Salimos de casa todos juntos en armonía, Benet, Judith, Lupe, Ángela, Esther, Wences, Roberto, Cecilia y yo. Empecé a prepararme mientras subíamos hacia el mirador del transformador de luz. Sintiéndome internamente y poniendo mi mirada tras mi cuerpo. Allí de pie, Cecilia nos explicó en qué consistiría la tarea que Don Carlos nos había previamente preparado. Todos haríamos juntos una misma tarea , excepto Cecilia que haría, otra distinta aparte y sola.La ruta que Cecilia nos comunica era en este orden:
Salida desde allí buscando el Salero, buscando el Molino, buscando un camino a la izquierda que nos lleve hasta la Hermita, buscando después el pueblo, buscando a continuación la carretera, buscando una montaña que nos lleve hasta el nacimiento de un arroyo, después siguiendo hacia adelante el arroyo y cruzando los huertos, llegaríamos hasta llegar a un lugar donde nos estaría esperando Cecilia, éste último lugar será nuestra meta o final del Ejercicio.
El que decida abandonar la fila y abandonar el ejercicio puede hacerlo, pero en silencio y buscar la meta donde nos estará esperando Cecilia.
Cecilia se despide de nosotros y se vá a hacer su parte de Tarea ( no nos la dijo).
INICIO DEL EJERCICIO.
Inicio la marcha de poder en sexta posición de la fila, hay dos personas más detrás de mi. Inspiro aire y siento como compagino la inspiración con un paso adelante y la expiración con el siguiente paso adelante, oigo al unísono como vamos diciendo todos en voz alta el conteo. Siento mi cuerpo, me siento presente en mi cuerpo, mantengo la mirada al frente prácticamente en el cogote de Esther, que me ha tocado de compañera delante. Hasta que me doy cuenta que empieza a hacerse la distancia entre nosotras más grande que antes. Entonces, bajo la vista y compruebo que mis pasos no son del mismo ritmo que ella. Eso me hace dividir mi atención. Cambio la mirada y en vez de llevarla puesta en el cogote de Esther, la traslado a los pies de Esther. Percibo cuando llegamos a una curva, a Roberto, a Judith, a Wences y a Benet , que van delante. No es una mirada fija, sino difusa. Aun así, la escena es bellísima.
Al llegar al Cementerio compruebo que la cabeza sigue bien el trayecto y coge el camino que rodea al pueblo, dirección correcta hacia el Salero. Nos hemos cruzado con una mujer del pueblo ( no tengo ni idea de quien pudiera ser ) y yo ni siquiera he desviado mi mirada de los pies de Esther. No me asalta nada, ni mental ni emocional por ello. Al rato veo venir hacia nosotros otra persona que tampoco sé quién es porque mi mirada sigue difusa en los pies de Esther. Por espacio de un instante reconozco que pasó un pensamiento ¿qué pensarán de nosotros cuando nos vean caminar de semejante traza ? Mi respuesta desde el emocional tradujo en palabras fírmes: NO ME IMPORTA. Y SI CUALQUIER DIA ME PREGUNTAN, NI SIQUIERA TENGO QUE DAR EXPLICACIONES. SIENTO EN LO MAS PROFUNDO DE MI SER QUE, YO ESTOY TRABAJANDO POR ALGO VERDADERAMENTE IMPORTANTE , MI DESARROLLO INTERNO. Así que Mery olvídate de todo, excepto de lo que está aquí y ahora delante de ti, cualquier distracción del pensamiento te consumirá energías valiosas.
Justo en ese momento, me sorprende oír a Wences que está de observador , decir a la persona que viene hacia nosotros , con un contundente y directo :
- Hola, estamos haciendo deporte¡¡¡¡¡
También escucho después decir a la otra persona :
- ¡¡¡¡ ah, qué bien. Ya decía yo¡¡¡.
Era el tío Alejandro, lo reconocí por su voz, que llegaba a mi como lejanísima.
