“Y los seres tri-céntricos actuales creen, aman y esperan a veces, tanto con su razón como con su sentimiento; pero ¿cómo creen ellos, cómo aman y cómo esperan? En esto reside toda la particularidad de esas tres propiedades eserales.
“Ellos también creen, pero este impulso sagrado no funciona en ellos de manera independiente, como ocurre generalmente en todos los seres tri-céntricos dotados de las mismas posibilidades, que pueblan los diversos otros planetas de Nuestro Gran Universo; en ellos este impulso surge bajo la dependencia de ciertos factores, determinados en su presencia general por esas mismas consecuencias de las propiedades del órgano kundabúffer, tales como esas singulares propiedades que han surgido en ellos, y a las cuales dan ellos los nombres de “vanidad”, “amor propio”, “orgullo”, “presunción”, etc. . .
“Por consiguiente, los seres tri-céntricos de la Tierra son particularmente dados a percibir y a fijar en su presencia toda clase de “sinkrpusaramos”, o como se dice aquí, “creen en cualquier pamplina”.
“Es muy fácil hacerle creer cualquier cosa a un ser de ese planeta, siempre que la percepción de la “pamplina”, ya sea provocada conscientemente desde afuera o que surja automáticamente, vaya acompañada en él del funcionamiento de uno y otro de los datos correspondientes, cristalizados en ellos, de aquellas de las propiedades del órgano kundabúffer que constituyen lo que se llama la “subjetividad” de ese ser, tales como el “amor propio”, el “orgullo”, la “vanidad”, la “fanfarronería”, la “jactancia”, la “arrogancia”, y así por el estilo.
“Cuando semejante acción es sufrida por su razón degenerada y por los factores, igualmente degenerados en sus “localizaciones”, encargadas de realizar las sensaciones eserales, no sólo se cristalizan en esos seres una convicción errónea acerca de dicha “pamplina”, sino que luego de eso, hasta llegarán a probar con ardor a quienes los rodean, con toda sinceridad y toda confianza, que precisamente es así y que no podría ser de otro modo.
“A su vez, los datos que engendraban el impulso sagrado de “Amor” han tomado en ellos la misma forma anormal.
“En la presencia de los seres actuales, el extraño impulso al que ellos también dan el nombre del “amor” sigue siendo fuente inagotable –pero ese extraño “amor” es, también él, resultado de algunas de las consecuencias cristalizadas de las propiedades del órgano kundabúffer- y ese impulso surge y se manifiesta en la presencia de cada uno de ellos de manera bien subjetiva.
“Tan subjetiva y tan diversa que si uno interrogara a una decena de ellos sobre la manera en que ellos sienten ese impulso interior –admitiendo, claro está, que como caso extraordinario respondan sinceramente y den una franca descripción de sus verdaderas sensaciones y no de las que han leído en alguna parte o de las que han oído hablar-, los diez responderán diferentemente y hablarán de diez sensaciones completamente distintas.
“Uno explicará ese impulso sólo bajo su aspecto sexual, otro verá en él sólo piedad, un tercero sólo deseo de sumisión, un cuarto sólo comunidad de interés hacia cosas exteriores, y así sucesivamente. . . pero ninguno de ellos sabrá describir, ni aún remotamente, la sensación del verdadero amor.
“Y nadie sabrá describirla, porque ninguno de esos seres-hombres ordinarios de aquí siente ya, desde hace mucho tiempo, la sensación del impulso eseral sagrado del verdadero amor. Y como ignoran ese “sabor”, no sabrían representarse, por poco que fuese, ese impulso eseral sagrado que más beatitud aporta en la presencia de todo ser tri-céntrico del Universo, y que constituye en nosotros, conforme a la previsión divina de la Gran Naturaleza, datos tales que al sentir sus resultados podemos con toda felicidad descansar de los esfuerzos meritorios que hemos cumplido con vistas a nuestro propio perfeccionamiento.
“Hoy en día, cuando uno de esos seres tri-cerebrales quiere a otro, “quiere” a ese otro, ya sea porque aquél lo aprueba siempre y lo alaba de manera inmerecida, ya sea porque la nariz de ese otro se parece mucho a la nariz de la hembra o del macho con el que se estableció, según las leyes cósmicas de “tipo” y de “polaridad”, un contacto que todavía no se rompió, o ya sea finalmente por la sola razón de que el tío del ser que él “ama” hace excelentes negocios y bien podría, un buen día, ayudarle a hacer lo mismo. Y así sucesivamente. . .
“Pero los seres-hombres de aquí jamás aman con verdadero amor imparcial y no egoísta.
“Así que gracias a esa clase de amor los seres contemporáneos, las predisposiciones hereditarias a la cristalización de las consecuencias de las propiedades del órgano kundabúffer se ejercen hoy sin estorbo, y se fijan definitivamente en su naturaleza, de la cual se hacen parte integrante.
“En cuanto al tercer impulso eseral sagrado, la “Esperanza” de la esencia, su suerte es aun peor que la de los dos primeros, en la presencia de los seres tri-céntricos de aquí..... |