Con esto de darle que te darle a la observación he podido ver que mi existencia está subordinada a hábitos. Algunos son físicos, otros emocionales y otros de carácter psíquico. Comrpuebo que en mi es de lo más normal y ordinario que algunas veces estén los tres mezclados. Y ahí están en mi , son como nudos tejidos por mi misma con nocturnidad y antifaz pero que , sin embargo, salen a la luz por si mismos, sin necesidad de que ni siquiera yo esté consciente de mi misma. Son okupas de mis pisos, de mi vivienda particular.
Está bien verlos, está bien poder darme cuenta de ellos y clarificar este entramado de hábitos, porque es como llevar una linterna a la cueva de mi misma. A pesar de tanta observación no dejo que a veces se me olvide que mi mayor deseo es acercarme a esa otra luz pero interna que me permita saber quien soy yo realmente, más allá de esos hábitos. ¡¡¡¡ Claro que con tanto caldo de fantasía que tengo ahí dentro, ¿quien podría hacerlo fácilmente?, (venga ya.... ni siquiera la gran Tremedal ¡¡¡¡¡
Algunas veces y porque mantengo la disciplina y obediencia ( que no ya empecinamiento o cabezonería) me acerco a ese determinado nivel de calado o de profundidad en el que logro derribar ese muro de humo duro que mi intelecto particular construye, ese muro que me imnpide ir más allá, pero con seguridad plena algo en mi me dice que aunque yo no logré ir más allá, eso no quiere decir que ese más allá no exista.
Probablemente, he estado trabajando sin darme cuenta de que practicaba un error y más que probablemente estoy segura que mi propio intelecto ha estado interfiriendo en mi percepción y comprensión, porque no podía ir más allá de mi propio intelecto. En la observación instamos mucho con el no juzgar, me parece que a mi ese esfuerzo no me ha sido muy dificultoso de conseguir, posiblemente porque mi juez era tan tremendo y enorme que lo cazé a la tercera o cuarta de cambio. Me costó muchísimo saber qué y cómo debía mirar, eso si
Vale, bien, no juzgo, simplemente miro y veo como si en vez de Mery fuera Pepita La Cantaora la que lo estuviera haciéndolo, con esa mirada impersonal que solo se puede conseguir tras años de trabajo, de primero decirte que no eres tu sino que es ello, de cazarte infraganti, y luego descubrir y comprobar que no soy yo sino esa o ello la-el-lo.
Cuando tomé contacto con la Enseñanza se me dijo que siempre dudara de todo ; pués bien, en todo este tiempo yo he mantenido una plena confianza en mi guía pero siempre guardaba por algún lugar de mi misma esa actitud de dudar .¡¡¡ claro es que en todo lo que se nos había contado anteriormente existe tanto “cuento” que, lo correcto era dudar¡¡¡ No he tenido nunca dudas en dudar. Pero hace poco me dí cuenta de que por tanto dudar se me había estado escapando que cuando estoy ahí observando, estoy yo y las fuerzas que me guían. Unas fuerzas que existen aunque yo no me había dado cuenta de ellas. Ese error producto de mi habito de dudar había estado años consiguiendo que se me escapara la percepción de ellas. Y tal vez lo más terrible sea que yo misma había estado boicoteando a que las fuerzas operasen. Y es entonces cuando la percepción y comprensión me alcanzan, viniendo de más allá de mi dualidad afirmar-negar. Hay quien se pasa años estudiando palabra por palabra y se pierde en el mundo intelectual, opinando sobre lo que no sabe, el trabajo no es hacer lo que parece ser sino lo que consigo hacer. Por eso no creo que a partir de ahora hable de lo que no sé, porque eso simplemente seria opinar y eso lo hace hasta Pepita La Cantaora.
EL UNICO VALOR DE ESTE TRABAJO ES COMPROBARLO POR TI MISMO.
Un beso a cada uno, con el sabor de las mejores mandarinas de mi huerto en el Mediterráneo, Mery.