De pequeña me contaron el cuento de la avestruz que cuando no veia la forma de escapar de sus enemigos, o cuando con o sin fundamento ella presentia un peligro, escondía la cabeza bajo el ala. Mi abuela terminaba el cuento, hacíendome incapié en que las personas a diferencia de las avestruces, no debemos escondernos ante una dificultad y el mejor modo de resolver nuestros problemas es no tratar de soslayarlos.
Por hache o por bé, estos ultimos dias este cuento vino a mi memoria viendo a una persona que negándose a mirar cara a cara una dificultad, sucumbia ante ella. Ese tipo de cosas , es como un muro en el camino. Si me siento a la sombra proyectada por ese muro esperando que desaparezca es perder un precioso tiempo en mi Trabajo,caigo en el riesgo de que se derrumbe encima, sin embargo si me olvido de quejarme y me dispongo a escalarlo , acabo adelantando muchíiiiiiiiiisimo Trabajo.