DE TIEMPO VIVO-M.Nicoll.
NOTA SOBRE LAS TRIADAS
El Trabajo enseña que en cada manifestación intervienen tres fuerzas.
Nada se hace, nada se crea, mediante una fuerza o dos, sino mediante
tres fuerzas. Esta trinidad de fuerzas está compuesta de las fuerzas
Activa, Pasiva y Neutralizante. En la cosa más pequeña, como el átomo,
intervienen tres fuerzas. La Fuerza Activa es la fuerza iniciante, la
Pasiva es la fuerza de resistencia, y la Fuerza Neutralizante es la
fuerza conectante o de relación entre ellas. Si no hubiese Fuerza
Neutralizante o conectante, las fuerzas Activa y Pasiva estarían en
oposición la una con la otra y nada podría suceder. Ahora bien, si la
fuerza conectante se modifica, las otras dos fuerzas también se
modifican. Debemos pensar en la Fuerza Neutralizante como en algo capaz
de romper el equilibrio entre las fuerzas Activa y Pasiva de tal modo
que la activa pueda convertirse en pasiva, y la pasiva convertirse en
activa. Si se piensa que una tríada es como una tabla sostenida cerca de
su centro por un soporte o punto de apoyo de modo que un extremo de la
tabla está levantado y el otro bajo, luego si se mueve el fulcro un poco
hacia un extremo, la punta de la tabla que está levantada bajará, y
viceversa, como lo haría un sube y baja. En otras palabras, se puede
producir una inversión de signo modificando la Tercera Fuerza. Ahora
bien, el Trabajo enseña que en la edad adulta una persona se compone de
dos partes distintas llamadas Esencia y Personalidad. La Personalidad es
activa y la Esencia es pasiva. Hemos nacido, empero, sólo con la
Esencia que crece hasta cierto punto. En los primeros años de la vida
pensamos en la madre como si formase parte de una oscura tríada en
relación con nuestra Esencia. La Esencia es la Fuerza Activa y la madre
es la Fuerza Neutralizante. A esa misma edad la vida se presenta al niño
como algo asombroso. Se le relatan cuentos de hadas, muchos de los
cuales contienen enseñanza esotérica. Cabe concebir que éstos forman en
la Esencia los cimientos de lo que más tarde en la vida se convierte en
Centro Magnético. Quiero decir, que el asombro natural de la Esencia y
la memoria de los cuentos de hadas se conectan más tarde con la
tríada-Trabajo mediante la cual la Esencia se vuelve activa otra vez y
empieza a crecer. Si lo contemplamos de esta manera, la tríada-Madre y
la tríada-Trabajo deben estar vinculadas. Pero la tríada-Vida debe
intervenir entre ellas durante muchos años. Debemos recordar que desde
el punto de vista del Trabajo la Esencia es el punto capaz de
crecimiento en el verdadero hombre o mujer. Si la tríada-Madre persiste
por demasiado tiempo se vuelve dañina. El niño rehuirá la vida. La
tríada-Vida se verá demorada y sus etapas no se constituirán en el
momento apropiado. La tríada-Vida, que viene después de la tríada-Madre,
forma gradualmente la Personalidad mediante la cual se enfrenta la
vida. La Personalidad es distinta de la Esencia y la rodea para
protegerla como la cáscara de una semilla. La Esencia deja de crecer y
se vuelve pasiva. En su lugar crece la Personalidad. La Personalidad no
es la verdadera persona, pero necesariamente debe formarse. Entonces la
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Fuerza Neutralizante ya no es más la madre, sino la vida misma. La
Personalidad se vuelve activa, la Esencia se vuelve pasiva, y la Vida
actúa como Tercera o Fuerza Neutralizante. Esta es la tríada-Vida. Tiene
que estar bien formada antes que pueda empezar la tríada-Trabajo —si es
que alguna vez lo hace. Si lo hace, la Personalidad actúa como alimento
para el crecimiento de la Esencia.