Pero todo sucede como si yo estuviera metida en una campana, mi sentido del oído está como minimizado. Siento más los latidos de mi corazón o el paso de mi respiración que cualquier otra cosa que pueda estar sucediendo a mí alrededor.
El camino se empina, se hace cuesta abajo y mis intentos de frenar los pies en la bajada para no resbalar hacen crujir mi cadera, empiezo ya mismo ahí, sin ni siquiera haber salido del pueblo aún, a observar que mi cuerpo, que mi cadera posiblemente me va a sabotear el Ejercicio. Tengo una determinada intuición más cercana a la certeza de que voy a quedarme en el camino.
Cuando me toca la posición de la cabeza estamos aún lejos del Salero, pero me encamino hacia la carretera, para que puedan ver el Salero y pueda el que sea en ese momento cabeza cojer la carretera a la derecha dirección al Salero. Estoy segura que todos en algún momento han tenido que pensar que la única persona que sabe dónde está el Salero y donde está el Molino, soy yo. Me asalta de repente un pensamiento de responsabilidad ante el grupo.
Cuando toca pasar por el Salero y poder salir a la carretera, el que le toca ser cabeza, se equivoca y nos lleva por detrás de la casa de Perico. Allí yo ya tengo firmemente claro que no voy a poder aguantar mucho más el dolor que llevo ya de cadera. Oigo crujir mi articulación.
Seguimos la marcha de poder como un gusanote poderoso , vuelvo a ser la cabeza de la fila , deduzco con mi cabeza que el siguiente destino es el Molino y quedaba lejísimos, a unos 5 kms por delante y que van a tener que pasar muchas cabezas para que yo pueda llevarlos o dirigirlos al Molino .Siento en el pecho una opresión, como de responsabilidad, como de fricción. Aguanto o abandono? Noto que mi presencia en la posición de cabeza es mayor. Cuando soy la cabeza me siento segura y responsable de que mi marcha y ritmo sirva de apoyo a los que me siguen. Oigo perfectamente el ruido que hacen mis pies y los del resto al unísono. Hubo un instante en el que supuse que debíamos estar formando un bloque perfecto. Oigo unas risas detrás de mí, no las identifico, igual podrían ser de Esther o de Judith , pero estoy tan metida en mi misma que las oigo como un algo ajeno a mi situación, ni me importan, ni se pasó por mi cabeza la intención de girarme. Mi presencia en mi era mayúscula.
El conteo suena en mi cabeza, junto al ruido que hacen mis pisadas, mi respiración y mi estado sin visión fijada es un aislante de todo, incluso de los coches que pasan sin cesar a nuestro lado esquivándonos.
Llego otra vez a la posición de observador. Madre mía lo que vi allí fué una sincronización perfecta, un grupo compacto, Roberto impresionante. No quería que me invadiera lo emocional, sino que en esa posición fuera solo mi mente la que observara objetivamente al grupo. Sentí un calor amoroso, me sentí parte de un grupo real.
Algo me alcanzó de pleno, por unos instantes me perdí, no sabía dónde estaba. Era la nada de nada. Mi nuca la sentía como si se hubiera abombado y formado una especie de cueva y (¿ qué palabra podría usar para que me entendierais, si no es posible ni siquiera aproximarme al sabor que dejó en mi? Si no existen ahí palabras). Pero intentaré asirme al único hilo que tengo, al hilo de la atención . Hubo dos acciones diferentes que capté, por un lado la atención que yo estaba prestando al grupo y por otro lado, el grupo que estaba yo observando que reclamaba mi atención. Lo vivi como dos cosas distintas pero……., habia entre esas dos cosas algo más. Cuando estaba observándoles les estaba dando a todos ellos algo muy mio, habia sentimiento, energia, habia AMOR.
Y entendi de golpe que cuando todos precisamente reclamamos amor, es cuando pedimos atención. Seguramente estaba obteniendo respuesta a un texto que colgue en la Expedicion el otro dia, que hablaba de esto pero no tan profundo. Estaba obteniendo la experiencia de que atencion y amor son la misma cosa. Mas tarde lo comprobe, ponia mi atencion en cada uno de los compañeros y entre la atencion y yo hay un espacio disponible de cariño en ese movimiento.
