Estimado Carlos:
En este mundo de tiempos y espacios entremezclados, de espirales de estrellas
que giran y agujeros negros que todo lo absorben, la luz atraviesa el vacío y
muestra formas y movimientos eternos y repetidos mil veces y todas las
veces que sean necesarias.
Tu cuento me hizo recordar otro, que quisiera compartirte.
¿Será tal vez éste el cuento del zorro que acostumbraba perseguir alegre y
despreocupadamente ratones de campo?
Un buen día, curioso, quiso saber porqué el hombre dueño del campo en el que su
existencia transcurría , cuidaba con tanto esmero de un hermoso viñedo a cuya
sombra nuestro zorro de marras gustaba de tenderse a las horas de más sol.
Una mañana cualquiera, en que corriendo tras dos ratones como era su costumbre,
vio un racimo de ocho uvas más dorado por la luz del sol que cualquier otro que
hubiera visto y más aún le pareció que estaba casi al alcance de su boca. Si el
dueño del viñedo lo cuidaba con tanto esmero, sacándole las hojas necesarias y
recortándolo un poco aquí y otro poco allá, para que el sol pudiera hacerlo
madurar justo lo necesario para no quemarlo y lograr el dulzor exacto y la
acidez precisa que permitirían transformar esa uva en el más excelente de los
vinos; él el zorro, tan sólo esforzándose en saltar más alto que la punta de
sus orejas, podría alcanzar ese maravilloso fruto, que el dueño de esa campiña
cultivaba con tanto amor.
Así, estando a punto de alcanzarlo con tanto esforzado salto, sin sentir la más
mínima fatiga en sus patas traseras acostumbradas a correr entre arbustos y
viñedos, vio de pronto a los dos ratones que solía perseguir y en la mitad de
un salto, prodigiosamente giró en el aire pensando "es mi naturaleza
correr tras los dos" y haciendo del pensamiento un acto, salió corriendo
tras las dos ratas de campo olvidando las ocho uvas del racimo. Justo cuando ya
iba a salir raudo del viñedo en la persecución de las dos, habitual en él,
escuchó la voz del cuidador de la viña diciendo: "Me gustaba el ruido que
hacía el zorro al saltar. Que lástima que no sepa que si quiere usar en
conjunto con justicia sus cuatro patas y la hermosa cola con que Dios lo dotó
antes de colocarlo en esta campiña, a pesar de no ser parte de su naturaleza,
tiene que alcanzar estas ocho uvas."
Algo resonó en su interior que hizo que nuestro zorro del cuento, hundiera sus
cuatro patas en la tierra seca levantando una gran polvareda al detener en seco
su carrera tras las ratas. Giró su cabeza llenando su mirada del dorado racimo,
mientras las ratas se perdían entre la maleza. Se quedó pensando, con la mirada
fija y el corazón latiendo acelerado en las ocho uvas bañadas por el sol...
Oscar (EL CÓNDOR ANDINO)
Estimado Oscar:
Ese es precisamente el cuento exacto, y lo plasmaste de una manera tan completa
que hasta logré verme reflejado en él...
Tantos cuentos de zorros y de uvas arrojados a la vida para que aquellos que
pueden todavía percibir un algo, un significado más allá de lo aparente, les
aporten una visión de su propia situación actual en la vida, o mejor dicho:
"del terror de su propia situación".
Y sí, ahí continuamos, con ese movimiento perpetuo, repitiendo una y otra vez
nuestros patrones habituales característicos (cazando el par de ratones); desde
luego, sin siquiera nosotros saberlo, alguien o algo se beneficia con esos comportamientos
automáticos habituales a los que nos obliga para su propio provecho. Ser parte
de un mecanismo despersonalizado, ser parte del intercambio recíproco de todas
las cosas, el Trogautoegócrata, en que la Creatividad e Individualidad del ser
humano no tiene lugar, excepto, por medio de un Trabajo real sobre sí mismo.
Desde luego, el cuento resumido que le envié a Cronos, fue en respuesta a su
pedido de ayuda. Y en ese cuento, y ahora en este magnifico cuento que nos
aportas, creo yo que en ellos están las claves para comenzar a percibir: ¿Cuál
es nuestra actitud ante la vida?, y lo más importante para mí, es que en ellos
se encuentran también las claves exactas y justas para crear y volver Real esa
nueva actitud que nos puede conducir a la Creatividad e Individualidad, o para
decirlo de acuerdo a lo que tú (Oscar) y yo tratamos de comprender: El paso del
punto 5 al punto 7 del Eneagrama.
