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Canción Triste
Una tarde, una tarde, ya no estaremos juntos bajo el cielo de mayo, sonoro de campanas. De pronto, y para siempre, nos quedaremos solos, terriblemente solos y heridos de nostalgia.
Tal vez la lluvia sueñe por el jardín callado tañendo los cordajes de su arpa repetida. Diremos cosas vagas, estremecidamente, huyéndonos los ojos, el alma, la sonrisa.
Una tarde, una tarde, tu corazón y el mío sentirán que se rompe lo que ahora los ata. Como cuando se deja la orilla azul de un puerto nos quedarán adioses temblando en la mirada.
Y un día, sin quererlo, pronunciarás mi nombre con la melancolía del que en la noche canta… En medio del crepúsculo cruzado de palomas, yo, repentinamente, me llenaré de lágrimas. MEIRA DELMAR
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