Me toca la posición de cola, mi esfuerzo por mantener la distancia con Esther me duele a cada paso que doy , empiezo a darme cuenta que ese grupo compacto que tanto me ha conmocionado, debo estar destrozándolo yo con mi ritmo renqueante. Sufro. Me apeno por no poder dar lo que se merecen ellos con tanto trabajo. Me obligo un poco más e intento mandar mi respiración consciente a la cadera, parece que siento alivio.
Sigo comprobando que Esther no mantiene mí mismo rítmo , con lo que queriendo seguirla me toca cambiar muchas veces el mío. Me asalta el pensamiento de preocupación por mi compañera de detrás Angela. La debo estar volviendo loca igual que Esther me está volviéndome a mí. Pero tras pensar un instante la posibilidad de olvidarme de eso y seguir mi propio ritmo, decido seguir el de Esther.
Hace un sol de aplomo, en ese momento no tuve pensamientos sobre eso pero después reconocí que hasta gente mucho más preparada que nosotros, aquellos que se preparan para hacer ese tipo de actividad deportiva seguramente no habría soportado tanto calor durante todo ese recorrido y con ese tiempo, muchos habrían sufrido sin duda alguna lipotimia o incluso desmayo. Yo creo que el trabajo y el objetivo que llevábamos todos de confianza en el Trabajo hizo que salváramos ese tipo de obstáculo. EN ESA ETAPA DEL EJERCICIO A MI ME PARECE QUE ES UN EJERCICIO DURO PERO VALIOSISIMO.
Desde ese momento, todo ha sido sufrimiento físico. Todos los trucos que se me ocurren para aliviarlo, son inútiles. Tengo el primer dialogo mental conmigo misma. ¿porqué estás aguantando tanto dolor?
Entonces el ejercicio se divide entre prestar atención al conteo, prestar atención a la marcha y prestar atención a mis indagaciones mentales . Busco en mi interior .
Físicamente noto como un pinchazo, puede ser perfectamente flato por la marcha, pero yo lo aprovecho para posicionarme ahí y mandarle aire , para llamar a mi fe, a mi confianza en lo superior y pido ayuda. Ayúdame a comprender ¿Por qué?
Siento de nuevo fuerza, recupero el sabor de la entrega y me dispongo a soportar cualquier respuesta.
Descarto, que sea por temor a cualquier tipo de opinión de los demás sobre mi.
- Descarto, cualquier tipo de mi propia opinión.
- Descarto, el que algo en mi interiormente no me permita abandonar. -Tengo clarísimo que no va por ahí la cosa.
- Sin embargo sí que tengo clarísimo que debería por mi bien abandonar.
-También tengo clarísimo que mi cuerpo, ahora mismo está aflorando, poniéndo de manifiesto en mis propias narices, sus limitaciones. Soy consciente de que estoy llevando al límite a mi cuerpo, a pesar de saber que tengo más energía de la que supongo.- Tengo clarísimo que a cada paso que sigo dando lo sigo llevando más allá de ese límite.
- Tengo clarísimo que me voy a arrepentir de ese esfuerzo físico.
- Sigo dialogando conmigo misma, al tiempo que llevo aire a mi cadera, que pido fuerza al Altísimo. Dame fuerza Dios, dame fuerza. Tengo más de la que creo. Ayúdame.
- No me importa lo que crean o no crean ni los del grupo, ni los del pueblo, ni mi hija, ni nadie sobre mi abandonar el Ejercicio. No tengo que dar cuentas a nadie.
- No tengo ningún problema en mirarme a mi misma y decirme ahora y mañana que tuve que abandonar el ejercicio. No tengo que darme cuentas a mi misma, ya que estoy eligiendo conscientemente seguir , pero después de todo esto ……
¿por qué entonces no me permito abandonar?
Los puestos de cabeza, observador, cola y en medio, siguen sucediéndose y cuando después de esos interminables 5 kms que hay hasta el Molino, empiezan a acabarse, tengo la decisión firme de abandonar. Llamar por teléfono a Moisés y que venga a recogerme.
