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EL CUARTO CAMINO DE GURDJIEFF-BENNETT
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General: LA PRODUCCION MUSICAL- GURDJIEFF
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA  (Mensaje original) Enviado: 27/01/2018 23:09

La producción musical de Gurdjieff se acerca a las doscientas composiciones, además de numerosas Danzas y Movimientos, lo que manifiesta la importancia que él daba a las vibraciones de las notas musicales y a la disciplina del cuerpo. En opinión del maestro todo arte verdaderamente creativo es siempre consciente. La música objetiva es un arte que puede llevar a cualquiera a un estado superior. Según Gurdjieff la mayor parte de la música que conocemos es subjetiva, sólo busca satisfacer el propio ego. Sin embargo, “La meta del artista objetivo es producir un efecto definido y calculado sobre la gente; su propia meta personal puede estar incluida en esto”. Según Gurdjieff: “Puede haber música tal que congele el agua; puede haber música capaz de matar a un hombre al instante.El arte musical –objetivo- fue utilizado desde la antigüedad con la finalidad de hacernos comprender la verdad. Visto de este modo la música de Gurdjieff satisface una misión sagrada, y nada tiene en común con la generalidad de las obras de los más conocidos compositores que si bien proporcionan momentos de felicidad a la humanidad mecánica (hombres números uno, dos y tres), son incapaces de producir verdaderos resultados para el desarrollo armónico de la persona. Un ejemplo de música objetiva lo encontramos en el mito de Orfeo; éste, según Gurdjieff, impartía conocimiento a través de ella. Los encantadores de serpientes orientales emplean las vibraciones musicales para hacer que las serpientes obedezcan sus deseos. Una especie de hipnotismo atrapa a los ofidios que, en realidad, responden a una sola nota sostenida durante un tiempo considerable con una sutil variación en la frecuencia del sonido. El arte musical objetivo responde, enseña el maestro, a un conocimiento exacto de las leyes matemáticas gobernadoras de la vibración sonora y de la relación de los sonidos entre sí. Asimismo en la antigüedad todas las artes estaban basadas en leyes matemáticas precisas. En base a esta afirmación la música objetiva, explica Gurdjieff, está fundada en su totalidad en “octavas interiores”. Antes de intentar acometer la ardua tarea de arrojar luz sobre el significado de este fundamento, necesitamos comprender las leyes que gobiernan todos los procesos que tienen lugar en el mundo y en el hombre. Dos son estas leyes fundamentales que rigen el universo: la ley de tres y la ley de siete o la ley de octavas. De la primera nos ocuparemos en el capítulo siguiente. Ahora deberemos centrar nuestra atención en la ley de octavas pues, en lo referente a la música tal como la entiende Gurdjieff, esta ley es la base sobre la que se construye la música objetiva.
La ley de siete o la ley de octavas es una ley fundamental del Universo. Significa que ningún proceso marcha en el mundo sin interrupciones. Si no existiera esta ley todo marcharía hacia su conclusión final, pero gracias a ella todo se desvía.
En palabras de Ouspensky: “Por ejemplo, si empezase a llover, seguiría sin parar; si empezasen las inundaciones, lo cubrirían todo; si empezase un terremoto, proseguiría indefinidamente. Pero se detienen debido a la Ley de Siete, porque, ante cada semitono que falta, las cosas se desvían, no marchan por líneas rectas”. Gurdjieff explica que todo está en movimiento o hacia arriba (evolución), o hacia abajo (involución) tanto la vida orgánica como la inorgánica. Pero la evolución al igual que la involución tiene sus límites. Para ello, se utiliza como ejemplo la escala musical de siete notas. De un do al otro, existe un lugar donde hay una interrupción. Cuando tocamos las teclas de un piano empieza un do: una vibración que contiene cierto momentum (porción de tiempo muy breve en relación con otra). Por medio de su vibración puede seguir cierta distancia hasta que hace que comience a vibrar otra nota, re, y luego mi. Hasta ese punto –afirma Gurdjieff- las notas tienen una posibilidad interna de proseguir (entre do y re hay un tono; entre re y mi también lo hay), pero en este instante (mi no tiene posibilidad de pasar a fa, pues entre ambas notas hay un semitono) si no hay un impulso exterior, la octava regresa. Si recibe esta ayuda, puede seguir por sí misma y un largo trecho. El hombre está también sujeto a esta Ley. La música de Gurdjieff sólo se explica con ayuda de esta Ley de Octavas, y conociendo el papel de los “intervalos” que cambian la línea primitiva de fuerzas, haciéndola quebrada, convirtiéndose en su “misma opuesta”. Hay una posibilidad de ayuda o impulso exterior para superar la ausencia de semitono. Cuando una persona encuentra una Escuela de conocimiento que le prepare para dar el salto hacia posteriores etapas evolutivas del ser, entonces, puede comprender, a través de un trabajo consciente, el funcionamiento de la Ley y actuar en consecuencia.
La mayor parte de la música de Gurdjieff está integrada por composiciones cortas, y su ejecución rezuma modestia. Los ritmos y melodías nos remiten a cantos y danzas populares de Armenia, melodías persas y kurdas, ritmos turcos, cantos de los derviches y, también, a la liturgia de la Iglesia Ortodoxa…
Para comprender el significado de esta Ley, es preciso considerar el Universo como si estuviera compuesto de vibraciones. El Cosmos es una octava de siete notas y cada nota puede ser subdividida en otra octava y así sucesivamente hasta el último átomo divisible. Cada cosa está dispuesta en octavas, siendo cada octava una nota de una octava mayor, hasta llegar a la Octava Cósmica. De ella emana el “Rayo de Creación”
La técnica de la época, muestran sonidos procedentes directamente del corazón. Finalizada la pieza, los ojos del maestro permanecían durante un tiempo fijos sobre algún punto; el silencio emitía vibraciones que eran recogidas y depositadas en lo más recóndito del ser. La sensación de armonía recorría la columna vertebral de los asistentes sumidos en un inaudible grito de agradecimiento. Entonces la voz grave de Gurdjieff rompía ese mágico estado para entonar un ¡Es una oración! Podíamos no estar de acuerdo con Gurdjieff cuando afirma que buena parte de la producción musical occidental es “música subjetiva”, que nada aporta al crecimiento armónico del hombre. Tal afirmación puede comprenderse dado el desconocimiento general que de la música, y del arte occidental, tenía Gurdjieff. Él debía su instrucción material y espiritual a Oriente, por lo que es necesario hacer un sincero intento, libre de prejuicios, que nos conduzca a una mayor comprensión de la mentalidad del maestro caucásico, especialmente en su producción musical.



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