Les recuerdo todo esto porque
nos olvidamos de reflexionar sobre los significados de estas muy
importantes verdades iniciales del Trabajo. La lenta formación de la
Personalidad, que debería ser lo más rica posible en experiencias y
conocimiento, es lo que se puede denominar la primera educación. Si en
un hombre esta tríada no se ha formado suficientemente debido a una vida
estrecha y falta de inteligencia, su desarrollo posterior y último, que
es la segunda educación, será difícil. Tendrá que educarse a sí mismo
en muchas direcciones. Se debería conocer y experimentar todo antes de
intentar formar la próxima tríada, que resulta de una segunda educación,
y no es formada por la vida, ni tampoco es necesaria para ella. Es
contraria a la vida. El Trabajo, y todo lo que enseña, pertenece a la
segunda educación; el objeto de esta segunda educación es el de invertir
la tríada formada por la vida de modo que eventualmente la Personalidad
llegue a ser pasiva, y la Esencia, al llegar a ser activa, crezca una
vez más, nutriéndose de algunas de las energías que habían ido a la
Personalidad. Este proceso es muy gradual. Si un hombre comienza a
trabajar sobre sí, digamos para separarse de las emociones negativas,
empieza a extraer energía de ciertas partes de la Personalidad. Si un
hombre tiene genuino afecto al Trabajo y cree genuinamente en él, esta
energía se moverá en dirección a la Esencia. Si no es así, retornará a
la Personalidad. Sólo lo que es genuino puede nutrir la Esencia. El
seudo trabajo, el trabajo fingido, acrecentarán sencillamente el poder
de la Personalidad, en especial de la parte llamada Falsa Personalidad.
No vayan a creer, por favor, que llega un momento dramático en que la
Esencia de súbito se vuelve activa y la Personalidad pasiva. Es un
proceso gradual de despertar del sueño mediante el reconocimiento, la
comprensión, el querer del Trabajo y, finalmente, el hacerlo. Me estoy
refiriendo a quienes desean ardientemente despertar del sueño de la
vida. Durante ese proceso, que fluctúa de un lado para otro, el hombre
experimenta una gradual modificación de su manera de pensar. Este nuevo
pensar es llamado metanoia, o cambio de mente, que es una palabra
constantemente usada en los Evangelios y equivocadamente traducida por
arrepentimiento. Este cambio en la manera de pensar pertenece al
comienzo de la segunda educación, y es el signo que la Fuerza
Neutralizante de vida, que antes mantenía en sus garras a la
Personalidad activa, y a la Esencia pasiva, empieza a ser parcialmente
reemplazada por otra cualidad de la Fuerza Neutralizante. Si una persona
está en esa situación se la puede describir como estando en parte en el
Trabajo. Si no hay cambio en su pensar, si prosigue sólo pensando según
la vida, no está en el Trabajo. Le basta observarlo en sí misma. A no
ser que la parte de dicha persona que ha comenzado a pensar de una nueva
manera se mantenga despierta mediante el esfuerzo, retornará a su
primer estado. Si no recibe seriamente el Trabajo mismo y nunca piensa
interiormente en él, sólo muchos y vigorosos esfuerzos la llevarán a la
recuperación. Debe enfrentarse consigo misma. Empero, mucha misericordia
se ve aquí, pero quizá una puerta dentro de dicha persona finalmente se
cerrará. Esta puerta comunica últimamente con los Centros Superiores.
Es preciso recordar aquí una frase que se empleó una vez en el Trabajo
—"Ningún esfuerzo - ningún trabajo: ningún trabajo - ningún despertar:
ningún despertar - muerte"— cuando, de hecho, uno se convierte en uno de
la multitud de muertos del mundo que andan por las calles entre los
pocos vivos. Los vivos son aquellos cuya mente ha despertado, y han
empezado a pensar interiormente por si mismos.
Cabe preguntarse si
la totalidad de la Personalidad debe desecharse. Esta es una idea muy
equivocada. Todo lo que hay de inútil y espurio en la Personalidad debe
desecharse, y en especial la parte llamada Falsa Personalidad que se
funda sobre el amor de sí, y se vincula con el "Yo" Imaginario y hace
que sea imposible llegar hasta el Yo Real. Mucho conocimiento
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falso debe desaparecer. Ahora bien, en charlas recientes se ha
mencionado a menudo cómo en la parte exterior del Centro Emocional, la
parte vuelta hacia la vida a través de los sentidos, reina el amor de
sí. Lo que es llamado en los Evangelios el Amor a Dios y el Amor al
Prójimo no puede existir donde el amor de sí es dominante. El amor de sí
no puede amar lo que es más elevado que él mismo. El amor de sí ama el
yo y lo que éste posee, hijos, hogar, propiedades. dinero, posición
social y todo lo demás. Mientras el amor de sí siga siendo dominante, la
tríada en la cual la vida es la Tercera Fuerza no se puede invertir. El
objeto oculto de los Evangelios es el de invertir la tríada-Vida para
así llevar a cabo el desarrollo de la Esencia. Nos dicen que debemos
llegar a ser semejantes a niñitos. Es de esperar que hallaremos en los
Evangelios muchas indicaciones acerca de la naturaleza de la nueva
Fuerza Neutralizante para distinguirla de la vida. Les recordaré una vez
más que Gurdjieff definió el Trabajo como Cristianismo Esotérico.