Aqui , siendo la cabeza de la fila, era tal la posición en mi , la sensación del Yo soy que cuando iba por el número 95 tuve la impresión de que me iba a girar y no iba a encontrar a nadie, que me habrian dejado sola.
Cada vez que me toca el puesto de observador, me maravillo del grupo, de Roberto, Lupe, Angela, Judith, que siguen llevando el mismo ritmo firme del principio. Los amo, como pocas veces amo yo. ¿ o es algo que me está atrapando? Me paro a observar eso, y siento como sale de mi ese amor sin duda. Pero , ¿no será que hay una energía construyéndose ahí con tanto trabajo consciente y presencia en nosotros mismos qué el efecto que me produce es ese amor que siento por ellos?
Siento detrás de mi una seguridad que me empuja, siento a Angela detrás de mi , como si me alentara , sé que debe estar preocupada cuando en su posición de observadora me ve como camino, además me tiene delante todo el tiempo y tiene que en algún momento verme como ladeo el paso, como he bajado los brazos y a base de alientos propios voy esforzándome por mantenerlos en su balanceo correcto. Ya no mantengo los brazos correctamente, intento mandar toda la energía que tengo a mis piernas. Ahora mismo siento todo mi cuerpo, veo mis pensamientos, y escucho como late una energía que emana amor ¿ serán ellos ayudándome a soportar el dolor?
He vuelto a la cola, y repaso todo lo anterior, No he dicho ni una sola queja, no siento en ningún momento reproche de ningún tipo. ESTOY AHÍ PORQUE ASI LO HE ELEGIDO YO CONSCIENTEMENTE
No he fabricado ni ha aparecido ninguna excusa.
Después de interminables cambios de posición en la fila, por fín diviso ya el Molino , tengo ya firmemente decidido que una vez llegados al camino que los lleve de vuelta, me apartaré de la fila. Y entonces me acuerdo de que las instrucciones dicen que hay que llegar al Molino y después buscar el camino a la izquierda que nos lleve de vuelta hacia el pueblo , buscando dirección de la Hermita. ¡¡¡¡Ay, ay, ay, la realidad no es así. El camino ese está antes de llegar al Molino y posiblemente ni aún llegando a pasar el Molino ellos se percaten que esas piedras derruidas son el Molino. Una vez pasado el Molino no hay camino a la izquierda, se irian directos a Cañete. SIENTO DE NUEVO INCERTIDUMBRE. Ya me ha vuelto a atrapar la mente y los pensamientos.
Asi que respiro y salgo de ese estado desenfocado y presencial para tomar contacto con lo externo y mirar hacia delante. Con suerte me tocará a mi llegar justo al camino que hay antes del Molino. Parece que si, que va a ser a si. Pero cuando me toca a mi ir en cabeza y voy ya por el numero 60 veo con desilusión que no alcanzo a llegar a ese camino a la izquierda, quedo a unos cincuenta metros de girar , entonces se me ocurre hacer algo con pilleria ( no llega a la categoría de trampa, pero si algo pillina fui) y me bajo de la carretera, haciendo descaradamente la intención de dirigirme hacia la izquierda. Como todos deben seguir a la cabeza, los hago bajar a todos, y me quedo a unos veinte pasos del camino , pero termino mis pasos completamente oblicua marcando la dirección a la izquierda.
Salgo de la posición de cabeza y me pongo de observadora, ay que alegría siento cuando Angela la veo que coje el camino de la izquierda correctamente , estoy a punto de salirme de la cola para abandonar cuando siento un subidón de energía tremenda, desde los pies hacia la cabeza me alcanzó como una especie de rayo interno, ( todos luego dijeron que allí también sintieron un subidón de energía) Yo sé que es el agua del manantial del Molino, allí hay un halo mágico desde siempre. Para mi que pase mi mejor infancia precisamente allí no me extrañó que algo me estuviera esperando para ayudarme. Estaba ya apunto de apartarme de la fila cuando sentí una cola pasarme por delante del cuello , acariciándome , creo haberme oído incluso decir: ay dios ya empezamos, y apenas pude ver una zorra zambullirse en el agua del molino en picado. No me dio tiempo apenas a verla hundirse la cola. Noté como una fuerza interna me explosionaba por dentro toda , me hinchó tanto que mi cuerpo parecía como flotar. NO HE ENTENDIDO EL PORQUE APARECIÓ ALLI NI PORQUE NO VOLVIO A SALIR.
