Parece que mientras andamos en nuestra parte existencial, en ese nuestro ladrillo particular con nuestras funciones , todo es movimiento . Y junto al movimiento vá de la mano el empuje, el hacer, el accionar, todo aquello que nos impulsa y cuando por un instante, si quiera, entramos en nuestra otra parte esencial, todo fluye.
Ojalá pudieras haber comprendido que en ese instante, no solo formas parte del Todo sino que , mucho más importante para mi, comprender que cada insignificante parte no solo de mi sino de lo demás , es una manifestación del Todo.
Feliz Navidad pistolero, un besote con el mejor sabor de las mandarinas de mi huerto en el Mediterráneo. Mery.