EL “SABER” COMIENZA CON LA ENSEÑANZA DE LOS COSMOS. (G.I. Gurdjeff).
Rigurosamente hablando, ustedes no tienen todavía derecho a hablar del
“saber”, porque no saben dónde comienza el saber… “EL SABER COMIENZA CON
LA ENSEÑANZA DE LOS COSMOS”. La idea de la posibilidad del
desarrollo de la conciencia del hombre y del acrecentamiento de sus
capacidades de conocimiento está en relación directa con “la doctrina de los cosmos”.
En su estado ordinario, un hombre es consciente de sí mismo en un solo
cosmos y mira a todos los otros cosmos desde el punto de vista de un
solo cosmos. El desarrollo de su conciencia y la intensificación de sus
funciones psíquicas lo conducen hasta la esfera de la actividad y de la
vida de otros dos cosmos simultáneamente, uno más grande y otro más
pequeño, uno por encima y otro por debajo. EL DESARROLLO DE LA
CONCIENCIA NO SE EFECTÚA EN UNA SOLA DIRECCIÓN, LA DE LOS “COSMOS
SUPERIORES”; AL ELEVARSE TAMBIÉN DESCIENDE. El “rayo de
creación” aparece a primera vista como un esquema muy elemental del
universo, pero en realidad, al estudiarlo, llega a ser claro que este
simple esquema permite coordinar y hacer la síntesis de una multitud de
concepciones filosóficas, religiosas y científicas del mundo,
actualmente en conflicto. La idea del rayo de creación pertenece al
conocimiento antiguo y un gran número de los ingenuos sistemas
geocéntricos que conocemos, no son, en realidad, sino exposiciones
imperfectas del rayo de creación o deformaciones de ésta idea, debidas a
una comprensión literal. En el rayo de creación se puede interpretar
objetivamente nuestro lugar en el Universo y conocer la evolución de la
Tierra. M.O.N.
|