Seguiamos caminando en marcha de poder, sudando. No vi quien se equivocaba , solo sentí que mis pies , que mi marcha no seguía la ruta establecida por el ejercicio y nos estábamos alejando del objetivo trazado, el que fuera cabeza en ese momento nos estaba llevando en dirección completamente opuesta , íbamos hacia Cañete.
Volví a tener mi segundo dialogo mental consciente, en el que sintiendo que mi cuerpo había recuperado sorprendentemente una renovada fuerza, la cadera había dejado de darme pinchazos y creí entender que mi esfuerzo estaba dándome la recompensa. Que el agua del Molino estaba ayudándome , colaborando en el restablecimiento de mi cadera . ( MI CUERPO ME ENGAÑO , LO CONSTATE Y LO SUPE MAS TARDE) . Por lo que decidí seguir, dejando abandonada la idea de abandonar y llamar a Moisés para que me recogiera.
Ibamos por el camino interior del Castillo, un camino de tierra y malo para caminar, desde ese momento yo constaté dos cosas., qué el grupo era extraordinario, que todos llevábamos el mismo conteo, salvo un par de veces que uno de ellos, creo que hizo en vez de 100, hizo unos 200 y pico ( jajajaj) y que me sentía terriblemente apesadumbrada por ser yo la única que no mantenía la distancia y ritmo por mis dolores de cadera.
Sentí consideración por todos, yo no merecía estar en semejante extraordinario grupo. Sentí el peso de mi edad, sentí la realidad de mi tarada cadera, sentí en ese momento un crack en mis riñones y un dolor tremendo que me llegó hasta los dedos del pie. SUPE EN ESE MOMENTO QUE MI CUERPO ME HABIA ENGAÑADO, SUPE QUE TODO EL CAMINO HABIA ESTADO BAJO EL EFECTO TAIMADO DE HABER TOMADO UNA DECISION ERRONEA, PORQUE YO TUVE MUY CLARO ANTES DE SALIR DEL PUEBLO QUE MI CONDICION FISICA ACABARIA PERJUDICANDOME Y YA ENTONCES FUI CONSCIENTE DE QUE NO ESTABA EN CONCIDIONES DE TERMINAR LA PRUEBA. SUPE AHI MAS SI CABE, QUE NO HABIA SEGUIDO HACIENDO EL EJERCICIO POR CABEZONERIA, NI POR QUE ALGO EN MI NO PUDIERA PERMITIRSE ABANDONAR.
La marcha entonces se detuvo en seco, y eso me hizo volver a la realidad exterior. Observé a Esther, que la tenía delante y no entendía nada. ¿por qué nos habíamos parado? Allí quieta,parada prácticamente, los pinchazos en la pierna ívan y venían al unísono. Y entonces vií algo muy profundo. Wences estaba en cabeza de grupo, lo miraba como intentaba levantar un pie y ponerlo en el suelo con tanta dificultad que, era evidente a Wences le estaba sucediendo algo . No juzgué, no me pregunté, solo miraba. Los que seguían a Wences: Judith, Roberto, Esther y yo ( no se los de detrás) imitábamos a Wences , con lo que aquello resultaría , sin duda, un espectáculo extraño a los ojos de cualquiera , pero yo no juzgaba, no había en mi ni un mínimo pensamiento, en mi solo había LA FUERZA DE MI RESPIRACION y esa fuerza intentaba mandársela a Wences para que pudiera de una vez por todas poner el pie en el suelo y levantar el otro. Volví a oir risas, a mi no me dio risa, a mi no me dio nada. A mi me salía un amor enorme que me envolvía sintiendo , solo sintiendo. Amor, Amor, Amor. Como una madre que está viendo caminar por primera vez a su hijo y siente el esfuerzo que el hijo está realizando y contiene el aliento para que a su hijo ni una brisa de su aliento lo tumbe o le impida ponerse de pie. Y AHI LO COMPRENDI TODO.
