GURDJIEFF_BIOGRAFIA_(no autorizada)
LLEGA “BELCEBU”
En el verano de 1924 Gurdjieff sufre, camino a Paris, un accidente de
automóvil casi fatal. Los médicos no dan esperanza de vida, pero el
agonizante se recupera milagrosamente, creando a su alrededor una
atmósfera todavía mas mítica. El accidente sume a Gurdjieff en una
crisis y resuelve dar un rumbo distinto a su labor. Aleja a los
“parásitos” con el pretexto de que se cerraría el Instituto y empieza a
escribir, con la ayuda de Olga de
Hartmann, su obra Relatos de Belcebú a su nieto. Desde luego, no uso el
lenguaje establecido. Muy por el contrario. Su atrevida sintaxis,
disgregaciones, dislocaciones secuénciales y complicado estilo, la hacen
una obra espiritual complicada y polémica. Quizás porque como todo lo
gurdjieffano, la verdad solo puede alcanzarse experimentando por si
mismo.
Los siguientes años no son fáciles. En 1926, muere su mujer,
Julia Ostrowska, de un cáncer prolongado. Las deudas de Fontainebleau
son cuantiosas y la salud del maestro esta muy debilitada. Se suma su
desesperación por el poco nivel de desarrollo de sus discípulos.
Inicia la producción de su libro, que más tarde se llevaría al cine,
Encuentros con Hombres Notables, al mismo tiempo que facilita el
alejamiento de los De Hartmann y otros seguidores, y continúa con sus
viajes a Norteamérica. Finalmente, en 1933, pierde en definitiva la
mansión que lo albergo durante mas de una década.
EL OCASO
De regreso en Paris, Gurdjieff se aboca a continuar su obra literaria y
a emprender varios viajes, muchas veces conflictivos. Nuevos y antiguos
seguidores, se agrupan en torno de él en su departamento. Gurdjieff
comienza a cosechar en terreno complicado, ya que debe conjugar,
pensando en el futuro, la interacción de discípulos de origen,
nacionalidad y desarrollo muy disímiles.
Sus habilidades comerciales
le permiten sobrellevar la segunda guerra mundial sin mayores
sobresaltos. Los pupilos se agrupan para compartir y aprender en un
departamento atestado de gente, en el que la actividad comenzaba al
mediodía con la lectura de los escritos aun inéditos del maestro. Le
seguía una comida ceremonial de media tarde. Entonces, los invitados se
retiraban para regresar en la noche, continuando los diálogos y
lecturas. Después de una cena tardía, se iban a las dos y media de la
mañana.
En 1949, realiza su última visita a Estados Unidos para
supervisar la edición de sus libros. Ese mismo año, su salud empeora y ,
tras realizar la coreografía de su último “movimiento”, se desploma y
es conducido al Hospital Americano de Neuilly.
Rodeado de discípulos, antes de caer en la inconciencia, les lega su ultima ironía: “os dejo metidos en un lio ...”
Falleció en la mañana del 29 de octubre y fue sepultado en
Fontainebleau, Avon, junto a su madre y esposa. Después del solemne
entierro, Jeanne de Salzmann dijo a sus discípulos: ... cuando un
maestro como el señor Gurdjieff se va, no puede ser reemplazado...”
(Continuará)