trabajaban cerca de sus casas y barrios, y compartían tareas que tenían que realizarse en los alrededores. A medida que fueron desarrollándose las sociedades, aumentó la división entre el trabajo del hombre y el de la mujer. Los hombres comenzaron a obtener la mayor parte de los trabajos remunerados. Este trabajo se realizaba mayormente lejos de la casa, para empleadores a quienes los obreros vendían su tiempo de trabajo. Era un trabajo hecho en beneficio del empleador o para alcanzar los objetivos e intereses de éste, no los de la persona que realizaba la labor. Con el paso del tiempo, el trabajo remunerado de los hombres adquirió una categoría superior al trabajo no remunerado de la mujer dentro y alrededor de la casa y el barrio. Observando esto ahora sin apasionamiento, parece extraño que, en las sociedades industriales tardías, el importante trabajo centrado en la persona que la mujer ha hecho tradicionalmente - dar a luz a los hijos, cuidarlos y criarlos mientras son niños, atender a otros miembros de la familia, administrar la casa y participar en los intereses del vecindario - llegó a ser considerado de una categoría inferior que la del trabajo más impersonal del hombre: Resolver cosas en las fábricas, papeles en las oficinas o ideas en lugares como las universidades e institutos de investigación. Por supuesto, los últimos cincuenta años o más han sido testigos, en la mayoría de los países pero no en todos, del aumento de una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Por lo que éstas disfrutan ahora de más igualdad para cooperar y competir con los hombres en el trabajo de la economía pagada (o formal). Pero todavía se espera que la mujer tenga una parte de responsabilidad mucho mayor por el trabajo no remunerado de la casa y la familia. Por esto con frecuencia pueden dar menos tiempo, energía y entrega que el hombre a las labores remuneradas de la economía formal, y por lo tanto siguen estando en desventaja. Pero, igualmente importante, esto significa que el trabajo esencial de la casa, la familia y el barrio siga considerándose menos valioso que el trabajo remunerado que realizan los empleados para sus empleadores. Los economistas convencionales no consideran al hogar como un lugar de trabajo, aunque gran parte de las labores fundamentales se realice allí. Los economistas convencionales no consideran que esa parte de la población sea economicamente activa, ni siquiera mienbros de la fuerza laboral. Estiman que las personas que hacen este tipo de trabajo en la economía informal son economicamente dependientes de los ocupados en la economía formal. Olvidan que la capacidad de las personas de emplearse por remuneración en la economía formal depende del trabajo básico no remunerado de supervivencia y subsistencia que se realiza para mantener la continuidad de la casa y la familia. La cuestión es que, debido a que los economistas convencionales pueden cuantificar lo que sucede en la economìa formal - la cantidad de producción, de ganancia, el ritmo de crecimiento económico, el número de empleos, la recaudación de los impuestos, etcétera - lo ven como un hecho real; mientras que, ya que no pueden contar lo que sucede en el sector informal, suponen que este no existe. Como reza el dicho, si no pueden contarlo, no cuenta. Esto nos hace regresar a la cuestiòn del dinero y la dependencia que se tiene de él. Una de las propuestas que presentan personas como yo en Europa es que nuestras políticas deberían estimular a más gente - mujeres y hombres - a acometer el trabajo no remunerado que implica cuidar bien a los hijos y el hogar. La sugerencia de un Ingreso Ciudadano Básico (ICB - I-Ce-Bé), como parte del paquete de cambios en los impuestos y beneficios discutido antes, constituye una posibilidad. Pero ésta es una propuesta específica. La cuestión es: ¿Cómo hacer que más personas realicen el trabajo no remunerado esencial del cual dependen nuestras sociedades, tanto para su supervivencia actual como para su desarrollo saludable y sustentable futuro?.
LAS TECNOLOGIAS
Con vistas a que cada vez más personas trabajen por la supervivencia y la sustentabilidad, hace falta diseñar y diseminar tecnologías que sean habilitadoras y conservadoras, o sea, que puedan utilizarse en una escala humana por las personas en sus casas y barrios, y en una escala local, para proporcionar los productos básicos necesarios como el combustible y la electricidad. En realidad, las tecnologías energéticas "blandas" - que incluyen sobre todo las tecnologías que contribuyen a la eficiencia y a la conservación energéticas, y al suministro de energía renovable a pequeña escala - están entre las más importantes. Otros ejemplos incluyen las tecnologías alimentarias: Para la cocina doméstica y la agricultura y horticultura orgánicas a pequeña escala. Otros incluyen tecnologías para la reparación y el mantenimiento, el reacondicionamiento y el reciclado local de equipos que de otra manera podrían desecharse y sustituirse por nuevos equipos fabricados e importados desde el exterior; y tecnologías de la información y las comunicaciones que puedan utilizarse por individuos y comunidades locales en apoyo de sus propias necesidades, preocupaciones e intereses.
LA EDUCACION
La educación tiene que programarse de forma que coadyube a que niños, jòvenes y adultos lleven vidas independientes y conservadoras. Todo el mundo necesitará conocimientos prácticos para administrar su propia vida - su trabajo, casa, familia, salud y tiempo libre -, asì como las habilidades para trabajar para sus empleadores. Todo el mundo también necesita ganar confianza y aptitudes para pensar de manera independiente sobre qué clase de vida y sociedad quieren para ellos mismos y sus hijos, y aprender lo que estàn pensando otros pueblos en otras partes del mundo. Todo el mundo necesita aprender las habilidades personales e interpersonales para vivir y trabajar en comunión, en el tipo de sociedad que proporcione a todos máxima libertad siempre que no la utilicen para dañar la libertad de los demás.
EL TRABAJO BUENO Y EL TRABAJO MALO
¿Es el trabajo una cosa buena o mala?. ¿Es una bendición, una forma de orar a Dios, como nos enseña un precepto Cristiano?. ¿O es el trabajo una maldición, lanzada sobre la raza humana después de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, como nos dice otro precepto Cristiano?. La respuesta, seguramente, es que el trabajo puede ser bueno o malo en dependencia del tipo de trabajo que sea. Un trabajo bueno es el que hacemos para nosotros mismos, nuestras familias y nuestras sociedades, porque es un trabajo valioso. En una sociedad autodependiente y conservacionista, éste será cada vez màs el tipo de trabajo que nos proporcionará a nosotros y a otros pueblos los artículos de primera necesidad para la vida, nos permitirá a nosotros y a ellos desarrollar nuestras habilidades y capacidades humanas, y conservar - o quizás hasta enriquecer - los recursos y bondades de la Naturaleza. Un trabajo malo es el que hacemos bajo coacción, porque tenemos que hacerlo, no porque sea valioso en sí, sino porque sirve a los intereses de empleadores o de otros de los cuales dependemos. Incluye los tipos de trabajos que dañan la salud y las capacidades de autodependencia y autodesarrollo de nuestro pueblo y de otros, o que perjudica al medio-ambiente natural. Considero el derecho de hacer un trabajo bueno como aspecto medular del derecho de ser responsable, y veo este derecho como un derecho fundamental del ser humano.
Texto aparecido en el libro "Cuba Verde: En busca de un Modelo para la Sustentabilidad en el Siglo XXI", publicación que reúne las ponencias en el Seminario Internacional que tuvo lugar en la Habana, Cuba, en 1997 (Editorial José Martí. Calzada No. 259 entre J e I, Vedado, Ciudad de la Habana, Cuba). Texto reproducido por Pedro di Girólamo con autorizaciòn del autor. James Robertson en la Internet: www.jamesrobertson.com
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