El otro día en las prácticas sobre Radiostesia, me salió la vena chulita y me puse a intentar boicotear la clase del profesor. Lo admito, fué una chiquillada impropia de mi edad, pero es que un ratón nunca podrá ser un león......
La cuestión es que quise comprobar hasta que punto tenía poder mi mente sobre la materia, todo esto en silencio, y el resultado fué qué algunos se asustaron y yo imitándoles para no delatarme, me estaba riendo por dentro como niña chica, ante una pilleria, fué divertido y muy relevante para mi.
Ya sabemos que todo es conciencia y que incluso la materia es también conciencia.
Indescriptible el sentimiento que sentí cuando descubri y sentií qué mis átomos eran de alguna manera también energía vibrante, procedentes del inicio del Todo.
Pero bueno, vuelvo a recordar la clase de Radiostesia, el otro día mi todo mi ser sentía gratitud , porque fué otra Perla más al descubierto, para mi.
Somos cuerpo, somos energía y somos mente, si no están bien alineados esos tres, no hay facilidad para trabajar correctamente.
Os comparto esto porque desde aquella clase, ando sabiendo que en mi cabeza tengo un órgano llenito de diamantes aunque otros solo crean que son cristales sin valor.
Un besote a cada uno, con sabor a las mejores mandarinas de mi huerto en el Mediterráneo.