La bruja que se convirtió en piedra. Girona
La campana Martina de Arenys de Munt
La Cueva del Dragón de Terrassa
LA BRUJA QUE SE CONVIRTIÓ EN PIEDRA
Hace muchísimos años, en la ciudad de Girona, vivía una vieja de la que se comentaba por el pueblo que era una bruja. Aseguraban que volaba por los aires y un vecino afirmó que una noche, se le cruzó un gato negro, le tiró una piedra golpeándole la cabeza y que al día siguiente la vieja aparecía con la frente vendada, la misma zona de la cabeza donde el gato fue golpeado, por lo que se creía que tenia la capacidad de transformarse por las noches. Esta mujer, tiraba piedras en las paredes de la catedral de la ciudad, soltando blasfemias y riéndose a mandíbula abierta, cantando mientras e iba coplas obscenas. Los ataques con piedras a los muros de la catedral sucedían siempre a la misma hora, después del Ángelus, cuando los vecinos estaban en sus casas y no se veía un alma por las calles. Cuenta la leyenda que un buen dia Dios, indignado por la actitud blasfema de la bruja, quiso castigarla y la convirtió en una gárgola de piedra, quedando pegada y empotrada en uno de los contrafuertes del claustro, cerca de la llamada torre de Carlomagno. Al día siguiente, los vecinos de la ciudad pudieron contemplar como había surgido en el muro la deforme figura de piedra y reconocieron en sus rasgos a la vieja. Así acabaron los temores de que la bruja empleara sus malas artes y poderes mágicos contra ellos. Como castigo, acabo siendo parte para siempre del objeto de sus maldades.
LA CAMPANA MARTINA
En Arenys de Munt, en la provincia de Barcelona, existe una parroquia dedicada a San Martín. Dicha parroquia tiene una campana a la que llamaban Martina. La leyenda cuenta que, cuando esta campana tocaba e n medio de las tormentas, las brujas que abundaban por esas zonas, no podían pasar ni de ida hacia el mar ni de regreso hacia el Montseny. Te hecho les causaba mucho trastorno ya que ellas influían enormemente en la población. Se cuenta que una vez llevaron a un vecino ante el mismo demonio, que le dio dinero suficiente para pagar sus impuestos municipales. En el viaje, les dio tiempo a enseñarle el lugar que tenían reservado en el infierno tanto al alcalde del pueblo como al cura que regentaba la parroquia del santo Tours. Cuando el vecino contó lo que vio, imaginar la cara de ambos... Nadie sabe si llegaron a rectificar o no para evitar sus destinos y si llegaron a ocupar ese lugar o no.
LA CUEVA DEL DRAGÓN
En la montaña de Sant Llorenç de Munt, cerca de Terrassa, está situada la Cova del Drac. Cuentan que en el siglo IX, en esta cueva vivía un temible dragón. A los moros les venia de perlas que habitara allí ya que lo usaban para impedir el paso de los cristianos, ya que, según la leyenda los moros colocaron una fuerte cadena desde la cueva hasta el rio Llobregat y el dragón vigilaba que ningún cristiano se acercara por la zona. Varios valientes caballeros intentaron acabar con el dragón, pero perecieron en el intento. Toda Cataluña estaba aterrorizada con el dragón. Un día apareció un caballero del que cuentan, llevaba una armadura resplandeciente, montaba un caballo blanco y parecía que todo él fuera luz. Dicho caballero apareció de repente, según cuentan volando entre las montañas y se enfrentó con el dragón. A diferencia de los otros caballeros, logró vencerle. Esperó que saliera de su cueva y arrancando un roble de cuajo lo rompió contra la cabeza de la fiera. El caballero se fue igual que vino, volando con su corcel blanco entre las montañas, pero no sin antes haber liberado a la montaña de San Lorenzo del temido dragón y del domino de los moros que huyeron despavoridos. La leyenda no aporta datos sobre quien era ese personaje con tanta fuerza, valor y luz, con la curiosa capacidad para volar
con su hermoso caballo.