Qué pequeña eres brizna de hierba. Sí, pero tengo toda la Tierra a mis pies”.
Rabindranath Tagore.
Para los chinos, todo lo que somos descansa en nuestros pies. Al estar
en contacto con la tierra, los pies son una importante fuente de
información.La relación con nuestros pies es el reflejo de cómo vivimos.
Humildemente, ellos nos reflejan todo lo que no queremos ver.
Fuera de la imaginación, los pies son los responsables de llevarnos a
dónde vamos, con la diferencia de que ellos soportan todo el peso de
nuestro cuerpo.
Los pies nos indican donde estamos “parados”.
A lo largo de la vida de una persona, los pies recorren el equivalente a
tres veces la vuelta al mundo. En la antigüedad, los chinos tocaban los
pies de sus invitados para mostrar cordialidad y respeto por el camino
que habían recorrido.
La biblia narra que antes de la fiesta de
pascua, el maestro Jesús mostró a sus discípulos la importancia y
significado de una práctica ancestral: el lavado de pies.
El evangelio de Juan dice:
“Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se
la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de
los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús :
Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después”.
Los pies simbolizan el entendimiento humano que reconoce las ventajas presentes en la rendición.
Lavar los pies no solo borra las memorias de dolor que hemos sufrido
al recorrer nuestro camino, sino que limpia los patrones de pensamiento
que nos impiden entrar en contacto con la sabiduría, con lo que “en
realidad es”.
Los pies sirven como punto de contacto de la energía sutil del cielo con la densidad de la tierra.
En el libro “El olvidado arte de lavar los pies”, Libre el guerrero
dice que masajeando en agua salada esa parte de nuestro cuerpo,podemos
activar la energía de sanación más poderosa del universo: el amor.
Existe una gran diferencia entre un par de botas fabricadas
industrialmente en serie, para producir cientos de modelos semejantes y
un par de botas hechas a la medida por un delicado artesano.
¿Cómo sería andar por el mundo con las botas de otra persona?
El escritor cubano José Martí dijo:
“Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestros pies”.
El dolor es la forma que usamos para no progresar.
Los pies son el necesario punto de apoyo que nos permite avanzar hacia donde sea que hayamos de ir.
Aunque la estructura ósea del pie se completa entre los dieciocho y los
veinticinco años, tanto el pie como los dedos siguen cambiando para
adecuarse al crecimiento interior de cada persona
.Comenzando
por el pulgar, a cada dedo del pie izquierdo le corresponden las
siguientes energías: tristeza, creatividad, amor, optimismo, y
confianza. Para los dedos del pie derecho: alegría, deseo, decisión,
apego, miedo e inseguridad.
Cuando una persona usa zapatos que le
causan dolor en los pies, suele haber desvalorización de su cuerpo, no
se considera con derecho para tomar posesión de “su” territorio.
Las dolorosas uñas encarnadas expresan que preferimos hacernos daño a nosotros mismos antes que mostrar al mundo nuestra rabia
.La piel de los pies muy sensible, hace que las personas solo puedan
usar zapatos muy cómodos, puede reflejar al bebé que es llevado en
brazos porque aún no puede caminar por sí mismo, y por tanto no necesita
los zapatos.
Los callos son un intento de equilibrar al cuerpo con un centro de gravedad desplazado.
Si el callo está delante, la persona vive en el futuro. Atrás, el
pasado le pesa demasiado. Hacia la derecha el linaje paterno le pesa, y
hacia la izquierda carga con conflictos no resueltos con la madre y su
linaje.
Un sabio proverbio africano dice:
“Sólo los pies del viajero saben el camino”.
Un abrazo fraterno.
