Estimado Jqino:
En principio, muchas gracias por tu aportación, sobre todo por esa capacidad
para entrever el Todo y no conformarte con una simple parte conocida.
Yo también sentí lo mismo que tú sobre el pedido de ayuda solicitado por Cronos,
y siento que aporté algo, que aunque "muy sutil" o "muy
ladino", como bien lo dices tú, lo valioso y el trabajo requerido para
encontrarlo requiere de nosotros un cierto estado de percepción muy diferente
al ordinario...
Yo el cuento del zorro y las uvas lo resumí, pero sin dejar fuera nada valioso
de lo que intento poner bajo la atención de Cronos. Y agregué otras cosas que
quizá no estén relacionadas con el pedido de Cronos, pero que algo en mí me lo
indicó, deseando que llegaran al corazón de ciertas personas, muy respetadas
por mí, quizá como lo indicas con respecto a ti mismo: "Están trabajando
bajo la guía del trabajo que realizo de cuerpo presente".
Y al parecer, la flecha dio en el blanco. Introduje en ese cuento resumido una
palabra que no va de acuerdo con la Ley, como diría Gurdjieff, una
inexactitud....: "Un día el zorro al ir caminando por la campiña
chilena".
Y es una inexactitud porque no tiene relación directa con el cuento, las uvas
seguirán siendo uvas sin importar el tipo o lugar donde se encuentre la parra o
el viñedo... Y ¡OH! sorpresa, una persona, ¡qué digo!, un hermano chileno, de
inmediato aportó un cuento con mucho contenido interno. No fue sorpresa para
mí, y le respondí de inmediato, lleno mi corazón de júbilo, para compartir
ciertas búsquedas en esta senda que ambos caminamos. Creo que desde aquel
intercambio entre él y yo sobre "sentarse sobre dos sillas", y que
para los demás parecía una discusión entre diferentes tipos de maderas; no
compartíamos ese lenguaje parabólico, que es un requisito indispensable en este
Trabajo.
Y ahora tú, querido Jqino, envías una aportación muy interesante y con
sustancia, a pesar de que en esta comunidad te han dado de palos por andar
pisando callos muy grandes, expuestos y sensibles...
Pero como bien lo indicas, eres un simple pollito que se equivocó al pedirle
ayuda a la vaca para no ser comido por el zorro; y como sucede de acuerdo a la
Ley, recibiste ayuda inesperada, y como tu nivel de ser era muy sensible en ese
entonces, pues no pudiste aguantarte las ganas de respirar una bocanada de aire
limpio, y zas..., terminaste comido por el zorro.
¿Que puede esperarse de un simple y pequeño pollito?
Quizá somos muy parecidos a ese esencial polluelo, nos tiene atrapado el
estiércol de la personalidad, con todo su nauseabundo olor y calor, pero como
que el recuerdo del aire puro es un deseo muy fuerte, nos lleva a buscar la luz
y claridad, y terminamos en boca de esos zorros...
Siento que el cuento resumido del zorro que envié para Cronos es diferente y
apunta en una dirección práctica para encontrar la respuesta ansiada, que el
cuento enviado por Oscar, que apunta hacia direcciones más abrazantes, pero que
también contiene lo necesario para la respuesta de Cronos.
Tienes mucha razón Jqino, el Trabajo no es algo para entender, sino algo para
practicar sobre uno mismo y que algún día nos Transforme en representantes del
Trabajo. El Trabajo viene desde una Fuente muy Superior, desde el "Círculo
consciente de la humanidad", como lo estableció Gurdjieff. Así que lo
inferior no puede comprender a lo Superior, esa es la Ley. Así que para
respetar esa Ley la única salida es ponernos bajo sus reglas justas, y si
realmente nos ponemos a su servicio, quizá seamos transformados...
Y aunque la frase que expones de Gurdjieff: "Recuerden siempre que el
Trabajo es solo un medio y no un fin", puede inducir a malentendidos,
siento que requiere agregar una adición al autor...
¿Qué es un medio? El aire es el medio en que nosotros vivimos, los peces viven
en medio del agua. ¿Quizá Gurdjieff trató de significar lo anterior? La gente
del trabajo vive en el medio que llamamos Trabajo. Escapar del medio tan cómodo
de la vida externa y establecerse en ese nuevo medio que llamamos Trabajo.
Sí, Jqino, tienes mucha razón, somos como zorros falsos, porque cuando nuestros
intentos no fructifican siempre encontramos una justificación muy adecuada para
dejar de lado nuestros intentos infructuosos, vanos y carentes de fuerza :
"las uvas están agrias".
Si recuerdas que al principio a ti se te dio un plazo de unas tres semanas para
ejecutar una postura martirizarte, un simple pago, y tu persistencia, ese
intentar cada día una y otra vez, ese sobreponerte a tu propia cabezonería, a
tu cómoda pereza, dio el fruto inesperado: "ahora estoy en un grupo de
carne y hueso".
A pesar de que te encanta apoyarte en frases bíblicas, ahora no lo indicaste
así: Si alguien no está atento a lo que sale de su propia boca ¿podrá estar
atento a lo invisible? Como se parece a aquella respuesta de Jesús: "No
hace daño al hombre lo que entra por su boca, sino el estiércol de su corazón
que sale por su boca" (bueno, la adapte un poco sin perder su esencia).
En cuanto a transmitir algo práctico, de las técnicas y ejercicios, siento yo
que esas técnicas se mantienen muy guardadas y se transmiten de manera directa,
mucho más guardadas que los Movimientos y Danzas Sagradas...
Una vez hicimos un experimento aquí en la comunidad, de 250 inscritos fueron
seleccionados 12 personas, apoyándonos en la substancialidad de sus
aportaciones, deseos e interrogantes, en pocas palabras, de su honestidad y
sinceridad. Y como era de esperarse sólo quedaron dos especímenes de aquellos
doce seleccionados al azar. Y esas dos personas, por cierto mujeres, son lo más
importante que ha sucedido en la comunidad. Y desde luego tú mismo, que fue un
caso de cirugía mayor, y para evitar que te nos fueras, pues no quedó más
remedio que enviarte con un cardiólogo experto en paros respiratorios...
Y así son las cosas en la vida, quizá ya esté muy cerca la vendimia de esta
comunidad, y ya no exista ni ésta mísera oportunidad para los inscritos. Muy
pocos, como ese zorro de tu cuento, continúan brincando y brincando a pesar de
sus fracasos, fracasos entre comillas, porque quizá lo valioso sea continuar
intentándolo una y otra y mil y una noches más, y así ir perfeccionando la
técnica del salto.
Y muchos, la gran mayoría, continúan ahí enjaulados, y como simples gallinas,
cacareando a todo pulmón, imitando lo que ven hacer al zorro, pero sin saber
que carecen de objetivo real, no hay uvas en el gallinero.
Un abrazo de todo corazón para ti y para cada miembro de tu cofradía . . .
Carlos (el águila descalza...)
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