SUPE QUE YO NO ABANDONE PORQUE ESTUVE TODO EL TIEMPO ELIGIENDO, POR ELLOS.
Desde ese momento, hasta que sonaron las benditas dos horas del ejercicio, estuve repasando mentalmente todo lo que yo había estado sintiendo en el transcurso del ejercicio. Y desde el momento que vi que se equivocaban en el camino al Salero yo decidí consciente, elegí seguir, para poder ayudarles. Yo había estado consciente todo el tiempo, desde el principio, cuando me di cuenta que la descripción del ejercicio no estaba bien explicada, que yo era la única allí que sabía exactamente por dónde ir.
Y actue como soy, NO ME GUSTA HACER LO QUE NO ME GUSTARIA QUE ME HICIERAN A MI. Pensé, que si yo fuera uno de ellos y hubiera estado en un pueblo desconocido, con una Mery , y esa Mery desaparece. A mi Mery me habria fallado. TODO MI ESFUERZO, TODO MI SACRIFICIO HABIA ESTADO BASADO EN ESE FUNDAMENTO., ME SACRIFIQUE POR ELLOS. SUPE QUE ESE SACRIFICIO ERA DE TIPO MATERNAL.
Os aseguro que no tiene tilde de, ese fondo particular muy mio de controlarlo todo, ni siquiera de que no podía abandonar por mi. En mi no hubo nada de personalidad, ni tampoco hubo nada de esencial . Desde mi punto de vista, además de la fuerza que adquirí durante el Ejercicio, de las observaciones reales objetivas que hice de todo, de la presencia mantenida en casi todo el recorrido, en lo consciente que fui de no llevar los brazos correctamente por ahorro de energía, ADEMAS YO ESTUVE ELIGIENDO EN MI DIALOGO MENTAL SEGUIR APESAR DE MI TERRIBLE ESFUERZO FISICO, POR ELLOS. NI SIQUIERA LO ESTUVE HACIENDO POR ESPERAR NADA DE ELLOS, LO HUBIERA HECHO HASTA POR DESCONOCIDOS. PERO SI QUE HUBO UN SENTIMIENTO MATERNAL TRAS TODO.
Ese sentimiento maternal es el que quisiera saber ¿ que es?
Más tarde hablándolo con Cecilia, ella nada más contarle los porqués que yo me iba dando para no abandonar, me dijo que algo en mi no me permite abandonar. Yo no lo vi como ella, por eso pido ayuda a Don Carlos a ver si el vé más que yo. No habia nada de trasfondo , no hubo un motivo escondido, te aseguro Carlos que indague e indague eso muy concienzudamente. Yo estuve eligiendo , sacrificando algo que yo tenía por algo que yo consideraba más grande que yo misma , el grupo. Y en mis indagaciones obtuve con tan gran suerte muchas más informaciones, algo que tal vez pueda ayudarme a saber más de mí.
Yo he tenido una familia normal, no he sido una niña maltratada ni nada de rollos de esos. Pero cariño bien poco, eso si que es cierto. Recuerdo que cuando me casé y tuve a mi primer hijo en mi seno , le decía estando él en mi barriga que yo intentaría darle todo el amor que había en mi, que intentaría darle todo aquello que yo había necesitado de mis padres y no obtuve. Y desde entonces, ese intento por dar amor ha ido haciéndose más presente en mi. Sobre todo a los niños, a las personas que de algún modo comprendo que dependen de mi.
AYUDAME A ENTENDER SI ESO ME ATRAPA. Y si ese comportamiento va en contra de mi desarrollo. Porque yo no sentí que me atrapase inconscientemente, sino que estuve viendo lo que sucedía y yo estuve eligiendo entre mi dolor y el abandonarlos a ellos. Pero tal vez aún eligiéndolo mentalmente, tú ves que me eso acaba atrape.
