..."el tiempo de una respiración del hombre está íntimamente conectado con el día de una célula y con la vida de una
molécula. De curiosa manera, estos períodos de diferentes cosmos
dependen unos de los otros; o, quizás, sería mejor decir que las mismas
vidas y días de lo cosmos menores son
solamente un resultado del
aliento de un cosmos mayor. En el caso de las células sanguíneas y de
las moléculas de gas que contienen, esta descripción es muy precisa.
De aquí que vida, día y
aliento parecen ser definidas divisiones cósmicas del tiempo
individual, las cuales eslabonan inexorablemente el destino y la
experiencia de cada ser al de aquellos cosmos situados por encima y por
debajo. Y de hecho, existe una extraña y constante relación entre estas
divisiones.
En lo que respecta a nuestra propia experiencia, sabemos
muy bien que el tiempo de una vida está dividido en días. Cada día está
separado del otro por un período de sueño, un
rompimiento de
inconsciencia que tiene el efecto de cerrar para nosotros una unidad de
tiempo, brindándonos cada mañana un fresco comenzar. Un día es, en una
escala
determinada, algo completo en sí mismo, que contiene un ciclo
completo de digestión, una alternancia completa de sueño y vigilia y
una secuencia de experiencia que puede
mentalmente revisársela y pensársela como un todo."