de JOHN FUCHS
Poco a poco, comencé a comprender lo que hacía
falta: una transformación interior, una meta real llegó a mi vida, un
darme cuenta más claro de lo que yo era entonces y de lo que yo
deseaba llegar a ser. También me di cuenta de que necesitaba ayuda. La
ayuda para lograr la transformación interior está disponible en grupos y
maestros y a través del trabajar mismo.
Uno comienza cada día con el sitting, el ejercicio matutino, en el cual aquietar el cuerpo y la mente es el primer paso hacia el recuerdo de sí. Uno trata de usar las ideas y de hacer los
ejercicios que le son dados. Uno asiste a las reuniones de grupo, a las lecturas y a los fines de semana de Trabajo.
Mientras uno va avanzando, se da cuenta cada vez más claramente de que
el trabajo sobre sí mismo debe venir desde adentro. Uno tiene que hacer
el trabajo; ni el instructor ni el grupo pueden hacerlo por uno.
Gurdjieff dijo: "El instituto sólo puede crear las condiciones; es usted
mismo quien debe hacer el trabajo". El instructor de un grupo sólo
puede señalar la dirección y explicar los pasos que pueden ser
necesarios.
Hay dos modos de acercarse hacia la transformación
interior que son muy útiles: uno es la "inmovilidad total". El otro es
"el deseo". La inmovilidad total puede ser tanto tísica como
mental.
Uno endereza su columna con la cabeza bien equilibrada sobre el cuello y
los hombros, sintiendo todo su cuerpo y vaciando su mente. Al estar
"inmóvil" existe la
posibilidad de que surja un estado interno en el
cual estoy vacío pero puedo ser llenado. Debo recordar que una de las
razones por las cuales vine a este trabajo fue la de darle un espacio
para algo nuevo. El vaso que ya está lleno no puede ser llenado con
nada nuevo a menos que primero se vacíe. El estado de total inmovilidad
nos hace capaces de "dejar que algo suceda".
El estado creado por la
inmovilidad proviene de un lugar en mí que es muy pequeño y silencioso;
y que poco a poco se va expandiendo hacia todo mi organismo y
produciendo la
posibilidad de cambio, de transformación. Aún
entonces puedo notar una superficialidad. Mi sitting matutino necesita
adquirir una calidad diferente. Necesito estar más tranquilo.
Entonces siento que algo crece en mí. Lo que parece crecer es la
capacidad de quedarme frente a mí mismo por un momento aún más largo.
¿Es éste el comienzo de lo que ha sido
llamado el segundo Cuerpo Eseral?