Quería decir el significado interior de los dichos y parábolas de Cristo
para distinguirlos de los diversos dogmas de las diferentes iglesias y
denominaciones que han sido establecidas en el mundo. Según mi
experiencia sólo el Trabajo puede revelarlos. Ahora bien, puesto que el
amor de sí caracteriza la formación de la tríada-Vida, cabe esperar que
algunas de sus ramificaciones se mencionan en los Evangelios como las
cosas contra las cuales hay que trabajar en sí mismo para lograr ese
desarrollo que no nos da la vida. De paso, todos ustedes deben
comprender que el Trabajo nunca llegará a ser su Fuerza Neutralizante a
menos que trabajen. Por alguna razón este punto para mí no es muy claro,
y al parecer la gente no lo comprende aún. Olvidan conectar el Trabajo
consigo mismas, o no desean hacerlo. Repito que el Trabajo nunca llegará
a ser nuestra Fuerza Neutralizante a menos que trabajemos. No se
producirá cambio alguno si sólo se escucha lo que dice el Trabajo.
En el último comentario se presentaron dos ejemplos que nos dan una
indicación sobre la naturaleza de la Fuerza Neutralizante que hace a la
Personalidad pasiva y la Esencia activa. Citaré otra vez uno de esos
ejemplos. Cristo preguntó a sus discípulos:
"¿Qué disputabais entre
vosotros en el camino? Mas ellos callaron; porque en el camino habían
disputado entre sí, quién había de ser el mayor. Entonces él se sentó y
llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el
postrero de todos, y el servidor de todos"
(Marcos, IX, 33-35).
Es sabido que el amor de sí siempre quiere ser el primero. El hombre que
tiene buena opinión de sí gusta de salirse con la suya, y no gusta de
estar bajo otra persona. Si tiene que estar bajo otra persona se vuelve
envidioso y difícil. Esta es la situación normal en la vida. Tratar de
ser el primero, tratar de ser el más grande, el que está colocado en el
lugar más elevado, se considera una ambición normal. Todo ello se basa
en el amor de sí que domina las relaciones de vida. La vida como Tercera
Fuerza en la tríada-Vida parece estar compuesta psicológicamente y
sobre todo de amor de sí. Cabe escribir entonces que la Tríada-Vida es
Personalidad Activa, Esencia Pasiva y Amor de Sí como Fuerza
Neutralizante. De ello se deduce que la Tercera Fuerza o Fuerza
Neutralizante del Trabajo no puede ser amor de sí. Me referiré ahora al
Sermón del Monte. Entre otras cosas, dice:
"Bienaventurados los pobres en espíritu" (aquellos que no se identifican) .
"Bienaventurados los mansos" (aquellos que no conocen el resentimiento) .
"Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia" (y no de justicia de sí).
Me he referido a este punto en otro lugar. Lo que quiero que comprendan
es que aquí se hace referencia a algo que el Trabajo llama la formación
de la tríada-Trabajo por cuyo medio la Personalidad se vuelve pasiva.
Mediante aquello a lo cual el Trabajo nos abre los ojos, vemos qué
significan todas esas declaraciones y otras que aparecen en los
Evangelios y que son tan difíciles de entender. No son un fin en sí.
Sólo se refieren a "ser bueno". Son instrucciones.
Para lograr que
la Personalidad se vuelva pasiva de modo que la Esencia pueda crecer y
el Yo Real o Amo pueda entrar. Porque el Amo no puede entrar en la
Personalidad. Una vez que entra el Yo Real, se alcanza la meta-Trabajo.
Los medios y los métodos para alcanzarlo pueden dejarse a un lado. Me
extenderé más sobre este punto en futuros comentarios.