TEMA Nº 9.- Los Celos.-
Están relacionados específicamente con las relaciones personales. Aparecen cuando creemos que una relación con otra persona está siendo amenazada, especialmente si se trata de una relación amorosa.
A diferencia de la envidia - con la cual suelen confundirse a veces - los celos son socialmente aceptados. Incluso quienes los sufren encuentran compasión y consuelo entre quienes los rodean. Es importante hacer notar que si no se ha sido celoso de niño, es difícil serlo cuando adulto. Esto tiene que ver con el lugar que ocupa un niño en la familia, lo que produce un determinado complejo.
Los hijos únicos son propensos al Complejo de Edipo (o Complejo de Electra, si es niña): celos en contra del progenitor del mismo sexo por el amor exclusivo del progenitor del sexo contrario.
El hijo mayor sufre del Complejo de Caín: celos en contra del hermano segundo que viene a despojarlo de
su trono de hijo único (donde seguramente incubó su Complejo de Edipo).
El hijo menor, sobre todo cuando es tardío, sufre del Complejo de Benjamín. Siente celos de los privilegios de que gozan sus hermanos mayores, sin darse cuenta de que son inadecuados para su edad. Además, no se resigna a que ellos no lo incorporen a sus juegos o actividades por ser demasiado chico.
Los primeros sufrirán de celos posesivos de pareja. Los segundos, de celos por competir en estudios o trabajo. Los terceros se sentirán disminuidos y mirados en menos por su entorno, aplastados en su desempeño por otros más capaces.
Durante la semana, observen en qué circunstancias sienten celos y procuren definir la causa y el Complejo que pueda afectarlos.