Michel de Salzmann. Extracto de artículo "Separar el grano de la paja" (revista Parábola, Vol. V, Nº 3, agosto 1980)
“Una característica definitoria de un camino o enseñanza viva es que no
puede ser encontrado en ningún libro. Muchos libros podrán
sensibilizarnos a la existencia de un “camino” y ayudarnos a encontrar
el umbral, pero son raros los que pueden ir más allá para servirnos como
un mapa preciso de orientación a lo largo del camino. En cuanto al
viaje mismo, no se puede llegar lejos sin un guía, o sin una “escuela”
en el sentido original del término.
Sería inútil presentar aquí los
principios que se aplican necesariamente a la enseñanza de Gurdjieff,
así como a cualquier otra enseñanza tradicional, dado que son, en
esencia, universales. Pero sería útil señalar dos grandes malentendidos.
El primero es lo completamente inapropiado, desde una perspectiva
tradicional, de designar como enseñanza a un mero trato con ideas. La
palabra “enseñanza” debería referirse estrictamente a una experiencia de
relación directa que tiene lugar en la presencia de un maestro,
particularmente a través de la transmisión oral.
El otro
malentendido, que de hecho proviene del primero, se refleja en el uso
indiscriminado de la palabra “esotérico”. Totalmente aparte de
consideraciones etimológicas y más abstractas, deberíamos entender que
esto no ha de encontrarse en lo absoluto en las ideas mismas,
cualesquiera que sean, sino en la capacidad de entenderlas como
corresponde. Comprende un aspecto experimental y práctico en el cual el
significado de una idea puede adquirir hasta un nuevo sabor. Ello
implica, digamos, un control consciente sobre estados más elevados de
ser, donde lo que es reflejado por las ideas corresponde efectivamente a
lo realizado en la dinámica de cada estado, y viceversa. Esto se
refiere a la identidad fundamental entre “Conocimiento” y “Ser”. El
esoterismo, por lo tanto, no es algo que voluntariamente se esconde; más
bien se protege a sí mismo por naturaleza, dado que no puede ser
captado sin la correspondiente preparación interior.
Estas
consideraciones podrían ayudarnos a no usar mal la palabra “esotérico”
al hablar solo de libros, y también aclarar porqué, aparte de los
escritos de Gurdjieff mismo, solo un libro ha salido de sus alumnos que
puede ser considerado, sin ningún prejuicio, como definitivamente útil
en la enseñanza. Se trata del libro de P. D. Ouspensky Fragmentos de una
enseñanza desconocida (Ganesha/Gaia, Madrid, 2012). Los alumnos de
Gurdjieff se han sentido siempre profundamente endeudados con Ouspensky
por esta contribución excepcional aun no superada a su trabajo. Es una
exposición brillante, honesta y fiel de la memoria del autor de aquello
que se le transmitió. Si uno considera que nunca se permitió tomar
apuntes, el libro es tanto más extraordinario. Aunque corresponde a una
etapa inicial del trabajo de Gurdjieff, tanto en el tiempo (1915 a 1923)
como en lo concerniente a la preparación de alumnos, retiene una
notable fortaleza y frescura orientando un cuestionamiento activo para
quienes están en el camino.
Las calificaciones y motivaciones de
Ouspensky eran sin duda inusuales, pero la calidad secreta que emana de
su libro proviene del hecho de que nos transporta tan cerca cómo es
posible a la condición de enseñanza oral, en la cual la influencia del
maestro da vida a las ideas.”