Después de todo lo que os he contado, ya os podeís imaginar que yo estaba ya muerta, re muerta , acribillada, ametrallada y kaput. Gracias a Dios bendito , a San Popeye y a la perra de San Apapucio, sonó inesperadamente el ringgggg de terminado el -Ejercicio y mi cuerpo ya no se ni dónde se encontraba. Yo era toda un ay.
Hubo alli un lio, algunos hablamos, otros pedían silencio, otros se adelantaron y hubo dos que se quedaron conmigo ayudándome a caminar. Lupe no sé que me hacía , pero sentía como las yemas de sus dedos se ponían detrás de mi cadera, apenas me rozaba y yo le decía : NO SE QUE ME HACES PERO SIENTO ALIVIO, GRACIAS.
La marcha nuestra era muy despacio y perdimos de vista al resto , eramos Ángela, Lupe y yo, (pobres que paciencia conmigo). Pero como yo sabía el camino hacia la meta, mi estado interior estaba por fin tranquilo.
Llegamos, por fin al pueblo y al riachuelo, pero como el Ejercicio había terminado, no había porqué seguir el trazado y en vez de cojer la carretera buscando la montaña, yo me metí por dentro, para evitar andar de más. Atajar, en definitiva. También allí me hubiera quedado ya, entonces llamé al móvil a Cecilia y le pregunté dónde estaba. Me dijo que en la meta con los demás y yo le dije que gritara para colocarla dentro del amplio panorama.
Sorprendentemente no nos esperaron . ME SENTI TAN TRISTE POR LAS DOS QUE ME ACOMPAÑABAN.
Llegamos al pueblo y ni rastro de Cecilia y los otros, yo ya no podía más, tenía mala gana y muchos deseos de vomitar, así que le dije a Lupe y a Angela que se fueran hacia el garaje de Moisés que seguramente ellos estarían allí y que yo me iba a casa a descansar un rato.
Llegué a casa y casi ni alcanzo el baño, vomité a duras penas en el sitio correcto, arrastrándome , y empecé a llorar maldiciendo mi mala elección, viendo en segundos tantas cosas que me sentí un guiñapo . NO HUBO QUEJAS, ERA YO Y MIS ELECCIONES LAS QUE ME HABIAN LLEVADO A AQUEL ESTADO LAMENTABLE FISICO. JURE QUE NO ME VOLVERIA A SUCEDER OTRA VEZ.
A veces cuando decimos lo que sentimos y en medio de ello intervienen o hay otra gente involucrada. Los que nos escuchan no escuchan la realidad de las palabras, ni la realidad del significado del quien las dice, simplemente consideran y escuchan o juzgan desde el punto de vista de sus personalidades. Y esto también tuve la gran suerte de poderlo constatar , gracias al ejercicio .
Decir a quien ella ya sabe, que tras un periodo de desconfianza, llegó un estado de confianza plena en la que ya no veo daño por ningún lado. Y lo mejor de lo mejor es que detrás de esa confianza hay un hilo de amor y consideración, que me permite ponerme en el lugar de los demás y que me hace inmensamente dichosa.
El resto del fin de semana con las comidas, las cenas, las danzas, el piano, y todo lo demás me hizo sentir la mujer más afortunada del mundo. No tengo palabras para agradecerles el tremendo palizón , gasto, y trabajo que todos hicieron para que tres valencianos pudieramos tener contacto con esas danzas.Hubieron momentos de mucha explosión interna y hasta mi hija Sheila que era realmente la primera vez que acudia a un intensivo de danzas no para hoy en dia de pedirme que le explique esto o aquello, porque no sabe aún identificar siquiera todo lo que sintió. Creo que Roberto aún está recogido de gozo y yo juntos mis manos queriendo que no se me escape por las yemas de los dedos toda energia que me recorria.
Os quiero, un beso enorme, con sabor a las mejores mandarinas de mi huerto, Mery.