LA LEYENDA DEL GANADERO. CUENTO.
Había una vez un ganadero, el cual viajó lejos de su país para ganar su sustento y también compartir su habilidad especial y conocimientos con los criadores de ganado de otras tierras. Cuando llegó al país donde había decidido asentarse, se dio a conocer como experto en ganado. Al principio la gente se agrupó junto a él, ansiosos de aprender su conocimiento. Dijeron: -Te damos la bienvenida porque somos especialistas en vacas y bueyes, y necesitamos una persona como tú, aunque éste no es un buen país para criar tales animales, ya que enferman y mueren muy frecuentemente, a pesar de toda nuestra ciencia. Él les preguntó: -¿Cómo alimentáis y tratáis a vuestros animales? Le describieron sus métodos, y al instante pudo ver que debido a profundas y falsas imaginaciones acerca de la naturaleza y tratamiento del ganado, en realidad ellos estaban impidiendo que sus propios rebaños se multiplicaran e incluso florecieran
Para ellos sus propios sentimientos eran más necesarios que la cría adecuada del ganado, aunque imaginaban que estaban sirviendo a sus rebaños. Cuando intentó indicarles esto, mostraron tal horror y consternación que se vio obligado a decir: -Estoy únicamente bromeando; por supuesto que tenéis razón en el modo en que tratáis a vuestros animales. Debido a que dijo eso, la gente le permitió trabajar con sus animales. Al fin lo nombraron para que fuese su administrador principal de ganado. Esto significó que este hombre encontró empleo en el país de su elección. Pero con respecto al asunto de ser capaz de desempeñar su habilidad principal –la de cuidar y tratar al ganado- su situación era de gran ansiedad y dificultad.
Debido a que estaba obligado por los requisitos locales a tratar al ganado cuando estaba enfermo, con remedios famosos pero inútiles, tenía que emplear un tercio de sus noches, cuando podía haber descansado, en hacer la ronda de los rebaños y administrar las curas apropiadas para ellos. Debido a que tenía que alimentar al ganado con nutrientes insuficientes, ya que éstos eran los que la gente local consideraba correctos, tenía que emplear otro tercio de su tiempo libre alimentando secretamente al ganado lo que realmente necesitaba... Nunca disfrutó más que de un tercio de su necesaria asignación de descanso. Su vida fue acortada por este modo de vivir, pero obtuvo una gran reputación entre la gente ganadera, que lo consideraban un parangón de virtudes en sabiduría ganadera, lo cual estaba sacralizado en su propia historia y aspiraciones.
Los rebaños de ganado mejoraron y florecieron. Cuando él murió y los perplejos ganaderos intentaron redoblar lo que ellos consideraban fórmulas correctas para tratar a sus rebaños, los animales comenzaron a morir incluso más frecuentemente de lo que lo habían hecho antes de que hubiesen conocido al forastero. Fue sólo porque él había dejado un hijo que había jurado mantener el secreto, el cual finalmente tomó el puesto de su padre, por lo que el bienestar de la gente, y el de sus vacas y bueyes, fue mantenido a pesar de ellos mismos.
AGREGADO SOBRE LA ATENCIÓN O NUESTRO DIOS REAL.-
No existe atención en la gente. Adquirirla debe ser nuestra meta. La observación de sí sólo es posible después de adquirir atención. Empiecen con cosas pequeñas. Sus movimientos nerviosos e inquietos hacen que toda la gente sepa, conciente o inconscientemente, que usted no tiene autoridad y que es un bobo. La primera cosa que tiene que hacer es detener esos movimientos. Haga de eso su meta, su Dios. Inclusive, haga que su familia lo ayude. Solamente después de esto, usted quizás pueda ganar atención. Éste es un ejemplo de hacer.