En nuestra actitud cumbre, o en esa respuesta emocional hacia la vida que nos
caracteriza, y sobre la que giran todas nuestras otras actitudes secundarias de
manera subordinada, está el patrón de lo que llamamos nuestro: Rasgo Principal.
Descubrir ese Rasgo Principal, o ese Sino característico de nuestro Ser, como
bien lo indica el Trabajo, es el punto culminante de esta enseñanza.
Descubrirlo y sobre todo, CONTROLARLO, ser Amos de esa debilidad principal que
controlada se convierte en nuestra propia y máxima fortaleza, es el pago
requerido para poder penetrar al nivel # 7 del Eneagrama, el nacimiento del
nuevo Hombre.
Y una vez controlado ese Rasgo Principal, o Sino, una vez realizado ese pago,
tendremos derecho a que nuestro propio Destino Individual se nos muestre, y si
podemos aceptarlo ya que ahora contamos con una Voluntad propia Real, si somos
capaces de decir ¡Sí! a nuestro propio Destino, ese es el nuevo nacimiento.
(Muy parecidos a aquella María que Respondió: !!!SÍ!!! al pedido del Ángel y
Jesús pudo ser encarnado...)
El Hombre que conoce y acepta su propio Destino, el punto # 7 del Eneagrama,
puede elegir por su propia Voluntad, retornar a los niveles más bajos para
transmitir todo lo que comprendió y que es, a nuevos buscadores, al punto 1 del
Eneagrama, o puede continuar su propio desarrollo a niveles Superiores, siempre
y cuando renuncie a esa propia Voluntad que ha ganado a base de esfuerzos y
sacrificios.
Al parecer siempre existe ese pago, a veces pagamos por descender y ponernos al
nivel de nuevos buscadores que se inician en este Trabajo, renunciamos a
nuestro propio nivel para volver a hablar en el lenguaje del hombre ordinario,
una especie de Guía que se olvida de sí mismo.
Y creo yo que este retorno consciente y elegido por nuestra propia Voluntad, es
muy necesario, un sacrificio para renunciar a nuestro propio crecimiento, una
especie de amor por aquellos que se inician, y siento que sin ese sacrificio,
la Humildad no tendría la fuerza necesaria para poder algún día trascender
nuestro propio Ego. (Gurdjieff obligaba a todos a descender al Idiota Ordinario
o el más bajo nivel, antes de empezar a ascender)
Si, Oscar, el Sacrificio del Ego Real, del Yo Real, es un pago necesario y
obligatorio. Pasar del punto 7 al punto 8 requiere dicho pago, sacrificar lo
Individual, sacrificar nuestra propia Voluntad, para que el Amor penetre y nos
acoja en su Poder. Es el Hombre dos o tres veces nacido, que puede aceptar:
*Hágase tú Voluntad y no la mía*.
Qué me queda por decir, a un hermano chileno, lleno de viñedos en sus praderas,
pero que se sin dejar de perseguir uno que otro ratón para cumplir con creces
la ley, se enfrena recordando su Trabajo, y con todo su ser concentrado brinca
intentando atrapar la uva siguiente, otra de esas uvas doradas y
resplandecientes que está allá Arriba. Uvas que por Ley deben contener esa
sustancia tan rara y que todo lo permea: *Agua Viva*, que algunos usan para
emborracharse y entrar en niveles más bajos que los ordinarios, y otros, como
siento que tú Oscar lo has aprendido, beben Armañac, y en ese instante te
reúnes con los dioses, y eres Dios o sólo Dios existe por un instante, pero
comprendes que una vez dejada atrás la carcaza material de tu cuerpo que no te
permite ascender, la utilizas para transmitirnos tus propias experiencias y
comprensiones superiores, nos ofreces un aroma de almizcle para aquellos que
conservamos el olfato....
Gracias Oscar, y ojala un día nos podamos reunir en uno de esos hoyos negros
donde al parecer el Trogoautoegócrata se inicia y finaliza (nos recordará el
sabor de muchos sitting y ejercicios que hemos ejecutado), y como partículas
cuánticas que han desarrollado mayor velocidad que la luz, podamos salir de esa
negrura y dirigirnos a la Fuente de Amor y de Luz que todo lo contiene . . .
Tu Hermano por siempre Carlos (el Águila Descalza)
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