Descubrir lo mecánico que somos es descubrir que vivimos en
un mundo falso, este está tan apegado al mundo real que es casi imposible darse
cuenta cual es cierto y cual no. La voz
impersonal y plana, llena de “mecánica” nos cuenta como descubrió algo de
mecanicidad en “su mundo” al punto de saber que los demás fueron responsables,
él no. Descubrirnos “hombres del futuro” es dar un paso a otro nivel, mejorarlo
es ¡Trabajar, trabajar, trabajar!
Cómo me logro descubrir ¡¡¡ la voz, suena a súplica, a
plegaria, ¿Es tan titánico el esfuerzo que mientras más nos esforzamos menos se
nota? Camina junto a nosotros y se apoya en nuestras agotadas respiraciones,
sintiendo el esfuerzo de los demás, así descubre que todos nos esforzamos.
Alguien, en su femenina voz dice, lugares de misterios y
reposos, simples, nimios, aras para el descanso y el reponer fuerzas para otro
paso en esta selva tortuosa e inconmovible. Realmente querida, ¿Esperas ver en
la noche? En tu propia noche, inhalación, exhalación, ¿Desde dónde te ves? O
mejor desde donde descubres las apariencias?, esas que tomadas de las manos has
visto ir de un lugar a otro en una interminable perorata de fantasmas
relucientes. Descubriste una certeza, el vehículo y casi ves al piloto, eso es
un descubrimiento, en esta selva, le has dado
sentido y razón a tus pasos y a los nuestros.
He experimentado y descubierto mi propia debilidad
corporal¡¡¡ un poco más allá, en la floresta oscura y aguda, la voz acompañada
de sus pasos, nos cuenta de sus sensaciones para consigo mismo, lo lejos que
vive de sí mismo y al verlo descubre que el miedo se hace dueño de aquello que
piensa que es él, el poseedor. Pudo ver ¿Realmente? Sus senderos acuchillados
por sus propios pasos, senderos hechos a su medida, descubre, bien compañero,
que si puede salirse de sus hollados pasos será más fiel a sí mismo y menos
amante de su mentira.
Me descubro mecánico¡¡¡ Cómo es que por el follaje y la
maraña que llevamos meses intentando cruzar, no lo sabes, cómo es que te
descubres nuevamente hoy. Hasta para obedecer lo hacemos mecánicamente, esos
somos, seres mecánicos y articulados por invisibles hilos de prestidigitadores
de helados corazones, que no permitirán que seamos pinochos palpitantes,
intentarán por todos los medios que nos quedemos con nuestros corazones de
madera y aquí viene el TERROR DE LA SITUACIÓN, no tenemos un hada madrina,
nosotros de cada uno de nosotros hemos de ser nuestra propia hada, un compañero
descubrió su mecanicidad, encontrando absurdo el comportamiento, pero así es el
mundo en el que nos desenvolvemos, somos títeres inanimados intentando cortar
los hilos. A veces tenemos la fortuna de tener un grillito a nuestro lado que
nos dice cuando vamos pisando mal.
Esto es una selva, un mundo incógnito y misterioso del que
intentamos descubrir el interruptor, para hacer un poco de luz en nuestros
oscuros corazones, claro que te vas a encontrar con todas esas dificultades que nos cuentas. Aquí
casi a mi lado la voz habla en un tono lo suficientemente audible como para que
todos nos enteremos de sus descubrimientos en estos pasos. Aves suben bajan,
van vienen, vuelan lejos, alto, se acercan a comer sus semillas, sus graznidos
y cloqueos le distraen, eso es lo que descubrió, que ellas están conectadas con
sus propias emociones, dándole a algunos de sus instantes, estados internos
indeseables.
Somos ¡¡¡ estamos, y caminamos juntos, quisiera retribuir
esto con algún gesto; y para nosotros el máximo gesto de retribución que nos es
posible dar, es descubrirse y descubrirnos, al menos es lo que pensé al
escuchar su voz llena de gratitud. Nos contesta, nos cuenta que ha descubierto
en sí, un pequeño, cobijado bajo el puente de la desesperanza, sabe que si se
acerca lo va a hacer huir, y sabe que si se aleja se desvanecerá, por lo que
permanece allí, casi sin moverse. En su permanecer a descubierto el valor del
esfuerzo por sí mismo, porque sabe que él y solo él es responsable de su
decisión y de su lucha.
Podemos estar con nosotros en un lugar que sea
incognoscible??? Podemos, luego de una ardua lucha, no solo con esta selva, no
solo con nuestros aparatos mecánicos, no solo con nuestros buitres carroñeros o
con nuestros fantasmas y miedos, pero recuerdo para todos nosotros, que esta
selva es una maraña de mentiras, plagadas de yoes y hábitos, vicios y
costumbres, repeticiones y espejos. A veces me siento a contemplar mis
paisajes, nos cuenta la vocecilla, y a veces llego a lugares tan amplios, que
el ruido tarda una enormidad en llegar de un lugar a otro, al punto que parece
que no existe. Aquí descanso, aquí acurruco lo que queda de mi y lo acuno a mi
antojo, “estoy en el pórtico de mi casa”. Y más de alguno de nosotros pensó
cuando le escucho hablar, “que maravillosa sensación ha de ser esa, estar cerca
de casa”.
Todo en esta selva que intentamos cruzar va a querer que no
lo hagamos, que no lo logremos, esa es la sensación que hoy me dejan los pasos
que hemos dado, al escuchar la voz acusadora de nuestras cuitas, nos muestra
las penurias propias y las de ella misma, así es y así será, lo señaló alguna
vez el Señor G, el Señor Nicoll, cuando
puedas caminar por tus propios pies, la vida será tu Maestra, mientras así no
ocurra, será tu enemiga. Nuevamente EL TERROR DE LA SITUACIÓN, empalagosa selva
que procura llenarnos de fiebres, mosquitos y desazones. Que he descubierto,
nos dice la voz, que he de esforzarme más, mucho más. Yo le agregaría que hemos
descubierto, un poco más de nuestra nadidad, bajo la maraña de años que han
tejido redes de falsos hilos de un ropaje que por más que vistamos, nos hacen ver desnudos.