Otro ejemplo: un aspirante a pianista nunca puede aprender excepto poco a poco. Si usted quiere tocar melodías sin antes practicar, nunca podrá tocar melodías verdaderas. Para ganar algo se necesita una larga práctica Hay dos clases de hacer: el hacer automático, y el hacer de acuerdo con la meta. Tome una pequeña cosa que usted es incapaz de hacer ahora, y haga de ella su meta, su Dios. No deje que nada interfiera. Solamente intente eso. Olvídese de las cosas grandes, destruya ese apetito. Haga que su meta sea el rompimiento de un hábito pequeño El dejar de hablar demasiado, para algunos, es una meta muy buena. Usted hecha a perder todo con su hablar. Esto obstaculiza hasta sus negocios. Cuando usted habla mucho, sus palabras no tienen peso. Trate de superar esto, y muchas bendiciones le vendrán si tiene éxito
El soportar las manifestaciones de los demás es una cosa grande. La ultima cosa para un hombre. Empiece por hacer que su meta o su Dios sea la capacidad para tolerar en una sola persona una sola manifestación que usted no puede tolerar ahora sin nerviosismo. Si usted “lo desea” usted “puede”. Sin “deseo” usted nunca “podrá”. El deseo es la cosa más poderosa del mundo. Con un deseo consciente todo llega
Un hombre no tiene la energía para llevar a cabo metas voluntarias, porque toda la fuerza adquirida por la noche, durante su estado pasivo, se gasta en manifestaciones negativas. Estas son sus manifestaciones automáticas, lo opuesto a sus manifestaciones positivas y voluntarias Para aquellos de ustedes que ya son capaces de recordar su meta automáticamente, pero que no tienen la fuerza para cumplirla: Siéntense en soledad por lo menos una hora. Relajen todos sus músculos. Permitan que sus asociaciones prosigan, pero no sean absorbidos por ellas. Díganles: “Si ustedes me permiten seguir lo que ahora deseo, más tarde yo les concederé sus deseos”. Vean sus asociaciones como si fueran de otra persona, para evitar que ustedes se identifiquen con ellas. Al termino de una hora, tomen un pedazo de papel y escriban su meta. Hagan de ese papel, su Dios. Todo lo demás no es nada. Sáquenlo del bolsillo y léanlo constantemente, todos los días y a toda hora De este modo se transformará en parte de ustedes, al principio, teóricamente; después, de hecho.
Para ganar energía practiquen este ejercicio de sentarse quietos, dejando muertos todos los músculos. Solamente cuando todo en ustedes esté quieto después de una hora, tomen la decisión sobre su meta. Emprender una meta voluntaria y lograrla, da magnetismo y la capacidad para “hacer”
El hombre tiene dos substancias en él: la sustancia de elementos activos del cuerpo físico y la sustancia formada por elementos activos de la materia astral. Estas dos substancias forman una tercera, mezclándose. Esta sustancia mixta se reúne en ciertas partes del hombre, y también forma una atmósfera alrededor de él, como la atmósfera alrededor de un planeta. Dentro de ciertos límites, cuando dos atmósferas se encuentran, y si las atmósferas son “simpáticas”, una conexión se establece entre las dos, y se producen resultados de acuerdo con la Ley. Algo fluye. . La cantidad de atmósfera permanece la misma, pero la calidad cambia. El hombre puede controlar su atmósfera. Una parte puede ser aumentada y puesta en movimiento como una corriente.
En el hombre, los deseos y los no-deseos pueden ser positivos y negativos. El material astral siempre se opone al material físico. En tiempos antiguos, los sacerdotes eran capaces de curar enfermedades por medio de la bendición. Algunos sacerdotes tenían que imponer sus manos sobre la persona enferma. Algunos podían curar a corta distancia, otros a gran distancia. Un “sacerdote” era un hombre que tenía substancias mixtas y podía curar a otros. Un sacerdote era un magnetizador. Las personas enfermas no tenían suficientes substancias mixtas, ni suficiente magnetismo, ni suficiente “vida”. Esta “sustancia mixta” puede verse si está concentrada. Un aura o halo era algo real, y pueden algunas veces ser vistas en lugares sagrados o en iglesias. Mesmer redescubrió el uso de esta sustancia. Para poder usarla, ustedes deben primero adquirirla. Pasa lo mismo con la atención. Se obtiene únicamente por medio de la labor consciente y el sufrimiento intencional, al hacer pequeñas cosas voluntariamente. Haga de una pequeña cosa su Dios, y usted estará en camino hacia la obtención del magnetismo. El magnetismo puede estar concentrado y puede hacerse fluir, como la electricidad. En un Grupo verdadero, se podría dar una respuesta verdadera a esta pregunta –acerca del magnetismo.
Descubra y observe cómo todo su día su atención se regala inconsciente y automaticamente a toda cosa, suceso o persona de su mundo exterior que accidentalmente esté a su derredor, se da usted mismo sin saberlo... se entrega, se vacía sin ningun beneficio para usted... Usted queda siempre vacío, sin energía, sin parte de su real esencia, es un sepulcro vacío... Le recomiendo que intente, aunque le parezca que el mundo externo pierde su "encanto", a dejar la mitad de su valiosa atenciòn dirigida y concentrada en usted mismo, en su meta, en su deseo auténtico decidido..., y descubrirá que su mundo interior o esencia real comienza a crecer, a alimentarse y fortalecerse... Ya no se regale a los demás... recúerdese a usted mismo...
Aportado por Carlos de la Garza P.