
Desde un país lejano tú viniste, atravesando mares y montañas cruzando ríos y brechas, y tú fuiste quien me hizo ser feliz cada mañana.
Recorriendo caminos muy estrechos llegaste hasta mi vida y te quedaste, no quisiste partir y así lograste que ya no me escapara de tu lecho.
Siempre serás igual, no te derrotas tu siempre lograrás hacer las cosas con las que siempre soñamos, y es muy cierto que ya nunca volveré a estar sola.
Gracias te doy, porque por fin encuentro los motivos que me hacen sentir viva, ya no sufriré más porque te tengo y no te dejaré partir, querida amiga.
Porque sólo contigo estoy contenta y ya no sufre más mi corazón, siempre estaré feliz mientras te tenga bienvenida a mi vida, divina ilusión.
...
 
     
|